martes, 11 de mayo de 2010

Gran Bretaña: Crisis poselectoral


Gran Bretaña: Crisis poselectoral
Leonardo Boix


LONDRES, 10 de mayo (apro).- Gran Bretaña quedó sumergida este viernes en una crisis política sin precedentes, luego de que las elecciones generales celebradas en el país, las más reñidas desde 1992, arrojaron como resultado un Parlamento sin mayoría.

Y es la primera vez en 36 años que ocurre algo semejante, en medio de fuertes preocupaciones de inversores y mercados acerca de si un gobierno de coalición debilitado podrá instrumentar los ajustes necesarios para controlar el cada vez mayor déficit presupuestario y evitar un contagio por la crisis actual en Grecia.

El Partido Conservador de David Cameron, que obtuvo el mayor número de escaños en los comicios, y el Laborista del primer ministro Gordon Brown, segundo en la votación, buscaron, tras confirmarse los resultados de las elecciones, conseguir una alianza con los Liberales Democráticos para formar un gobierno de coalición.

Los Conservadores obtuvieron 305 bancas en la Cámara de los Comunes (36%), 20 menos para una mayoría, delante de los Laboristas, con 258 (29%), y de los Liberales Democráticos, con 57 escaños (23%). Otros partidos obtuvieron 28 bancas (11,9%).

Los "tories" fueron la fuerza más votada en el país, algo que no ocurría desde 1992, y precisan conseguir una coalición que sume al menos 326 escaños, de los 650 en el Parlamento.

Tras la confirmación, y en medio de intensas especulaciones en los medios de prensa, Cameron ofreció al jefe liberal democrático, Nick Clegg, un acuerdo de coalición, además de confirmar que buscará conseguir apoyo para gobernar con una minoría o aceptar una opción "más fuerte y en colaboración".

En un comunicado que leyó en el centro de Londres, el jefe de los "tories" dijo que Gran Bretaña "necesita de un gobierno fuerte" que lidie con la guerra en Afganistán, con la economía y que limpie el sector político.

"Estos son problemas demasiado urgentes para permitir que los partidos se peleen", sostuvo Cameron, quien destacó que el aumento en el número de bancas de los conservadores "fue mayor que el que logró Margaret Thatcher en 1979".

También dijo que "es razonable" esperar que la gran mayoría de sus políticas sean instrumentadas en caso de un acuerdo con los Liberales Democráticos, aunque aclaró que "aún hay tiempo para negociaciones".

Entre las áreas que citó como negociables destacan Educación y políticas verdes para la Economía, y agregó que los "tories" y los Liberales Democráticos pueden discutir sobre la reforma electoral, con un comité multipartidario que debata esos temas.

"Comenzar a lidiar este año con el déficit es crucial. El nuevo gobierno debe tomar decisiones urgentes. El saliente gobierno laborista nos deja el peor legado en Downing Street en 60 años", continuó, en referencia a un déficit público que se estima podría trepar este año a 178 mil millones de libras esterlinas (265 mil millones de dólares).

Sin embargo y en caso de un acuerdo, que comenzará a ser discutido esta tarde por ambos jefes de partido en una comunicación telefónica, deberán ponerse de acuerdo en una serie de políticas que los divide, como la Inmigración, Defensa y Finanzas.

Poco antes, Brown ofreció a Clegg instrumentar de inmediato una ley para la reforma del sistema electoral, a cambio de un acuerdo para conformar un gobierno de coalición con el Laborismo.

Brown leyó un comunicado fuera del número 10 de Downing Street, en el que confirmó que respeta la decisión de Clegg de querer hablar primero con Cameron, aunque sostuvo que el Laborismo y los Liberales Democráticos "tienen terreno en común", no sólo sobre reforma electoral, sino también sobre la economía.

El primer ministro señaló además que no espera una conclusión inmediata a la incertidumbre generada por el resultado de los comicios, al subrayar que las negociaciones entre los partidos "podrían ser prolongadas".

Esta mañana, Brown autorizó al secretario del Gabinete, Gus O'Donnell, para que inicie el proceso para las negociaciones con el fin de lograr una coalición.

"Es mi responsabilidad como primer ministro tomar todos los pasos para asegurar que Gran Bretaña tenga un gobierno fuerte, estable y con principios", destacó en un comunicado desde la residencia oficial de Downing Street, en Londres.

Según las actuales leyes británicas, el primer ministro tiene la prerrogativa legal de intentar formar un gobierno, pese a que el Partido Laborista perdió claramente las elecciones.

