miércoles, 4 de noviembre de 2009

Uno más



Uno más

Pastrana
El cadáver de Bladimir Antuna García apareció detrás de las instalaciones del Centro Social del IMSS, en la capital de Durango, 10 horas después de que fue levantado.

El reportero de El Tiempo, que cubría temas de seguridad, pasó a engrosar las listas de periodistas asesinados en México: el número 12 de este año, según el recuento de la Fundación para la Libertad de Expresión y el 58 desde 2000. El tercero en Durango en lo que va de 2009, pues en mayo fueron asesinados Carlos Ortega Samper, también de El Tiempo, y Eliseo Barrón Hernández, de Milenio Torreón.

Bladimir había sufrido un atentado el 28 de abril y había denunciado amenazas, que no fueron atendidas.

Distintas organizaciones que promueven la libertad de expresión condenaron el hecho.

“La total impunidad con que se cometen (estos actos) acota día a día la libertad de expresión y amenaza en convertir a nuestro país en un pueblo desinformado y sin voces críticas”, dijo Fundalex. La organización internacional Reporteros Sin Fronteras aseguró que el crimen pudo evitarse y que Durango "se ha convertido en un infierno para quienes defienden una prensa libre".

Sin embargo, muy poco dijimos los periodistas.

No puedo evitar pensar en las discusiones que se generó, en los correos electrónicos de periodistas y directivos, la propuesta de hacer un pronunciamiento colectivo por el asesinato de Armando Rodríguez, reportero de El Diario de Juárez, y el ataque con granadas a El Debate de Culiacán, en noviembre de 2008.

La solución –ante el desacuerdo– fue promover una carta abierta que firmamos a título personal más de 100 colegas y que fue retomada por el diario francés Le Monde, pero que no tuvo mayor eco en los medios mexicanos.

Hace unos días, Pilar Lozano, una extraordinaria periodista colombiana, se preguntaba sorprendida por qué el asesinato del líder campesino Margarito Montes no había sido nota de ocho columnas en todos los periódicos: “¿Cómo puede pasar eso y no estar parada la sociedad? ¿Cómo puede pensarse que esto es normal?”, preguntaba Pilar, quien se fue de México sin conocer la noticia del asesinato de Bladimir.

No se trata de hacernos héroes, pero, carajo, ¿qué tipo de sociedad, medianamente democrática, puede acostumbrarse a contar periodistas muertos?

dpastrana@elperiodicoenlinea.com.mx




Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV

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