viernes, 25 de junio de 2010

Lavado de dinero: Reglas de interpretación múltiple



Lavado de dinero: Reglas de interpretación múltiple
Carlos Acosta Córdova


Cada año, al hacer sus balances, a la banca mexicana le “sobran” 10 mil millones de dólares. Esa cifra, ya reconocida oficialmente, no puede tener sino un origen ilícito. A fin de combatir este blanqueo, la Secretaría de Hacienda anunció una serie de medidas restrictivas para la compraventa de dólares, lo que de inmediato provocó reacciones airadas de quienes las consideran un estricto control de cambios o, por el contrario, quienes las ven como una dolarización de la economía.

MÉXICO, D.F., 24 de junio (Proceso).- Luego de tres semanas de indefinición, la Secretaría de Hacienda dio a conocer las reglas a las que se sujetarán bancos y particulares para frenar la entrada masiva de dólares en efectivo al sistema bancario nacional y que se presumen de procedencia ilícita.

Fue el propio secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien el martes 15 se encargó de dar a conocer esas reglas y revelar por vez primera la cantidad de dólares que podría tener origen ilícito y que llegan ya blanqueados a los bancos.

“Desde hace varios años”, dijo, los 41 bancos que operan en el sistema, después de atender la demanda regular de cambios –dólares por pesos– por parte de personas y empresas, se quedan cada año con un excedente. Son más de “10 mil millones de dólares que no tienen explicación en la dinámica propia de la actividad económica del país”.

Es decir, a los bancos llegan muchos más dólares de los que demandan las personas físicas y morales para sus actividades económicas habituales. Por tanto, se presume un origen ilícito de aquellos, fundamentalmente provenientes de las ganancias del narcotráfico.

Para frenar la entrada masiva de dólares de procedencia dudosa, Hacienda anunció que se limitarán las operaciones en ventanillas bancarias, pero sólo las relativas a la compra de dólares por parte de los bancos, la recepción de depósitos, el pago de créditos y servicios en esas instituciones.

Es decir, las nuevas reglas no se aplican para la venta de dólares en efectivo por parte de los bancos ni a la compra-venta de dólares por cualquier medio distinto del efectivo. Cualquier persona o empresa podrán comprar en los bancos los dólares que quieran, en la cantidad que sea y en el momento que lo deseen, sin límites.

Igualmente quedan intocadas todas las transacciones con dólares vía electrónica (tarjetas de crédito y débito; transferencias en línea) o con documentos (cheques y cheques de viajero, entre otros).

El objetivo de Hacienda es atacar la entrada de dólares en efectivo, que son los que no dejan rastro.

Así, a partir de este lunes 21 las personas físicas se sujetarán a las siguientes reglas:

–Quienes tengan cuenta en un banco podrán efectuar operaciones en efectivo (venta, depósito o pago) hasta por 4 mil dólares por mes, en toda la red de sucursales del banco.

–Quienes no sean cuentahabientes ni turistas (es decir, usuarios residentes nacionales) tienen un límite de mil 500 dólares al mes, sin que la operación diaria exceda los 300 dólares.

–Los turistas extranjeros sólo podrán venderle a un banco (esto es, cambiar por pesos) un máximo de mil 500 dólares al mes.

En el caso de las personas morales, es decir las empresas, el límite de dólares que podrán abonar a su cuenta, cambiar por pesos o usar para hacer pagos es de 7 mil dólares por mes, pero sólo en zonas turísticas y fronterizas.

Para ellos, la medida entrará en vigor no este lunes, sino el próximo 16 de septiembre; es decir, 90 días después de publicadas las nuevas reglas en el Diario Oficial de la Federación, lo que ocurrió el pasado miércoles 16.

La razón de este “periodo de transición” es para que, en ese lapso, las empresas puedan deshacerse de sus inventarios en dólares. Después de ese periodo tendrán restringido el abono (pago o cambio) de dólares en efectivo, salvo en las ciudades turísticas y fronterizas, pero con ese límite de 7 mil dólares al mes.



