viernes, 30 de octubre de 2009

Al garete, el deporte en el DF





Al garete, el deporte en el DF
BEATRIZ PEREYRA

Debido a la negligencia del gobierno de Marcelo Ebrard y a las ambiciones políticas de la exvelocista Ana Gabriela Guevara, el Instituto del Deporte del Distrito Federal atraviesa por una de sus mayores crisis, sin plan de trabajo ni recursos económicos. Lejos del éxito deportivo alcanzado por entidades como Jalisco, Nuevo León y Baja California, con la salida de Guevara el deporte defeño quedó en manos de su amiga, la modelo Ana Laura Bernal, quien por gravidez acaba de dejar el puesto. Ahora al frente de dicho instituto opera como encargado de la encargada un exfuncionario de la Conade.

Víctima de la indiferencia del gobierno encabezado por Marcelo Ebrard, el Instituto del Deporte del Distrito Federal (IDDF) atraviesa por la peor crisis de los últimos 10 años: desde febrero pasado ha estado en manos de una encargada del despacho, la modelo Ana Laura Bernal, y el presupuesto que recibió para 2009 es 55% menor que el ejercido en 2008.

Sus programas deportivos se limitan a la realización de dos ciclotones, 19 triciclotones, cinco clases masivas de aerobics y bailes al aire libre, entre los que se cuenta el homenaje a Michael Jackson llamado Beat it.

Información proporcionada por la oficina de prensa del gobierno capitalino detalla que de septiembre de 2008 a septiembre de 2009, el instituto realizó las siguientes actividades: presencia en ferias; festivales de cultura y salud; instalación de un puesto de hidratación en un paseo ciclista, y “apoyo” a certámenes deportivos organizados por otras instituciones como delegaciones políticas, la Conade y Telmex.

A pesar de que el 16 de junio de 2008 Ana Gabriela Guevara asumió las riendas del IDDF con el lema “Yo sí soy capaz”, sólo duró ocho meses en el cargo porque renunció a la dirección del organismo para contender por la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo. Se marchó sin iniciar el Plan de Cultura Física y Deporte del Distrito Federal 2008-2012, que no sólo entregó con un mes de retraso, sino que se quedó en el papel como una lista de intenciones.

Se fue sin haber cumplido con lo que establece la ley ni con sus propias promesas de cambiarle el rostro al deporte en la capital del país, y posicionar a ésta en la Olimpiada Nacional al nivel de los estados líderes, como Jalisco, Nuevo León o Baja California. Cuando ocupaba el cargo, Guevara se quejó de las contradicciones que privan entre la Ley del Deporte –que todavía no cuenta con su respectivo reglamento– y el Reglamento interno del IDDF que fue diseñado durante su gestión. Dijo que no tenía capacidad de maniobra y que necesitaba un presupuesto de 300 millones de pesos, el doble de lo que se aprobó para 2008 (Proceso 1675).

El Gobierno del Distrito Federal no objetó la decisión de Guevara de dejar en su lugar a su amiga Ana Laura Bernal, quien desempeñaba el cargo de directora de Seguimiento y Comunicación Social, a pesar de que el artículo 28 del Reglamento Interno señala que, en caso de ausencia, el responsable de asumir las funciones será el director de Promoción y Desarrollo del deporte.

Igual que Guevara, Bernal Camarena asumió la función de encargada del despacho sin “haberse distinguido por su probidad, competencia y antecedentes profesionales en el ejercicio de actividades que se vinculen con el deporte”. Tampoco cuenta con “conocimientos y experiencia en materia administrativa” como señalan los apartados II y III del artículo 15 del mismo reglamento.

Bernal Camarena, modelo de profesión, ha trabajado para la firma de cosméticos Jafra; estuvo en calidad de figurante (persona que actúa como comparsa en obras de teatro, cine o televisión) en el programa cómico La casa de la risa de Televisa y como extra en la telenovela Las tontas no van al cielo, entre otras actividades que realizó cuando ya era funcionaria del IDDF; además, participó en el certamen Nuestra Belleza Sonora en 1997.

La encargada del despacho se ausentó del IDDF desde la semana pasada, pues solicitó una incapacidad médica por maternidad. En un boletín enviado el jueves 22, se informa que Ana Laura Bernal designó “al frente del despacho” a Sergio Monroy Collado, subdirector Jurídico del IDDF, puesto que asumió en enero de este año.

Indefinición

El ahora encargado de la encargada se desempeñó como subdirector de Normatividad y Enlace Interinstitucional en la Conade durante la administración de Carlos Hermosillo, así como representante de la Coordinación de Normatividad y Asuntos Jurídicos en la de Nelson Vargas.

