martes, 6 de julio de 2010

Si se pactara con los capos...


Si se pactara con los capos...
J. Jesús Esquivel


Michael A. Braun, exjefe de Operaciones de la DEA, aconseja al gobierno mexicano no negociar con los cárteles de la droga porque, dice, el costo sería muy alto y, según sus pronósticos, en menos de 10 años México se convertiría en un narcoestado. Hay capos que quieren pactar y políticos que podrían caer en la tentación. Eso sería como vender su alma al diablo… y ya no hay arrepentimiento posible.



WASHINGTON, 5 de julio (Proceso).- Si los políticos y los partidos de México amarran acuerdos con el narcotráfico para reducir los niveles de violencia por razones financieras o para garantizar los comicios presidenciales de 2012, el país puede convertirse en un narcoestado en 10 años más, advierte Michael A. Braun, exjefe de Operaciones de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA).

En ese escenario México tiene dos opciones: “convertirse en una potencia económica global o transformarse en un narcoestado”, dice Braun, quien hasta finales de 2008 coordinó las operaciones de la DEA en 227 puntos de Estados Unidos y en 87 países.

Comenta que estudiosos de las organizaciones criminales que operan en México aseguran que si el gobierno de ese país no enfrenta de manera agresiva a los cárteles y los desmantela, éstos convertirán el territorio en un narcoestado. E insiste en que no hay duda de que, por su avaricia, los capos mexicanos intentarán negociar con la clase política y con los gobernantes; y al hacerlo, tendrán un mayor control para el trasiego de las drogas, dice Braun.

Directivo de la firma Spectre Group International LLC, dedicada al diseño de programas de seguridad e inteligencia en Afganistán, Pakistán y otras naciones de Oriente Medio y Europa, el entrevistado afirma que los cárteles están intentando crear un “ambiente permisivo en México” para operar sin problemas.

“Eso quiere decir que desean influir en el resultado de las elecciones, como han venido haciendo y lo seguirán haciendo en el futuro inmediato”, subraya.

El experto en combate al narco, actividad a la que dedicó 34 años de su vida, Braun reconoce que los mexicanos están desconcertados por el ambiente de violencia que priva en su país y la inseguridad que genera, pero considera que si las autoridades quieren fragmentar y eliminar a los cárteles de la droga, por ningún motivo deben hacer concesiones con los capos.

Para el exjefe de Operaciones de la DEA, ellos son unos “criminales desalmados” con los que no se debe negociar. Si el gobierno de México lo intentara, sería como colocarse una argolla en la nariz que ellos jalarían a placer para obtener lo que quieran.

Sin mencionar nombres ni fechas, Braun relata que políticos y gobernantes del PRI establecieron acuerdos con el narcotráfico en el pasado. Por eso, hace 40 o 50 años hubo un control de la violencia que generaban el crimen organizado y los narcotraficantes. Y reitera que gracias a ello los cárteles se fortalecieron y ahora México está pagando las consecuencias.

¿Son entonces los políticos priistas los que más tienden a concretar acuerdos con el narcotráfico? –pregunta el corresponsal.

–No puedo decir eso. No se puede analizar así al viejo o al nuevo PRI; tampoco al viejo y al nuevo PAN. Si el PRI tiene éxito electoral en un par de años (2012) y el sucesor de Calderón en la Presidencia es de un partido diferente, entonces sería necesario saber su posición con respecto a la lucha contra el narcotráfico.

Braun insiste: “Los acuerdos con el crimen organizado, sean por razones financieras, políticas o de seguridad, nunca funcionan. Al contrario, empeoran las cosas”.



Un “triunfo” muy costoso



El pasado 16 de junio, el encargado de la estrategia de inteligencia de la DEA, Tony Placido, declaró a un grupo de reporteros mexicanos que en Estados Unidos hay preocupación por la posibilidad de que el relevo de Calderón opte por no dar continuidad a la estrategia de combate al narcotráfico con la participación del Ejército.

–¿Existe esa preocupación? –se le cuestiona a Braun.