No tan estrictos



Tanto el secretario Cordero como el presidente de la Asociación de Bancos de México, Ignacio Deschamps, enfatizaron –el mismo martes 15– que las nuevas reglas no afectarán a los clientes y usuarios de los bancos, toda vez que el monto total de las operaciones en dólares en efectivo representa sólo 0.6% del total del mercado cambiario. Es decir, de cada 100 dólares sólo seis centavos se manejan en efectivo.

También descartaron que pudieran perjudicar a los beneficiarios de las remesas que envían los mexicanos que trabajan fuera del país, porque 96% de ellas se hacen por vía electrónica y son pagadas, aquí, en pesos. El restante 4% son los dólares que los migrantes mexicanos traen en efectivo y que podrán cambiar sin ningún problema.

Y negaron que el sector turismo pudiera verse afectado, ya que sólo 2% de la facturación del sector se realiza con dólares en efectivo.

En marzo pasado el Departamento de Estado de Estados Unidos dio a conocer su informe International Narcotics Control Strategy Report, en el cual estimaba que cada año las organizaciones de narcotraficantes envían desde Estados Unidos a México entre 8 mil millones y 25 mil millones de dólares.

John Morton, subsecretario de la Agencia de Aduanas y Migración de Estados Unidos, y el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, presentaron el 2 de mayo el Estudio Binacional de Bienes Ilícitos, donde se calcula que cada año pasan de EU a México entre 19 mil millones y 29 mil millones de dólares de ganancias del narcotráfico.

Ante esos montos, el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Guillermo Babatz, que acompañó a Cordero en el anuncio del martes, dijo que la cifra de 10 mil millones de dólares, o más, que quedan de excedente en el sistema bancario es compatible con esas estimaciones, pues aquellos informes se refieren a la entrada total de recursos de procedencia ilícita, de los cuales sólo una tercera parte es la que llega a los bancos.



En contra



La reglas de Hacienda, sin embargo, generaron algunos malos entendidos. El diputado priista Óscar Levín Coppel (economista que ha sido funcionario público del sector económico, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y presidente de la Condusef), entrevistado en la Cámara, dijo que lo que está haciendo el gobierno con las nuevas reglas “es un control de cambios” y todo control de cambios “lo que hace es generar un mercado negro”.

“En el momento en que se limita la entrada y salida de dólares en el país, lo que se está haciendo es que la gente los compre y los venda en otro lado. De esa manera se está castigando el turismo, a los ahorradores en dólares. ¿No que íbamos a ser una economía abierta?, ¿ya nos dio miedo la apertura?”, agregó el economista, y señaló:

“Controlar los cambios de esa manera es absurdo, pues va a generar un mercado negro y más inseguridad para la gente y va a entorpecer el buen desarrollo del sistema financiero. Se vieron muy novatos. Lo que tendrían que haber hecho es más por el lado de inteligencia financiera y por las aduanas.”

De una lectura de las medidas regulatorias se desprende que no se trata de un control de cambios en sentido estricto, como el que se vivió en tiempos de José López Portillo, cuando el gobierno fijaba el tipo de cambio y establecía los montos en que se podían comprar y vender dólares. Y eso aplicaba para todas las transacciones en esa divisa, para personas y empresas.

Las reglas anunciadas sólo se aplican para las operaciones en efectivo con dólares –que es 0.6% del mercado– y la restricción es únicamente para cuando se quiera cambiar dólares por pesos en el banco o hacer depósitos o pagos en él.

Pero la compra de dólares no estará acotada por las nuevas reglas. Empresas y personas podrán adquirir en los bancos –como ahora– la cantidad de dólares que deseen, obviamente al tipo de cambio vigente en el mercado.

Ciertamente, cualquier restricción en la economía genera siempre, en algún grado, un mercado paralelo. Los dólares de la delincuencia organizada, particularmente del narcotráfico, seguirán llegando al país –la apuesta es que sea en menor medida, en virtud del desincentivo que significarían las reglas–, pero los que no puedan colocarse en los bancos buscarán, necesariamente, múltiples salidas.

Una de ellas, sin duda, será la calle y la proliferación de “tienditas” al estilo del narcomenudeo, toda vez que la urgente necesidad de cambiar dólares por pesos hará que quienes los tengan o traigan de manera ilícita al país, los vendan de cualquier modo, así sea a un menor precio, como ya sucede en la frontera.

