En 2010 ¿nacerá el Presidente narco?
El calendario electoral del año próximo, todo un océano de posibilidades
En política, todo lo que parece es.
Máxima incontrovertible
En oferta, jarritos para la baba
Vamos a procurar cuadrarla de esta manera: El presidente designado Felipe Calderón Hinojosa, como es su inveterada costumbre, en su vistoso, viscoso y muy apantallante show en Palacio Nacional del 2 de septiembre, después de su fallido madruguete a la naciente LXI Legislatura federal -show de cuyo libreto ciertos participantes en aquelarre televisivo de media noche calificaron el mismo miércoles de valiente, genuino, auténtico, autocrítico, propositivo, etcétera. Dejó el balón en la cancha de los bellacos integrantes del Congreso, dijo tercamente uno de los vociferantes-, asestó a los indefensos compatriotas una enésima tabla mosaica de “salvación nacional”, después de otras tantas frustradas.
Muy al último colocó, casi como de contrabando “legalizado”, lo que algunos medios impresos cabecearon como “política electoral”. Según esto, el declamador diría que la más reciente reforma dejó algunas prácticas indebidas. Quiere, según el catálogo de buenas intenciones (que invariablemente pavimentan el camino al infierno), que se revisen las reglas electorales para que la política sea sinónimo de ciudadanía, lo mismo que el sistema político mexicano, para que no sea instrumento de conflicto y parálisis, sino de rendición de cuentas y generación de acuerdos. Hasta el momento de procesar esta entrega, no se conocía una iniciativa concreta del Poder Ejecutivo, “casualmente” emanado de aquellas “prácticas indebidas” en esa materia.
Primera consideración: Alguna vez, Calderón Hinojosa fue jefe nacional de su partido, el de “Acción” Nacional. Cuando el inolvidable presidente suplente Ernesto Zedillo Ponce de León promovió la sexenal reforma político-electoral, ese jefe nacional del PAN pretendió chantajear al “demócrata” proponente, exigiéndole se concediera a un candidato azul a la alcaldía del importante municipio de Huejotzingo, Puebla -cuya mayor aportación a la cultura etílica nacional es la sidra-, el triunfo electoral. La reforma light, que había pasado ya por el filtro constitucional como pírrica victoria de malogrado mexiquense, llegó a código secundario, a pesar de un remolón y esquivo PAN.
Segunda consideración: De mayor alcance fue la iniciativa de Reforma del Estado en el sexenio pasado, para la que el extraviado vidente Vicente Fox autorizó la creación de una comisión específica. Si bien el boicoteo de los trabajos de esa comisión se atribuyó al secretario de Gobernación del gabinetazo, Santiago Creel Miranda, que ya se sentía sucesor natural del loco de San Cristóbal, lo cierto es que el PAN la hizo de francotirador y reventador del promisorio proyecto, en el que participó más de medio centenar de prestigiados académicos, con dominio acreditado en las materias agendadas.
Tercera consideración: La frustrada Reforma del Estado -que, dicho sea de paso, no tuvo como quid una urgente reforma del gobierno-, fue retomada, ya en el espuriato, por el muchas veces glorioso Senado de la República. Eminentes inteligencias convocadas a participar en ese proceso aportaron sus valiosas proposiciones, muchas de las cuales se quedaron en eso: en meras proposiciones, y no por culpa de sus gestores. El Poder Ejecutivo federal calderoniano se propuso estar ausente en ese debate, porque es más cómodo y rentable sacar rendimientos mezquinos y patrimonialistas de la añosa y perversa estructura jurídica en la que se sustenta el ejercicio de un poder sin autoridad, construida por el priismo para su eventual y casi segura resurrección pinolera. Los patriotas senadores se resignaron, en tiempos de crisis del erario público y de miseria popular, a seguir construyendo su costoso Palacio en los caros lotes de la avenida de la Reforma y la calle de París. Ay, los mecanismos compensatorios a la frustración de la buena y solidaria voluntad reformadora. ¡Salud! su señoría, príncipe don Giuseppe Tomasi de Lampedusa y su ejemplar e instructivo Gatopardo. ¡Que todo cambie, para que todo siga peor!
