La contracción de la demanda en Estados Unidos y la Unión Europea ha golpeado con fuerza a las empresas chinas dedicadas a la exportación, con miles de fábricas cerradas en todo el país y la pérdida de unos diez millones de empleos.
Así, la Unión Europea sigue siendo el principal cliente de los productos chinos pero las ventas a Europa bajaron el 18,7 por ciento en enero, un porcentaje parecido a la caída de la demanda procedente de Estados Unidos (-15,2 por ciento).
Sin embargo, el principal castigo provino de Japón, tercer socio comercial, dónde las ventas chinas perdieron un 28 por ciento del valor.
Por sectores, los únicos que mejoraron las cifras de exportación fueron moda (10.510 millones de dólares, 8.135 millones de euros) y calzado (2.910 millones de dólares, 2.250 millones de euros), que crecieron el 5,7 y 10,6 por ciento, respectivamente.
Por su parte, la maquinaria y electrónica -que suponen más de la mitad de las exportaciones totales chinas- bajaron el 20,9 por ciento, aunque el peor dato se atribuye a los productos de alta tecnología, que cedieron un 28 por ciento en enero de 2009 respecto al mismo mes del año anterior.
En el primer mes del año, el comercio exterior chino sumó un importe de 141.800 millones de dólares (110.050 millones de euros), registrando un superávit positivo de 39.100 millones de dólares (30.350 millones de euros), el doble que en enero de 2008.
Esta mejora proviene, sobre todo, de la espectacular caída de las importaciones chinas, que se desplomaron un 43,1 por ciento, hasta los 51.430 millones de dólares (39.920 millones de euros).
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