Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
28 de abril de 2010
Camacho y AMLO: la distancia
Dicen que la distancia es el olvido, aunque en este caso, el de la relación entre Manuel Camacho Solís y Andrés Manuel López Obrador, más que olvido es enfriamiento. El trato entre el carismático líder y el hombre que hizo las veces de estratega en la fallida campaña presidencial de 2006, ha entrado en un impasse que algunos de los que los conocen de cerca ven como un posible inicio de ruptura.
Si en la postelección de 2006 la relación se tensó cuando Andrés Manuel comenzó a desoír los consejos y recomendaciones de todo su círculo cercano, incluido Camacho, ahora en la construcción del Dia, la iniciativa del ex regente capitalino fue vista desde el principio con recelo por el tabasqueño, que veía con suspicacia la añeja relación entre Manuel y Marcelo Ebrard, como trasfondo de la propuesta camachista para unificar a la izquierda en 2012 en torno a un candidato con posibilidades de triunfo.
Pero esa relación tomó distancia cuando Camacho apoyó la propuesta de Jesús Ortega y Los Chuchos para sumar al Dia (PRD-PT y Convergencia) a las alianzas con el PAN. López Obrador nunca estuvo de acuerdo en unirse a los panistas y fue claro desde el principio en la contradicción de principios que el veía en esa coalición. Tanto que, como no tenía la fuerza ni el control para impedir que los perredistas se sumaran a la alianza, insistió hasta lograr que el PT, el partido que sí controla actualmente, se bajara de las uniones.
Entre Camacho y AMLO la comunicación no está rota, pero sí se ha vuelto fría. En su artículo de ayer, en estas páginas, Manuel manda mensajes con dedicatoria: “Por sobre la pretensión de quien cree saber más que los demás, o de quien se cree moralmente superior, lo que en un liderazgo hace la diferencia es la capacidad y sensibilidad para escuchar y tomar en cuenta al otro (nada ayuda más en una negociación que “ponerse en los zapatos del otro)”. Es la perseverancia para no darse por vencido al punto de que, ante la irracionalidad, uno pueda responder con un “sin embargo” (Weber). Es la valentía para poder “sonreír en medio de la presión” (Hemingway).
De fondo, detrás del enfriamiento y los mensajes, lo que hay es la respuesta a la decisión de AMLO de romper al Dia y con ello boicotear el proyecto de la izquierda unificada en 2012. Y si eso se rompe, lo que viene es que a partir del próximo domingo 4 de julio por la noche, si fracasan las alianzas PAN-PRD y ninguna sale triunfante —como las encuestas prevén al menos hasta hoy— esa misma noche habrá rebelión de los seguidores de AMLO en el PRD, pidiendo la cabeza de Jesús Ortega y dispuestos a tomar por asalto la dirigencia perredista.
Sería el intento de Andrés Manuel López Obrador por retomar el control del PRD que le arrebataron Los Chuchos; y si el “líder con imaginación” al que alude Camacho en su texto tiene éxito y logra controlar, además del PT también al PRD, entonces se habrá roto cualquier posibilidad de un frente nacional de partidos de izquierda que en 2012 postule a un candidato distinto a López Obrador.
Eso es lo que ve venir Manuel Camacho, que sabe que si la asonada lopezobradorista tiene éxito, entonces no solamente Los Chuchos quedarán damnificados, sino también Marcelo Ebrard, quedaría en franca desventaja ante un líder al que se le dificulta escuchar al otro y no siempre acepta un “sin embargo”.
Fuente: El Universal
Difusión AMLOTV
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