Debo aceptar -perdón por usar como pocas veces la primera persona- que he perdido espacio en inanes anécdotas sobre Felipe El brevísimo -Alfredo Jalife-Rahme dixit-, pero uno sucumbe ante el poder de convencimiento tan eficaz de los sovietizados medios electrónicos que, arrancando el mes de la Patria, nos avasallaron con el poster, y el audio calderoniano que nos hace olvidar, para siempre, el vital y seductor acento de don Manuel Bernal, del que el vate Ricardo López Méndez, ante su nicho en la rotonda mexiquense de los hombres ilustres, dijo: Campesino de estrellas/ hiciste del barbecho/ semillero de cantos/ para la eternidad. Esto es cursilería de almas párvulas: Poesía -lo que es poesía-, se la debemos al declamador del Canal de las Estrellas, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, que acapara casi 48 por ciento del tiempo-aire reservado por ley al Poder Ejecutivo federal. No se diga más, dato confirmado el anochecer del 6 de septiembre en el que el susodicho superó la jornada matinal del gran Chabelo.
No hubo bono democrático pero la trácala se devaluó
Y, ahora, ensayemos algo más frívolo. Como ustedes saben, después de 2006, en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación designó Presidente a Felipe Calderón Hinojosa con precarias fracciones (¿facciones?) porcentuales del total de la votación, resulta que el PAN, que ha echado todos los huevos a la canasta con la maltrecha imagen presidencial, entre aquella aciaga fecha y 2009, vio derrumbado su registro electoral: De sospechosos 13.7 millones de votos hace tres años, en julio pasado sólo obtuvo 9.5 millones. ¿Quién pierde, en tan corto tiempo, cuatro millones 200 mil sufragios populares? Quien no es capaz, de manera tangible, de demostrar que hace buen gobierno.
De esa suerte, no habiendo iniciativas concretas para la nueva reforma del régimen electoral, el enunciado del 2 de septiembre suena y resuena como mero golpe mediático con miras a procurar ganancias en el calendario comicial para 2010, en el que están programados cambios de diez gobernadores, 451 diputados locales y mil 481 gobiernos municipales. Suculento banquete para la rapaz e insaciable partidocracia. La historia de la premodernidad priista nos informa que el cuarto año del sexenio presidencial, una vez constituida la Legislatura federal, era estratégico para que el jefe del Poder Ejecutivo en turno consolidara su dominio político a fin de planchar sin contratiempos una sucesión que le garantizara el retiro impune en el cambio de guardia en Palacio Nacional o en Los Pinos.
Son 13 las entidades en las que habrá elecciones el año próximo, entre ellas la de diez virreyes estatales. Por orden alfabético: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. El PAN iría, al menos, por conservar Aguascalientes y Tlaxcala. El PRI por revalidar su permanencia en siete estados y el PRD por retener Zacatecas.
El PAN, un bizcochito a paladear en 2010
Partido nominalmente en el poder presidencial, el PAN es el bizcochito a saborear. En 2009 perdió las gobernaciones de Querétaro y San Luis Potosí, 63 diputaciones federales (bajó de 206, mayoría relativa, a 143) y algunos municipios estratégicos desde el punto de vista demográfico y económico.
En Aguascalientes (Kramer contra Kramer) se enfrenta el PAN al cacicazgo de cuello azul de Luis Armando Reynoso Femat, quien, para empezar, está en la mira de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por denuncias de acoso y hostigamiento a periodistas, un hándicap vulnerable en tiempos electorales. Eso sería lo de menos, según la soberbia arraigada en los palacios de gobierno. Pero en el interior del panismo está en colisión con el ex gobernador y actual senador Felipe González Gonzáles y con el nuevamente diputado Alfredo El Mosco Reyes Velázquez, éste en disputa por segunda ocasión por la candidatura a la sucesión. No contenta a los panistas aguascalentenses que Reynoso Femat haya hecho alarde de nepotismo, colocando a una hermana en una diputación federal.
