¿Qué hacemos con los ricos?
Si de respuestas serias y científicas se trata, hay que empezar por plantear bien los problemas. Así lo aprendimos en la escuela. En México, el problema central nunca han sido los pobres, sino los ricos, esa clase privilegiada que se niega a sumarse a un proyecto de desarrollo nacional incluyente.
La lucha ideológica entre izquierda y derecha se distorsiona cuando ambas partes ponen a la pobreza como centro de sus proyectos de nación. Unos a través de programas “focalizados”, y otros con proyectos “universales”. Para el ciudadano común sólo hay confusión. Hasta Calderón cínicamente retoma el lema de López Obrador, para justificar el incremento a los impuestos.
La racionalidad nos lleva necesariamente al tema nodal: los privilegios de 400 empresas que se niegan a pagar impuestos y los “amigos” que exigen los contratos de fibra óptica y de lo que implique seguir saqueando la riqueza nacional. No hay moral, ni proyecto, sólo voracidad y codicia.
No importa si se desmantela Compañía de Luz y Fuerza del Centro y se lanza a la calle a decenas de miles de trabajadores. No importa si se suben los impuestos a las mayorías y se mantiene en el secreto fiscal a los potentados del país.
La crisis económica la provocaron ellos, los neoliberales de México, aliados con sus pares del mundo. El modelo no funcionó, las privatizaciones no hicieron más productivo al país, el Tratado de Libre Comercio nos encadenó a una lógica entreguista y expoliadora, entonces la factura la deben seguir pagando las víctimas empobrecidas. La sinrazón desde el poder.
Pero el pueblo organizado ya está en las calles, reclamándole a los ricos y su gobierno, sus abusos, sus mentiras, su desprecio a las mayorías, su corrupción, su traición a México. Ahora depende de nuestra capacidad de organización y movilización poner los límites. No hay de otra.
Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV
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