jueves, 14 de julio de 2011

La persecución heredada: Lucio, Isabel y Micaela


RAÚL SENDIC GARCÍA ESTRADA

A principios del año de 1973, Lucio Cabañas y el Partido de los Pobres, mantiene sitiado Tepetixtla y posteriormente fue detectado por el Ejército un campamento guerrillero en San Cristóbal Los Riegos, Santa Bárbara, en la sierra del municipio de Chilpancingo. El radio de acción de la guerrilla se empezaba a extender hacia la Sierra de la capital del Estado y el Municipio de Coyuca de Benítez, convirtiéndose la Sierra de Guerrero en un escenario de guerra, con la presencia de 50 mil soldados se concentró un tercio de las fuerzas federales, quienes a lo largo de siete años, desarrollaron siete campañas militares, empleando y combinando tácticas de control de la población, guerra de baja intensidad y tierra arrasada.

El 11 de noviembre del mismo año, se entabla un combate entre la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres y el Ejército Mexicano, con un saldo de cuatro militares muertos y un combatiente rebelde, situación que obliga a la columna guerrillera a un repliegue táctico.

En la comunidad de Santa Rosa de Lima, Municipio de Coyuca de Benítez, se incorpora a la insurrección, la señorita María Isabel Ayala Nava, originaria de la comunidad del Ejido de Santa Bárbara, siendo ésta, alumna en el turno vespertino de la escuela primaria del lugar, quien se une a las filas del Partido de los Pobres, con el nombre de guerra de “Carmen” ó “Carmelita”, al igual se incorpora el joven Pedro Sonora González, quien a la fecha se encuentra desaparecido.

Para el 18 de noviembre de 1973, después de la emboscada de Yerbasantita, se recrudece la persecución con encuentros armados en La Llave, Los Riegos, Yerbasanta, Las Trancas y Santa Rosa de Lima. Isabel reconoce su participación en el enfrentamiento de Yerbasantita en la Sierra de Coyuca de Benítez y recuerda: “Yo estaba paralizada, Lucio creyó que me habían herido y ordenó la retirada”.

Fueron aproximadamente seis meses en los que María Isabel Ayala Nava, combatió en las filas del PDLP, para lo cual le fue asignada un arma Calibre 38 Súper. Fue en la Sierra de Guerrero, donde se desarrolla la historia romántica de Isabel Ayala y Lucio Cabañas, quienes contraen matrimonio simbólico en la playita de un río en una quebrada de la Sierra, el comandante rebelde le propone matrimonio y le elabora una corona de flores blancas y le confecciona lo que fue un anillo de matrimonio con un pequeño bejuco, acto en el cual se plasma una promesa de amor y de respeto, que solo podría romperse con la muerte.

Producto de este amor, Isabel Ayala resulta embarazada, por lo cual abandona la Sierra el 16 de marzo de 1974, ese fue el último día en que la pareja estuvo frente a frente. Isabel Ayala en una entrevista se refiere a la tristeza de la despedida, el estado emocional del comandante al borde de las lágrimas; Isabel lo recordará hasta el último de sus días, sentada en una piedra con su pequeño sombrero de palma y su carabina M-2 sobre las piernas.

El presentimiento de no volverse a ver, fue una amenaza cumplida del destino. El día 29 de septiembre de 1974, nació en el Centro de Salud de la Ciudad de Tixtla, Gro., el fruto de ese amor, la niña Micaela Cabañas Ayala. El profesor Lucio Cabañas cayó combatiendo víctima de una delación el 2 de diciembre de 1974 en el Otatal, en la sierra de Tecpan.

Un mes y una semana antes, el 25 de octubre de 1974, son secuestrados por la policía y el ejército, en la ciudad de Tixtla, Isabel Ayala, la niña Micaela Cabañas, la señora Rafaela Barrientos Gervasio, madre del comandante Lucio Cabañas, y llevadas al Campo Militar No. 1, en calidad de rehenes, detenidos desaparecidos, para presionar al Jefe del PDLP, para que éste se entregara, en el encierro reciben la incomunicación, la tortura y tratos crueles e inhumanos, al igual que aproximadamente cien ciudadanos perseguidos por su apellido y su parentesco, entre otros, puedo mencionar a los hermanos de Lucio, Bartola, Conrado y Juan Serafín Gervacio, además del señor Cleofas Barrientos y tres menores, de cinco, cuatro y tres años.

La pequeña Micaela dio sus primeros pasos estando detenida en el Campo Militar, el cual abandonó a la edad de dos años, ella por su corta edad, identificaba como su hogar esta instalación militar en la que fue recluida entre los años 1974-1976.

A Micaela le fueron mantenidos bajo reserva, su origen y la identidad de su padre por largo tiempo, ante la desconfianza y el temor de los peligros que implicaba ser descendiente directa del dirigente del Partido de los Pobres, situación que la obliga a marcharse del país por algunos años. Durante mucho tiempo su familia evitó que fuera fotografiada y entrevistada, ella se hizo presente públicamente el 3 de diciembre de 1997, durante los funerales de su abuela, doña Rafaela Barrientos Gervasio. Exactamente 33 años después de la caída en combate del profesor Lucio Cabañas.

A casi 40 años de distancia, se mantiene vigente el ideario del Partido de los Pobres y la lucha de Lucio Cabañas, Isabel Ayala, testigo fundamental de la guerra sucia, fue asesinada en Xaltianguis el día 3 de este mes y año, Micaela vive amenazada y perseguida, tal como lo fuera en los años 70, las heridas no cierran y al parecer los fantasmas de la represión y la guerra sucia regresan... o nunca se han ido... ■

Fuente: La Jornada de Guerrero

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