Congreso balín
Tal como señalé en mi columna anterior, el Congreso del PRD no refundó nada. Al contrario, se refundió más en su ser burocrático y entreguista.
En materia de elecciones internas a cargos y candidaturas llevarán la voz cantante los consejeros de los distintos niveles, mayoritariamente pertenecientes a la burocracia chuchista dominante.
Incluso, podrá haber sufragio universal, directo y secreto para elegir candidatos sólo si dos terceras partes de un consejo así lo determina, al revés de como estaba hasta antes del Congreso, en que se requería de dos terceras partes para evitar esa forma de elección. La precaria democracia directa que existía se terminó por desmantelar.
Con respecto a las alianzas electorales con el PRI y el PAN, el Congreso fue incapaz de decir que no, dejando la puerta abierta (apenas disimulada) para decir que sí, lo que será un desfiguro histórico, ideológico y político más, revelador de la subordinación de la burocracia dominante en el PRD hacia el proyecto oligárquico que defiende y promueve el Prian.
Acerca de definiciones políticas para enfrentar a la derecha gobernante, el Congreso perredista las eludió, como si no se tratara de un asunto de primera importancia. Sobre las tareas de construcción partidaria, respaldo a la lucha social y garantías para el combate a la corrupción y la ilegalidad internas, nada, sólo propósitos vagos para cubrir las apariencias.
La reiteración es obligada: en términos del proyecto histórico de la izquierda, de la política como imperativo ético, de los principios y las convicciones como valores irrenunciables, desde hace tiempo el PRD dejó de ser. El Congreso lo ratifica.
En su lugar queda la victoria pírrica de la simulación, del pragmatismo pueril y entreguista de una burocracia que logró invertir los fines y los medios sin más propósito que serle funcional a un sistema que necesita una “izquierda” domesticada. Congreso balín, pues.
Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV
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