“Bernal designó también a la doctora Eunice Romero (exfisiatra de Ana Guevara) para realizar los actos protocolarios del IDDF y quien actualmente ocupa el cargo de directora de Alto Rendimiento. Ana Laura Bernal se reincorporará al IDDF una vez que concluya su incapacidad por gravidez”, indica el comunicado.

El artículo 15 del reglamento también indica que la persona titular de la Dirección General será designada por la Junta de Gobierno, “atendiendo las indicaciones que la jefatura de Gobierno señale a través de la Secretaría de Educación”.

La Junta de Gobierno es, de acuerdo con el Reglamento Interno, la máxima autoridad del IDDF y está integrada por los titulares de las secretarías de Educación, Gobierno, Salud y Finanzas, así como por el oficial mayor. Está obligada a realizar reuniones trimestrales para autorizar prácticamente cualquier movimiento que se haga en el instituto. Salvo el 12 de septiembre, cuando le tomó protesta a Guevara como directora del organismo, no hay información de que haya cumplido con lo que el reglamento ordena.

El organismo descentralizado ha estado operando en un estado de indefinición provocado por las contradicciones que existen entre la Ley del Deporte y el Reglamento Interno.

Cuando Ana Guevara sustituyó a Pablo de Antuñano, el IDDF era un órgano desconcentrado de la Secretaría de Desarrollo Social y ahora, según el Reglamento Interno, está “sectorizado a la Secretaría de Educación”.

Hace casi dos años entró en vigor la nueva Ley de Educación Física y Deporte del Distrito Federal; sin embargo, todavía no cuenta con el reglamento correspondiente, que debió haber estado listo el 25 de enero de 2008, es decir, 20 días después de que la ley fue publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal.

En lugar de elaborar dicho documento, el 11 de septiembre de 2008 fue publicado en la Gaceta Oficial el Reglamento Interno del Instituto del Deporte que entró en operación un día después y que especifica que es “un organismo público descentralizado de la administración pública del DF, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que goza de autonomía técnica y de gestión para el cabal cumplimiento de sus objetivos, atribuciones y las metas que señalen sus programas, sectorizado a la Secretaría de Educación”.

En entrevista con esta reportera, en diciembre de 2008, Guevara denunció que hay “inconsistencias en la ley y artículos mal escritos” que se contraponen con el Reglamento Interno. Hasta hoy no se ha resuelto ninguna de esas anomalías.

El instituto no ha diseñado programas deportivos de alto rendimiento, de detección de talentos y de becas con fideicomisos que permitan que el Distrito Federal aspire a obtener el número de medallas que suman los estados líderes de la Olimpiada Nacional. Por ello no es posible sentar las bases para que los atletas que representan a la capital del país participen en las competencias internacionales más importantes. Este organismo se ha convertido en un lastre que gasta más de 50 millones de pesos anuales sólo en el pago de salarios.

De acuerdo con la página de transparencia del IDDF, en 2009 se cuenta con un presupuesto de 68 millones 117 mil 713 pesos para el Programa Operativo Anual, de los cuales 53 millones 642 mil 313 se gastan en servicios personales, 4 millones 27 mil 400 pesos en materiales y suministros y 10 millones 448 mil en servicios generales.

Información proporcionada por la Conade indica que debido a las diferencias irreconciliables entre Ana Guevara y el entonces titular del organismo, Carlos Hermosillo, y a que alrededor de 200 mil pesos del ejercicio 2008 no habían sido comprobados, el IDDF no recibió recursos del gobierno federal durante 2009. Por esa razón, no hubo becas para atletas ni se les pagó a los entrenadores estatales.

Otras de las áreas que operan al garete es el Sistema de Capacitación para el Deporte (Sicade), responsable de preparar a jueces, árbitros, monitores, salvavidas y personal para los cursos de verano. Ocurre lo mismo con el Sistema de Capacitación y Certificación para Entrenadores Deportivos y Técnicos (Sicced), cuya función es ofrecer cursos a entrenadores y certificar que se actualizaron para impartir disciplinas como natación, futbol, atletismo, box, entre otras.

Según el informe del IDDF entregado a Proceso, se impartieron 60 cursos del Sicced en beneficio de mil 650 entrenadores, y 14 del Sicade que beneficiaron a 889 técnicos.

Amiguismo

Una víctima directa de la inacción que se sufre en materia administrativa es el ingeniero Miguel Cervantes Casahonda, quien desde 2006 obtuvo un laudo en el que la primera sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje ordena al instituto su reinstalación en un puesto de base y pago de salarios caídos porque en 2001 fue despedido injustificadamente.

