Lunes, 10 de Enero de 2011 00:00
Escrito por Hugo Barberi
Es verdad que los elementos de la policía municipal de Jojutla se sitúan como los más agresivos, violadores de garantías individuales, que incurren en constantes abusos policíacos que van desde asuntos de tránsito hasta en delitos graves con detenciones acompañadas de “madrinas”; que son seguidos por la policía judicial de la región y más de cerca por sus homólogos de Zacatepec, quienes en el trienio pasado, llegaron a violar a un detenido.
Es verdad que todo esto lleva un record en la región desde finales de los 90, desde donde se han registrado muertes violentas que no se esclarecieron hasta la fecha, como sucedió particularmente en Zacatepec en el trienio 2000-2003.
Pero también es verdad que pese a la fama que tengan, no se puede pasar por alto la agresión directa que sufrieron por parte de elementos del ejército mexicano, en una maniobra radical que también dejó mal parada la de por sí gastada imagen de esta institución militar que ha sido sacada a las calles, fuera de lo que ordena la máxima norma mexicana, la Carta Magna.
Nos referimos por supuesto a la incursión militar que se dio al inicio de semana, primero, en la policía municipal de Jojutla, previo al operativo desarrollado en la casa particular del director de esta corporación, Gualberto Hernández Abarca, en la comunidad de Galeana, municipio de Zacatepec, de donde se presume no lo encontraron y cargaron con dos policías que estaban comisionados para resguardar su seguridad. Quien es mandado, no es culpado, refrán popular.
Es la fecha que el ejército no aclara el por qué irrumpió en la casa del citado funcionario, toda la información se ha basado en supuestos, en declaraciones extraoficiales. Por investigación periodística nos hemos dado cuenta que los presuntos sicarios detenidos en el hotel Camelia de Zacatepec, dijeron que iban con la comisión de comunicarse con Gualberto Hernández, lo cual parece que originó la acción del ejército. De ser así, estaríamos hablando que cualquier persona, hasta un presunto delincuente con su puro dicho, puede prácticamente ordenar a una corporación de la altura del ejército mexicano a que ejecute acciones policiales en contra de quien se le ocurra calumniar, es decir, definitivamente no hay una labor de investigación seria que norme las acciones de las fuerzas castrenses, entonces ¿no hay coordinación de las fuerzas federales de investigación, qué hace el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, y la de la entidad federativa?
De seguir así la situación que está exhibiendo al ejército, es obvio que cualquier ciudadano pueda esperar ser calumniado para ser víctima de quien está para servirle.
Para el colmo, el ayuntamiento fue ignorado y sus jurídicos “ninguneados” en la 24 zona militar cuando fueron a pedir una explicación sobre dónde tuvieron a los policías que se llevaron, mismos que fueron dejados en libertad, golpeados, la noche del miércoles, tras permanecer más de dos días desaparecidos. Donde se resalta, que aun y cuando los dejaron en libertad por falta de elementos para procesarlos, en vez de pedirles disculpa, fueron echados prácticamente con una patada en el trasero.
La misma situación se dio el jueves, en Zacatepec. De no ser por la intervención directa del alcalde, José Carmen Cabrera Santana, seguro hubieran estado como desaparecidos más tiempo los dos policías que también fueron detenidos y liberados por falta de elementos para procesarlos. Como se informó con oportunidad, los soldados irrumpieron en el corralón y porque intervino la policía de Zacatepec que acudió en auxilio de la propietaria del lugar, se los llevaron, no sin antes aplicarles también una “madrina”, lo mismo le pasó a Jonathan Zamudio Betancourt, secretario particular del presidente municipal de Zacatepec, José Carmen Cabrera Santana y a su hermano Cristian, quienes documentaron la agresividad de los militares que como Gabino Barrera, no entendieron razones, los golpearon y se los llevaron por preguntar. También cargaron con el vehículo que les prestó el alcalde para acudir al servicio, porque supuestamente presentaba inconsistencias, las mismas que prevalecieron en sus acciones.
El trago amargo, también lo probó el regidor de Zacatepec, Enrique Pineda.
Pura caña
Concluye la feria de Jojutla que pasó casi desapercibida, con actividades culturales pobres, contrario a lo que se había declarado, se instalaron los panaderos con sus hornos, prevaleció el cablerío riesgoso, una pollería que estuvo por quemarse, en fin…
Ya se mueve todo mundo, para la presidencia municipal de Jojutla por el Partido Revolucionario Instituciona, los vecinos Arturo Ocampo y Enoé Salgado Jaimes, más los que se acumulen. Por el Acción Nacional, Dulce María Huicochea Alonso, actual diputada local… También por la gubernatura, ya estuvo en Jojutla el alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, quien tiene como apoyo en este lugar al ex alcalde, Nelson Torres Mondragón y su equipo cercano dice que ya se ganó el apoyo del alcalde, Enrique Retiguín Morales, lo que podría provocar un fuerte divisionismo porque rompería con la imagen y alianza que había tenido con el actual presidente estatal del PRI, José Amado Orihuela Trejo. Sin embargo, todo esto le servirá para negociar a Retiguín Morales, si va por la candidatura a la diputación federal, misma que competiría contra su regidor, Gerardo Barrios Torres… ¡Salud!
jornadaenjojutla@hotmail.com
Fuente: La Jornada de Morelos
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