¿Cuál Iztapalapa?

¿Cuál Iztapalapa?

Hay que recuperar Iztapalapa. Esa Iztapalapa en donde vive 23 por ciento de las personas menores de 18 años del Distrito Federal. La Iztapalapa diversa y multicultural, esa que hospeda casi la cuarta parte de la población infantil indígena de la capital.

La Iztapalapa del trabajo informal, la de 54.5 por ciento de niños y niñas sin derechohabiencia a la salud. La de los retos educativos: mientras que en el DF el porcentaje de deserción de secundaria es de 6.6, en Iztapalapa es de 9.3, lo que la coloca en último lugar con relación al resto de las demarcaciones.

La Iztapalapa en donde dos de cada 10 niños(as) viven en viviendas con piso de tierra y una proporción igual sin agua dentro de sus viviendas. Esa cuyo índice de desarrollo humano, la ubica en el penúltimo lugar de las 16 delegaciones.

La Iztapalapa de la trata, y de la explotación laboral y sexual, la del “Hospital Santo Tomás. Los Elegidos de Dios”. Ahí donde se maquilaban bolsas de plástico y pinzas de ropa. En donde “individuos alcohólicos o drogadictos” eran esclavos; entre los que se encontraban adolescentes callejeros e indígenas. La Iztapalapa que operó el primer programa de mochila segura en el D.F, esa que no ha sabido replicar propuestas culturales para la población infantil y juvenil, como la del Faro de Oriente.

Esa Iztapalapa no es la que está en pugna. Trabajar por la población infantil iztapalapense, no es el eje central de la lucha por la administración de esa demarcación. Ellos ven la Iztapalapa de los votos, la clientelar, la del presupuesto.

Esa en donde la fama de corrupción e impunidad es sólo rebasada por la que genera sus festividades de Semana Santa. Es decir, ven Iztapalapa como un botín a la altura de su ego, el ring de sus vanidades. Lástima por los casi 600 mil niños, niñas y adolescentes que viven en esa delegación y otro tanto que es llevado ahí con fines de limpieza social.

Fuente: El Periódico

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