Pero Aguascalientes, si desde los tiempos de Rodolfo El Güero Landeros en la gubernatura fue inscrito en el mapa de los intereses del narco, en 2001 se prestó como santuario al fugitivo Joaquín El Chapo Guzmán Loera, si bien, desde antes de su sospechosa evasión del penal de Puente Grande, en la capital ya se percibía la presencia del cártel de los Arellano Félix. Es previsible, pues, que las elecciones del año próximo no escapen de la influencia de ese poder fáctico.
Nadie es profetiza en su tierra: Tlaxcala
En Tlaxcala, el PAN tiene en la gobernación a un priista prestado: Héctor Israel Ortiz Ortiz. A más de que el panismo carece en ese estado de figuras relevantes, está la amenaza esférica y monumental de la dirigente del PRI y flamante diputada federal Beatriz Paredes Rangel, embalada por la trepidante recuperación regional y nacional del tricolor durante su gestión, a costa, principalmente, del PAN. Si, como se especula, la tlaxcalteca pretende ser la primera mujer en la Presidencia de México (segunda, si se otorga mérito a Marta Sahagún Jiménez), flacas expectativas tendría para 2012 si no logra rescatar su estado natal.
El PRD, que “controla” Zacatecas, se verá impactado por el pleito entre las familias García Medina y Monreal Ávila. El ex gobernador y actual senador Ricardo Monreal está ahora en el PT, pero puja por restaurar fueros en su estado. El dilema de la gobernadora Amalia García Medina está entre ser buena madre o buena competidora de Paredes Rangel en la abrupta pero ansiada ruta de género hacia Los Pinos. Buena madre, decimos, porque es del dominio público que su hija, la senadora Claudia Sorichi García, está que se le queman las habas por suceder a la autora de sus días.
En la prospectiva 2010-2012, apartado especial amerita el PRI. Este partido está actualmente en posesión de las gobernaciones de Chihuahua, Durango, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz. No se agrega nada nuevo si se dice que por lo menos en tres de esas entidades están los enclaves más poderosos del sindicato del crimen vinculado al narcotráfico. Dos de ellos han sido señalados por Washington como territorios fuera de control del Estado fallido. ¡Ojo! Si se acepta al menos como verosímil la eventualidad de que un narco pudiera llegar a la Presidencia de México, según las esclarecedoras revelaciones en el extranjero del abstemio y lúcido secretario de Economía. Gerardo Ruiz Mateos, ese prospecto podría surgir de uno de dichos estados. (De hecho, por lo menos como tentativa, Tamaulipas pretendió cumplir en 2000 esa macabra posibilidad). De ser, así, como así puede ser, 2010 es probablemente el número clave de ese emocionante acertijo.
Cuando “la maestra” enrocó a sus pupilos
Antes de hacer algunas anotaciones a ese respecto, vale plantear dos que tres observaciones. De varios de aquellos estados ahora en tesitura de relevos, según testimonio aleatorio del ex jefe nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, los gobernadores priistas se confabularon en 2006 con la cacique “magisterial” Elba Esther Gordillo para forzar el voto “duro” a favor del candidato del PAN a la Presidencia de la República, un tal Felipe Calderón (¿O no, Eugenio Hernández Flores). En otras y nuevas circunstancias, en los comicios del pasado julio varios de esos gobernadores dejaron zapato al PAN. Si en el proyecto de 2012 se juegan destinos personales, no es lo mismo Juan Domínguez que… no me chingues.
Y de eso se trata: viendo que en el potrero priista la caballada está muy flaca (exceptuando algún cubil de la caballeriza de Insurgente Norte, donde de plano “se pasan”), los gobernadores priistas salientes están cotizando su indispensabilidad a muy alto costo. El valor agregado para 2012 lo significa el rodamiento de la aplanadora para que en 2010 ninguna duda llegue al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, esa insospechable dignidad sujeta a los ciclos lunares, en los que tan acertadamente lee El loco de San Cristóbal, quien acaba de diplomar a su primer grupo de despistados.