Después de seis diligencias, por fin el 24 octubre de 2008 tuvo lugar la supuesta reinstalación; sin embargo, Cervantes no ha cobrado su salario ni le han pagado lo que ordenó el tribunal.

Desesperado porque no puede cubrir sus necesidades de alimento, vestido y pago de renta, y por las afectaciones morales, de salud y mentales que acusa, el ingeniero ha enviado decenas de oficios a los funcionarios del IDDF y del gobierno central; sin embargo, hasta ahora sólo la directora de Administración del IDDF, Rosalía Patiño, le informó por escrito que “no se ha recibido respuesta alguna de las autoridades correspondientes”.

La organización del Maratón de la Ciudad de México fue concesionada a la empresa Sport Promotion que encabezó a otras seis que se encargan de la organización de carreras en el Distrito Federal, entre ellas AS Deporte, General Sport y Ávila Sport.

Esta competencia, que durante años requirió del trabajo de personal de base del IDDF y que ahora está bajo la responsabilidad de particulares, apenas repartió una bolsa de 500 mil pesos –en 2008 fueron 2.3 millones de pesos–, que resultó poco atractiva para los atletas extranjeros; al no haberse inscrito éstos por primera vez en años, los corredores mexicanos se hicieron de los primeros lugares. El instituto consignó el hecho como “el fin del dominio keniano”.

La coordinación estuvo a cargo de la directora de planeación y desarrollo del deporte internacional, María de la Luz Chávez. La funcionaria fue incapaz de dar una explicación sobre el fallecimiento del corredor Armando Hernández y delegó la responsabilidad en Rodolfo Martínez, un simple jefe de oficina, quien aclaró que el corredor no se inscribió pero participó de forma espontánea en la competencia. Martínez fue quien dio la cara ante el Ministerio Público y realizó los trámites correspondientes para deslindar al IDDF del percance.

Empleados que laboran en el Deportivo Vida Sana detallaron a esta reportera que hay una tarea que sí le sale muy bien a Chávez, que también es amiga personal de Ana Guevara: “echar buena vibra” en la oficina y organizar eventos sociales, como el baby shower para Ana Laura Bernal.

Además de los consejos espirituales que ofrece, como el color que más favorece la suerte o colocar esferas de vidrio para alejar las malas vibras, Chávez –cuya sobrina, de nombre Claudia, trabaja como auxiliar en la dirección general– se dedicó a hacer la lista de lo que se necesitaba para la fiesta de Bernal, realizada en agosto, en la que los empleados de confianza participaron aportando el pastel, regalos o artículos para decoración.

Los empleados, quienes solicitaron el anonimato, se quejan de la forma grosera y déspota como Bernal Camarena trata al personal, así como de la “fastidiosa presencia” de un pequeño perro llamado Agamipu (significa “te amo” en griego) que su amiga Ana Gabriela Guevara le obsequió. La mascota de la funcionaria lo mismo se orina que ladra y corre despavoridamente por la oficina, a pesar de que en la entrada del deportivo Vida Sana hay un cartel que recuerda la prohibición de entrar al lugar con animales.

Agraviados porque se sienten despojados de una instalación que el exjefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador expropió para ponerla a su servicio, hombres y mujeres de la tercera edad se quejan de que parte del deportivo Rosario Iglesias –hoy llamado de facto Vida Sana– sea utilizado para albergar las oficinas del IDDF y no para realizar actividades deportivas y recreativas.

“Guevara llegó y por decreto dijo que el deportivo se llama Vida Sana porque suena a Ana, a su nombre, lo cual es ridícu lo. El área destinada a eventos sociales y sala de lectura la quitaron para poner las oficinas; nuestro gimnasio fue desmantelado porque pusieron un gimnasio nuevo que es privado. Para hacerlo destruyeron tres canchas de squash. Como ese gimnasio no funcionaba quitaron el nuestro para que pagáramos el otro. Nos parece absurdo pagar aparte el gimnasio que está dentro del deportivo, que nos cuesta 243 pesos mensuales. Como nos quejamos, nos regresaron dos caminadoras y unos cuantos aparatos. Lo demás lo fueron a arrumbar a la alberca olímpica”, señala Pedro Arizmendi, usuario del deportivo.

Además, denuncia que alrededor de mil 800 viejitos hacían uso de las instalaciones del deportivo y que ahora apenas quedan unos 300.

De acuerdo con la información proporcionada por el GDF, el deportivo Vida Sana, junto con el parque Cañitas de la delegación Miguel Hidalgo y el Independencia de Tlalpan, forman parte del programa Recuperación de Espacios, según ellos en beneficio de 3 mil personas.


Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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