EDITORIAL
“Llamé al cielo…
Recordando las palabras de Don Juan Tenorio en las que habiendo tocado las puertas del cielo nadie le oyó “y ya que sus puertas me cierra, de mis pasos en La Tierra, responda el cielo, no yo”.
Y eso es en lo que deben estar pensando don Martín Esparza y sus agremiados del SME, que con lo dictaminado hoy por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien haciendo otra vez de las suyas acabó con las esperanzas de miles de trabajadores que de la noche a la mañana se quedaron sin su trabajo.
¿Qué es lo que se puede esperar ahora?; cualquier cosa. Cuando a los hombres se les acaban las opciones de Justicia, suelen tomarla por propia mano.
Está bien que se hayan agotado todas las instancias jurídicas (hasta ir con los nefastos obispos, se entiende que el perdido va a todas) pero ya no hay más a quien recurrir, como no sea con los mineros que están en las mismas condiciones.
Esperando que entre las cosas que piensen hacer para que haya Justicia, contemplen el llevar a cabo un boicot a la Coca-Cola, que si bien puede ser un último recurso desesperado, no se puede soslayar que le funcionó a Gandhi.
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