Ahora bien: Los que leen los sinos a pechuga abierta de ciertas aves marinas (pueden ser pelícanos, zarapicos o gaviotas), ya vaticinan para 2012 sucesor de Adolfo El joven López Mateos, después de que el 82 constitucional privó a México del encanto del maese Carlos Hank González, y de la ternura del hermano que nunca tuve Alfredo del Mazo. Es lamentable que las bocas de ganso del duopolio televisivo y de la Gaceta Renana (re-enana) de la calle de Morelos no logren convencer a Juanito de que no posponga su postulación a la Presidencia de México hasta 2018. Es preciso que “la busque” en 2012. Con ese sólo gesto de Juanito se exorcizaría la ingobernabilidad y puede que hasta las elecciones resulten innecesarias. Televisa haría el más grande servicio a la Patria.
(Permítasenos un breve reposo en este agreste camino para anunciar una noticia que nadie ha dado: En menos de 60 días, el presidente designado sufrió otra afrentosa derrota después de la del primer domingo de julio pasado. El preciso condenó al difuntito Maikel Jackson por pacheco, y les dijo a los jóvenes mexicanos necesitados de un guía espiritual que aquello les pasa a los que no creen en Dios y se refugian en las droga (para olvidar la droga pública externa e interna). Es el caso que, 48 horas antes de su informe, un fenómeno psicosocial nubló la propaganda calderoniana en las pantallas televisas del trascendente documento que envió a San Lázaro, en que diría que se conservaron 500 mil empleos en 2009: Movido por perversos conspiradores internacionales el lumpen defeño dedicó sábado y domingo finales de agosto a rendir tributo al negrito bailarín que en esas horas cumpliría 51 años. Tan multitudinario y abrumador fue el éxito que los conductores de televisión se arrodillaron ante ese histórico espectáculo, se olvidaron de los huracanes, y reclamaron a Guinness el reconocimiento -y dólares acompañantes- a los heroicos batos que pusieron sus esqueletos en riesgo de dislocaciones y fracturas. Niños héroes, pues, que no merecieron la presencia de un verificador de Guinness, que luego anda premiando la rosca más grande del mundo.)
Dicho lo cual, continuamos:
¿Todos somos Marcos o todos somos narcos?
Declaró, en París, el preclaro secretario de Economía Ruiz Mateos que podría haber un narco en el futuro de Los Pinos, seguramente consternado porque ya hay uno en la lista Forbes. ¿Ya está a la expectativa en los directorios de las cúpulas oligárquicas actuales o emanará de los procesos electorales de 2010? No conocemos a los precandidatos a las gobernaciones, por ejemplo, de Tamaulipas o Chihuahua. Podríamos, sin embargo, intentar un contacto del tercer tipo maussaneano en Sinaloa. Dícese que el PRI tiene en su agenda la postulación de un afamado alcalde a la sucesión de Jesús Aguilar Padilla. Por voluntad y millones de dólares no vamos a parar. Pero no adelantemos vísperas: No cuesta nada esperar a entre febrero o marzo próximos.
Lo que sí resulta juicioso advertir desde ya, para bien de la Patria y de los encandilados priistas que revolotean con alas marinas entre los calientes para 2012, es que hay un célebre grupo denominado chilorio’ power que francamente tiene mal fario. Descarrilaron a Alfredo del Mazo, atestiguaron las muertes de Luis Donaldo Colosio Murrieta y de José Francisco Ruiz Massieu. Acompañaron en su campaña a Francisco Labastida Ochoa. Ahora andan por las cercanías del sistema Cutzamala, tratando de humedecer su esperanza de reinsertarse en el presupuesto público, expuesto a tremenda y prolongada sequía por el cambio climático panista. Mejor la dejamos de este tamaño. Que la paz de los sepulcros está con ustedes, queridos hermanos.
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