Clegg fue la gran estrella de la campaña electoral después del primer debate televisado entre los tres candidatos a primer ministro, y llegó a situar a su partido como segunda fuerza en los sondeos, algo que no sucedió en las urnas.

Sin embargo, los Liberales Democráticos tienen ahora la llave para la formación de un gobierno que disponga de un respaldo parlamentario suficiente, con los conservadores o con los laboristas.

Clegg afirmó hoy que el partido que obtuvo la mayoría de los escaños en las elecciones, los Conservadores, "deberían ser capaces de buscar gobernar en el interés nacional".

"He dicho que cualquier partido que lograra la mayoría de los votos y de los escaños, aunque no la mayoría absoluta, tiene la prioridad para tratar de gobernar en solitario o mediante acuerdos con otros partidos, y mantengo ese punto de vista", declaró.

Los partidos tienen hasta el 25 de mayo, cuando la Reina Isabel II presida la apertura oficial del Parlamento.

De todos modos, deberán acelerar el proceso de negociaciones debido a la volatilidad de los mercados y la incertidumbre de los inversores.

El mismo viernes 7 de mayo, la agencia de calificación de riesgo Moody's confirmó que la incertidumbre por la falta de un claro ganador en las elecciones generales de Gran Bretaña "no amenazará directamente" la máxima nota para el país de AAA.

Sin embargo, el organismo confirmó que la crisis fiscal que atraviesa Europa y el desbordamiento de los problemas de Grecia amenaza al sector financiero de los países con más déficit, incluidos Portugal, España, Italia, Irlanda y Reino Unido.

La clave para determinar si hay contagio se confirmará, en opinión de Moody's, en función de "la visión que tenga el mercado sobre el éxito del paquete de ayuda para Grecia recientemente acordado por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea".

Todo esto ocurre cuando la Comisión Electoral de Gran Bretaña confirmó que abrirá una investigación por "serios incidentes" en cientos de mesas electorales del país, donde miles de votantes se vieron imposibilitados a ejercer su voto al cierre de las mesas.

Los inconvenientes para votar se registraron en distintos barrios de Londres, como también en Manchester, Sheffield, Birmingham, Liverpool, Newcastle y Surrey.

En muchas circunscripciones, la participación del electorado fue tan elevada, la más alta en 30 años, que las autoridades de mesa se vieron sobrepasadas por falta de vocales y papeletas electorales.

Muchos votantes indicaron que llevarán a la Corte a la Comisión Electoral y desafiarán los resultados de muchos colegios electorales, especialmente en aquellos donde el ganador obtuvo una victoria por escaso número de votos.

Jenny Watson, presidenta de la Comisión Electoral, confirmó la apertura de la investigación por los incidentes, pero instó al Parlamento a modernizar el sistema electoral, "que es anticuado y funciona desde la Era Victoriana".

"Ya no somos cinco millones de votantes, somos 45 millones, y eso tiene que ser tenido en cuenta por los legisladores. Hubo serios inconvenientes y los vamos a investigar, pero el Parlamento tiene que legislar para reformar este sistema", declaró la funcionaria.

En la noche del jueves, miles de votantes hicieron fila fuera de los centros de votación, pero tras el cierre de las mesas, a las 22.00 locales, muchas autoridades cerraron las puertas en lugar de permitirles que ingresaran para votar.

En algunos casos faltaron papeletas electorales, personal entrenado para lidiar con el gran número de personas y hasta mesas para atender a tanta cantidad de gente.

Por su parte, Brown dijo a través de su portavoz oficial estar "muy preocupado" por los incidentes, mientras que el conservador Cameron sostuvo que debe ser prioridad del próximo gobierno "investigarse hasta el fondo de la cuestión para que esto no vuelva a ocurrir jamás".

Lo cierto es que Gran Bretaña entró en aguas desconocidas este viernes y, según los comentaristas y analistas políticos, es muy probable que si el gobierno de coalición no consigue la estabilidad que busca, se convoque a elecciones en los próximos meses.

Esto podría tener efectos devastadores para un país que acaba de salir de la peor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y que desde hace décadas estaba acostumbrado a ser gobernado por un gobierno de mayoría.

Durante el correr de los días el electorado sabrá con mayor claridad si el Reino Unido tiene chances de salir de la crisis política en la que se encuentra tras las elecciones generales o caerá presa de las peleas y divisiones de los partidos, en su pelea por el poder.




Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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