De nuevo otra crisis anunciada

Arturo Huerta González

El desempleo en la principal economía del mundo, Estados Unidos, sigue creciendo. En el mes de mayo del presente año, dicha economía solo generó 53 mil empleos, cuatro veces menos del empleo generado en el mes anterior (abril). Se esperaba que en el mes de junio la generación de empleo repuntara a más de 100 mil, y solo se generaron 18 mil empleos netos., muy por debajo de los 150 mil empleos requeridos mensualmente para satisfacer la demanda de empleo de los que se incorporan cada mes al mercado de trabajo. La tasa de desempleo aumentó a 9.2 por ciento. Si se tienen en cuenta las personas que ya no buscan empleo porque no lo encuentran, como aquellas que trabajan tiempo parcial, el subempleo afecta a 16.2 por ciento de la población activa. El desempleo se explica sobre todo porque el sector público desempleó a 39 mil trabajadores, mientras el sector privado creó 57 mil empleos en el mes de junio. Durante ocho meses consecutivos el sector público de EU ha venido desempleando trabajadores como consecuencia de las políticas de contracción del gasto público, que tanto el gobierno federal, como los estados y municipios están instrumentando, para reducir el déficit fiscal.

Las altas tasas de desempleo, y la caída de salarios reales, debido a la inflación, mantienen la contracción del consumo (que equivaler a 70 por ciento del PIB en dicha economía), como de la actividad económica, lo que sigue presionando sobre el desempleo. Ello obliga a la Reserva Federal (su banco central) a mantener baja la tasa de interés, a fin de no agravar la contracción económica y el desempleo, pero por otra parte está el problema de la inflación, y la disputa que se da entre el Congreso y el gobierno, en torno a la reducción del déficit fiscal y el tope al endeudamiento del gobierno. Para reducir el déficit fiscal, proceden a recortar el gasto público, como a incrementar impuestos, lo que contrae demanda y por ende la actividad económica y la generación de empleo, por lo que el panorama no es nada alentador para dicha economía, ni para aquellas como la nuestra, que dependemos de ella. No hay perspectiva de absorber el desempleo en la economía de EU, ni en los países de Europa, ni en la economía nacional. La preocupación de los gobiernos es reducir el déficit fiscal, y los montos de endeudamiento, y evitar presiones inflacionarias, y no el de reactivación económica, y del empleo.

Las políticas de reducción de la tasa de interés, como el déficit fiscal y la devaluación del dólar han fracasado para retomar la dinámica económica y disminuir el desempleo en Estados Unidos. Y dicha problemática se agravará al reducir el déficit fiscal, pues el sector privado, y las exportaciones no tienen condiciones de ser el motor de la economía, dados los problemas de acumulación de la economía mundial.

El problema es que ante la nueva recesión que se avecina en dicha economía, no se avizora política económica alguna que la contrarreste. La tasa de interés no puede bajar más, y no se tiene capacidad de incrementar el gasto deficitario, ante la oposición del Congreso para hacerlo, sino por el contrario, lo van a reducir, lo cual empeorará las cosas.

La política económica a nivel mundial sigue actuando a favor del sector bancario–financiero. De ahí las políticas de ajuste fiscal que se están instrumentando para generar condiciones de pago, a costa de sacrificar el crecimiento y la generación de empleo. De seguir en ese camino, la recesión económica resurgirá, con mayores problemas de desempleo, y de deterioro del nivel de ingreso de empresas e individuos, lo que acentuará los problemas de cartera vencida, e inestabilidad bancaria y financiera.

Mientras los desempleados y subempleados no se manifiesten por que se genere empleo bien remunerado, y los que trabajan no se movilicen por aumentos salariales, seguirá el clima de recesión, desigualdad, y miseria que se está generalizando a nivel mundial, y en nuestro caso está llevando a un clima de violencia e inseguridad que termina frenando más la actividad económica, lo que nos lleva a un callejón sin salida.

Fuente: La Jornada de Oriente