viernes, 4 de septiembre de 2009

La agenda inexistente




La agenda inexistente

De los 70 minutos que duró el mensaje por el Tercer Informe de Gobierno de Felipe Calderón, cuatro fueron dedicados a la política social; dos a la educación y cinco al desarrollo ambiental sustentable. En cada caso, el Presidente se refirió a programas fallidos, cuando no muertos políticamente.


Pastrana
Como Proárbol, “el principal programa de apoyo al sector forestal”, que festejó su segundo cumpleaños con la revelación de que más de la mitad de lo plantado no fueron árboles, sino cactáceas, y que 90% de lo sembrado en 2007 se murió.

O el programa de Estancias Infantiles, que comenzó a cavar su tumba el día que se incendió la guardería ABC, subrogada por el IMSS a particulares en Sonora y que dejó 49 niños muertos.

O el de Escuela Segura, una de las tres patitas de la estrategia "Limpiemos México. Zona en Recuperación", presentada por Calderón el 2 de julio de 2007 en Monterrey, y que buscaba hacer un "frente común" entre autoridades y ciudadanos “para recuperar sus escuelas, sus parques y sus plazas de manos de los delincuentes”, pero que no ha dado signos de eficacia. Vamos, ni siquiera se generaron indicadores que permitan evaluarlo.

Pero lo más grave quizá sea que en su decálogo, Calderón “propuso” acciones que, o ya están en la ley, o ya las había hecho hace tres años, como establecer una cobertura universal de salud, o no reducir el gasto social, sino orientarlo a las familias más pobres.

En éste último caso, por poner un ejemplo, la Ley General de Desarrollo Social publicada en el 2004 establece que los programas, fondos y recursos destinados al desarrollo social son prioritarios y no podrán sufrir disminuciones en sus montos presupuestales, salvo en los casos y términos que establezca la Cámara de Diputados.

¿Quién asesora al Presidente? ¿De verdad pensará que todos los mexicanos desconocemos estos temas? ¿O será que la agenda social es tan insignificante para él que no se dio cuenta de que estaba proponiendo lo que ya existe? En cualquier caso, ¡qué miedo!

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