–No es sólo la DEA la que está preocupada sobre un cambio partidista o de estrategia antidrogas desde la Presidencia de México; en muchos países sus dirigentes entienden que lo peor que puede hacer el gobierno de ese país es establecer acuerdos con los narcotraficantes.

A dos años y cinco meses de que concluya la gestión de Calderón, su estrategia contra el narco ha dejado más de 23 mil muertos. Esto, para muchos expertos, es una opción válida para derrocar al crimen organizado, aunque admiten que en este caso el costo para la sociedad mexicana está resultando muy alto.

Braun es uno de ellos. Sostiene incluso que Calderón está ganando la guerra contra los cárteles. “Estoy absolutamente convencido de que la creciente violencia, tan difícil de entender para los mexicanos, es una indicación clara del éxito de la estrategia del presidente Calderón”.

Y enfatiza: Nunca antes los cárteles de la droga habían estado en riesgo de ser desmantelados.

Aunque renuente a comparar el estado de violencia generado por el trasiego de las drogas que se vive en México con el que hubo en Colombia hace dos décadas, el exjefe de Operaciones de la DEA declara que ojalá el gobierno mexicano logre lo que su par colombiano. E indica que cuando éste decidió atacar con todo al narcotráfico, el país sudamericano experimentó niveles de violencia mayores incluso a los que hoy se viven en México.

“La estrategia contra el narcotráfico en Colombia consistió en desmantelar a los cárteles, uno por uno… No estoy diciendo que la de combatir cada uno de los cárteles sea necesariamente la estrategia de México. En ese país hay gente que cree que existen organizaciones intocables o que son favorecidas por el gobierno. Lo mismo se dijo de las autoridades colombianas.

“Pero allá se dieron cuenta de que no alcanzarían sus objetivos si atacaban a todos los cárteles al mismo tiempo; por eso optaron por enfrentar de manera sistemática a uno por uno. Eso les dio resultado”, resume Braun, quien asegura que aún es consultado por “altos funcionarios” del gobierno mexicano para que los asesore, aunque se niega a revelar sus nombres, pese a la insistencia del corresponsal.

Braun, quien asegura que aún tiene contacto con sus antiguos colegas de la DEA y es respetado en los círculos del poder en Washington y otras capitales, afirma que Colombia es ya uno de los países más seguros del hemisferio occidental. Ello se debe, insiste, a que las autoridades no dieron marcha atrás en su determinación por fragmentar a los cárteles del narcotráfico, uno por uno y no mediante una guerra generalizada.

“Cuando te embarcas en una campaña para romper la espina dorsal de esos poderosos cárteles tienes que luchar hasta el final, llegar a las últimas consecuencias”, dice. Y, con respecto al caso de México, explica que si el gobierno no pierde los deseos de pelear, ganará la batalla y experimentará lo mismo que Colombia”.

Por eso reitera que a los capos mexicanos no se les debe ni puede confiar nada, mucho menos negociar con ellos desde el gobierno. Ellos están conscientes de la vulnerabilidad de los políticos y funcionarios, dice el exjefe de Operaciones de la DEA, incluso podrían tener la capacidad para menoscabar las instituciones democráticas de México.

“Si algún político o funcionario hace un acuerdo con el diablo y al día siguiente el diablo le muerde el trasero, no debe sorprenderse”, anota Braun.

Proceso le pregunta a Braun si considera que es factible que en las elecciones que se realizan este domingo 4 de julio en más de 10 estados de la República Mexicana ganen algunos candidatos vinculados al narcotráfico.

Tras una pausa, responde: “No sé si ocurrirá o no. Sólo puedo garantizar que si algún funcionario o político prevé hacer acuerdos con los líderes de los cárteles o ya los hizo, aun con lo que ha ocurrido en ese país, va a pagar un precio muy alto. (Esos candidatos) pueden ganar una elección y asumir el poder… pero una vez que venden su alma al diablo, ya no vale ningún arrepentimiento”.


Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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