Iztapalapa y la tercera vía…
A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce
2009-12-01•Política
• Lúgubre aniversario
• La delicada apuesta por la polarización
Cuanto más autoritario es el hombre, mi estimado, mayor es el crimen. Innegable el diagnóstico que muestran varias de las encuestas levantadas a partir del tercer aniversario de este (des)gobierno, que se inauguró por la puerta de atrás ante una protesta en la Toma de Felipe Calderón. Hoy nadie puede cantar victoria en una mal llamada guerra contra el narcotráfico, que acumula más de 15,000 muertos, una total ausencia del Estado de Derecho y de una estrategia clara que se estrenó con la salida de nuestras fuerzas armadas a la calle sin que hasta hoy exista un marco legal de su rol en esta delicada aventura militar que ha colocado al Ejército en el epicentro internacional de violaciones a los derechos humanos.
El balance sobre frágiles logros, my friend, ha sido severamente cuestionado por la iglesia católica (con minúsculas), por las cúpulas empresariales, por distintos premios Nobel, académicos, especialistas, agencias de calificación financiera, analistas económicos, sociólogos, sumando a tirios y troyanos que se alarman ante el aumento de los inéditos índices de pobreza en estos aciagos 36 meses que, junto al escalofriante desempleo, dibujan un país que retrocede mientras avanza el barco de gran calado a su naufragio ante la emocionante adversidad.
En medio el escándalo sobre el aumento de la corrupción y la impunidad que ensombrece al partido en el poder (del no poder), cuya debacle electoral el pasado 5 de julio los colocó a merced de los caprichos, intereses y agenda de los priistas quienes, olvidando promesas, discursos e ideología, le dieron un tiro de gracia a la ciudadanía que sufrirá el verdadero embate del atraco legislativo con el aumento al IVA y demás linduras en un año como el 2010, que ya se pronostica como aún más grave, volátil y delicado sumando inflamables ingredientes al ánimo social. Mismo que es constantemente ignorado, subestimado y rechazado por el disfuncional gymboree (ídem) cuyas políticas son un excelso retrato del talento para desarrollar tiraderos y tensar el hilo social.
El explosivo botón de lo sucedido en Iztapalapa pone el sello sexenal (de las manos limpias, of course) en un peligroso interés por desequilibrar y apostar a la ingobernabilidad en la capital para, no sólo denostar a una de por sí confundida izquierda (digna de Animal Planet) sino justificar una serie de simpáticas medidas en el marco de un elaborado script mediático que de fondo busca la polarización y el brote de violencia.
Pareciera que se olvida el origen del desmadre con el atropello del tepjf (con minúsculas) a escasos 15 días de la elección donde quedaron borrados del mapa los distinguidos aliados de René Arce & his dork squad que, prestándose a una sucia maniobra electorera azul y tricolor, marginaron a Clara Brugada de la contienda cuando las boletas estaban ya impresas… originando la temeraria aventura de López Obrador y ese títere con cabeza (azul) llamado Juanito.
La cándida cuestión, mi estimado, radica en lo que hay detrás de este ignorante personaje que no es sino una, literal, pantalla donde se enfoca y refleja el bullicio de los spin doctors creando esa cortina que disipa el fondo… de un volátil cochinero para desestabilizar una demarcación como lo es Iztapalapa.
La suerte está lejos de estar echada, primero porque Marcelo Ebrard no tiene la facultad de remover a delegados, y segundo la ALDF, que sesionaba tarde el día de ayer para buscar la salida jurídica del laberinto, tiene que votar en el pleno, necesitando de 44 votos para que ocurra la remoción de tan surrealista personaje. Es necesaria la construcción de un escrupuloso andamiaje legal donde se deben agotar las instancias para evitar que el clima latente de ingobernabilidad explote aunque la joya del enredo radica en la divertida tenebra del... PRI.
¿La jugada…?
Que asumiendo su cacareado sonsonete de responsabilidad, los tricolores abran la carta sobre la mesa de negociación de una tercera vía. O sea, ni Clara ni el tal Juanito porque ambos (dos) no garantizan que se reestablezca el mentado orden. La original duda es si esta atractiva salida logrará apaciguar el delicado ánimo social en una Iztapalapa donde el voto popular fue para Clara Brugada.
A quien este (des)gobierno, my friend, busca, haiga sido como haiga sido, evitar que asuma el cargo.
Chingón.
gomezalce@aol.com
Fuente: Milenio
Difusión: AMLOTV
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