En apariencia nada diferencia un día del otro, tal vez algunos sucesos en un continuo casi predecible de hechos que nos permiten saber que el día y la noche están presentes, que las calles son las mismas y las personas también. Y sin embargo todo está cambiando, pero el ritmo de lo cotidiano ni siquiera lo percibe. No obstante todo está en cambio.
¿Cuál es la esencia de un año nuevo? Es una vuelta en el espiral y es un momento para poder renovar, reinovar, reavivar es reavivir, es el cambio de piel, de ánimo y de renovar y veeverlo todo. Es decir, es un momento artificioso de tomar la vida, con todos sus años y cerrar el ciclo en espiral y ascender.
Un año nuevo es una salida por la que entramos de nuevo al mismo lugar, ahora visto en una nueva dimensión, en las dimensiones de la evolución, de la re-evolución y es la trasformación renovada del esfuerzo de seguir siendo y la re-afirmación del deseo de luchar, de ser más, de ser mejores, de darlo todo porque vale la pena vivir, si se vive. Es decir, si sentimos la vida y la vivimos, es vivir la vida y es dar la vida por la vida misma.
Es tiempo de sentir la vida misma como propia y regalarla a los demás, es recibir la vida de los demás y disfrutar el esfuerzo por ejercer nuestro poder, este poder que todos tenemos, y que ejercemos incluso sin hacerlo consiente. Pero en verdad, tenemos un poder y este es más fuerte y poderoso si lo hacemos consciente y lo sumamos al poder del pueblo como expresión colectiva de la suma de cada uno.
El poder como fuerza mágica que debe ser dominada para hacer posible la felicidad. La magia, es la expresión de la voluntad que conjuga la materia energía en acción y solución y realización de las aspiraciones y se concreta en la lucha porque en el microcosmos en el que cada uno estamos inmersos todo sea como lo deseamos, luchamos por la trasformación por la superación, por el desarrollo, por dar lo mejor de cada uno, para que cada uno este mejor.
Un año nuevo se expresa como una llama de fuego nuevo, una llama encendida por el derechos de los pueblos, todos nos sentamos ante este fuego nuevo que nos simboliza que nos aviva que nos depura y que nos apura a ser mejores para luchar juntos por los derechos humanos, entorno a esta llama encendida en el corazón de un maguey nos abrazamos y apretamos nuestros cuerpos hombro con hombro para luchar contra la impunidad. Nos abrazamos y nos fortalecemos al reconocer el poder de cada uno y sentir que nos fundimos como el acero en nuestro exterior y dialectalmente nuestros corazones se avivan en la llama del fuego nuevo de lo que llamamos un nuevo año.
Y completando el proceso de re-innovación, nuestra mente cobra mayor congruencia para que podamos pensar decir y hacer cada día la lucha que juntos nos lleva a ejercer el poder renovado, en esta vuelta de espiral que es la vida.
Por todos los muertos, los desaparecidos, los torturados, los perseguidos, los presos, los explotados, nuestra lucha y nuestro deseo de ser felices. Ellos también los sentimos en este abrazo que nos damos en el fuego nuevo de nuestra llama encendida.
Liga Mexicana por la Defensa
de los Derechos Humanos A.C.
enero 2011
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