Y a la gente, al mexicano de a pie, le gusta tener dólares, así sea bajo el colchón, con la esperanza de que haya una devaluación que le deje una ganancia.

Algunos especialistas ya expresaron el temor de que las nuevas reglas puedan ser el germen de una dolarización silenciosa.

La Asociación de Bancos de México, en cambio, cree lo contrario. Consultada por Proceso, la ABM señala:

“Lo que se pretende con estas reglas es exactamente lo opuesto. Al complicar o evitar que recursos de probable procedencia ilícita ingresen al sistema financiero, lo que se pretende es desincentivar que esos dólares ilícitos lleguen al país.

“Sin embargo, esos efectos se verán reflejados de manera gradual en el tiempo. Si eventualmente se presentara un fenómeno de mercado paralelo, con precios diferentes al oficial, dicho fenómeno tenderá a corregirse de manera natural por los mercados; así ha sucedido en otras experiencias, como la de Colombia, en las cuales los diferenciales han desaparecido en un periodo razonable, de entre 12 y 18 meses.

“Es mucho más probable que esos dólares ilícitos sean transferidos a otras economías de países más vulnerables que el nuestro”, dice la ABM.



No se las creen



Otra de las críticas que recibieron las medidas regulatorias para las operaciones con dólares en efectivo es que “son muy menores”, “ineficaces”, “tardías”, que “no combaten en serio el lavado de dinero” y que más bien son un “show mediático” del gobierno de Felipe Calderón, que está “más preocupado por su imagen” y por atender “las presiones de Estados Unidos y Europa” para que México ataque en serio el lavado de dinero.

Uno de los que con más insistencia opinó en ese sentido fue Edgardo Buscaglia, académico experto en temas de seguridad y narcotráfico. Para él, las medidas que anunció la Secretaría de Hacienda “son como querer hacer una cirugía de cerebro con un cuchillo de cocina”.

El lavado de dinero no se combate, dice, con medidas que buscan sólo un alto impacto mediático, sino con el empleo a fondo de las tareas de inteligencia financiera, como lo hacen los países avanzados y aun Colombia.

Con ello, asegura, se podría hacer, por ejemplo, un mapeo patrimonial de las empresas relacionadas con las bandas de narcotraficantes y que las autoridades –incluso las de Estados Unidos y de algunos países de Europa– ya tienen identificadas.

Así, según él, se podrían identificar todas las redes de funcionarios, fideicomisos y otros fondos implicados en el lavado de dinero.

Pero ni las labores de inteligencia financiera son ajenas a las nuevas reglas ni es menor el freno que se pretende poner a la entrada masiva de dólares a los bancos.

Los bancos estarán obligados a enviar a la Secretaría de Hacienda, por conducto de la CNBV, un reporte cada tres meses –en los primeros 10 días hábiles de enero, abril, julio y octubre–, “por cada operación de compra, recepción de depósitos, recepción del pago de créditos o servicios o transferencia o situación de fondos, en efectivo, que se realicen con dólares de los Estados Unidos de América”.

Así reza la disposición 34 bis, de carácter general, que se sumó a las contenidas en el artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, que establece que los bancos deberán reportar por cada operación de 500 dólares o más en el caso de los cuentahabientes, y de 200 dólares o más si se trata de sólo usuarios del banco.

Como es previsible que muchos –empresas y personas– quieran burlar las nuevas reglas y hacer operaciones por montos superiores a lo establecido por aquellas, yendo a varios bancos, la información de los reportes trimestrales será procesada, a final de cuentas, por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.

Ésta llevará el registro y seguimiento de todas las personas físicas y morales que realicen operaciones con dólares en efectivo en los montos (500 y 200 dólares, o más, según el caso) establecidos en las reglas.

El otro punto que es clave en las reglas es que a partir del 16 de septiembre ninguna empresa, salvo las que están en ciudades turísticas y en zonas fronterizas, podrá hacer operaciones con dólares en efectivo.

Y ese es, justamente, uno de los ataques directos al lavado de dinero. Las empresas que blanquean a través de la venta “lícita” de autos, inmuebles, joyas, arte, franquicias, entre otros bienes y servicios, ya no podrán hacerlo. (Con información de Juan Carlos Cruz).






Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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