jueves, 28 de enero de 2010

• Por darle al violín…

Julio Ricardo Blanchet Cruz
• Por darle al violín…




28 enero 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx

Sin que la frase se vaya a interpretar como caló, o como parte del argot judicial con el que designan a los violadores, a pesar de que se hará referencia a un prelado de la igle$ia de Roma…

En este caso no hay nada que dilucidar, el refrán se aplica literalmente al conocido axioma que se refiere a cuando queriendo apoyar a alguien, sucede todo lo contrario…

“No me defiendas compadre” podría decir Juan Pablo II a su nuevo biógrafo, que en el reciente libro que trata de apoyar su santidad, “Perché é santo” (Porqué es santo) da a conocer que el polaco que llegó a ser Papa, ¡se flagelaba!”…

“Cuando no tenía enfermedades que lo hicieran sufrir, se golpeaba con un cinturón”, cuenta el autor que, queriendo ponerlo como mártir que se sacrificaba a sí mismo por el dolor de la humanidad, en realidad lo muestra como un masoquista patético…

Lo que unido a que en varias ocasiones se le encontró en su habitación tirado boca abajo hablando con la Virgen a la que tanto amaba (¡de imaginarse a alguien enamorado de una muñeca!)…

Hace evidente que el individuo que dirigía a millones de personas a las que enloquecía con su “siempre fiel” estaba seriamente afectado de sus facultades mentales…

Cabiendo comentar que la frasecita de “México siempre fiel” la repitió hasta el cansancio (Polonia siempre fiel, que fue donde sacó la mercadotécnica frase por primera vez, Brazil siempre fiel, etc. etc.)…

El que en varias ocasiones el mismo Juan Pablo II manifestara que Dios le había hablado (lo que no fue privativo, también Bush lo decía) hace recordar aquello de que: “Si hablas con Dios, debes estar orando, si oyes que Dios te habla, debes estar esquizofrénico”…

Pero después de esta increíble revelación de que se flagelaba, quizá a Karol Wojtyla se le podría nombrar santo “patrono de los masoquistas”. O por aquello de que defendió a ultranza a Marcial maciel, el fundador de Los Legionarios de Cristo, se le podría conocer como el “patrono de los pervertidos” (o de los esquizofrénicos, da igual)…

Porque finalmente, siguiendo la tradición de hacer santos a los asesinos y malvados (ahí están Agustín Pró, Rafael Guízar y Valencia y los santos cristeros, para poner solo unos ejemplos) de que lo hacen santo y le ponen su capillita, ni dudarlo…

Solo resta recordar a Nietzsche, cuando dijo que “El atraso de un pueblo se mide en el número de iglesias que tiene”…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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