Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
17 de noviembre de 2009
Refundar la República III
Primero, habría que partir de la hipótesis de que hay millones que la intuyen, muchos miles que la desean; cientos que la ven como absolutamente necesaria y cada vez más que la plantean como una prioridad impostergable.
Luego, reconocer que será una labor extraordinariamente complicada e ingrata. Primero porque enfrenta y seguirá enfrentando una tenaz, obsecada e interesada resistencia de parte de todos aquellos que quieren que nada cambie. Que todo siga igual, porque siguen siendo beneficiarios del actual estado de cosas. Los mismos que presumen una congruencia histórica a toda prueba: siempre con los más poderosos. Quienes todavía no entienden que no se trata de tachar o palomear tal o cual ideología, sino de construir una vía de desarrollo propia y nueva sobre la cual pueda transitar el país en el cortísimo, mediano y muy largo plazo. En pocas palabras la construcción del futuro común.
Como ha dicho en estas mismas páginas el maestrísimo Alfonso Zárate: “El hecho de haber llegado a condiciones límite en distintas áreas reclama la adopción urgente de medidas de gran calado, no nuevos paliativos ni salidas coyunturales. Para delinear un proyecto de país es imperativo… identificar las fortalezas reales o potenciales de México en un escenario de economías globales… la ruta que nos permita avanzar en el menor tiempo posible hacia metas definidas con claridad y realismo… Pero la construcción de un acuerdo nacional reclama dotar de contenidos al discurso; definir sus grandes objetivos, convocar a los participantes, establecer tiempos y método y hacerlo ya”. Ni más ni menos.
Por desgracia, como hemos dicho, esta convocatoria ya no la puede hacer el presidente Calderón. De hecho, fracasó con aquel esperanzador mensaje del 2 de septiembre, que muchos le reclamaron que tuviera un retraso de tres años. Y apenas hace unos días cuando insistió en una convocatoria para acordar una nueva ruta económica para el país.
Para nadie es un secreto que no hubo precisamente respuestas entusiastas a ninguno de los dos llamados. En sentido contrario, hay una pugna cada vez más evidente con los señores del dinero, destinatarios naturales de estos exhortos.
La otra posibilidad de una convocatoria de gran alcance parece también descartada: un Congreso que, en lugar de elevar el nivel del debate nacional, se ha convertido en un garito de matanga dijo la changa.
Vuelvo a coincidir con Zárate: sólo nos quedan las principales instituciones generadoras de cultura y conocimiento. La cosa va por ahí.
Fuente: El Universal
Difusión AMLOTV
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