Ustedes allá y nosotros acá.
El aceptar que funcionarios de alto nivel del Gobierno de los EEUU venga a nuestro México (o lo que queda de él) para ver cómo es que nos ayudan (¿?) a combatir a la delincuencia organizada, específicamente al narcotráfico.
Cuando ellos no han podido hacerlo en su propio territorio (no les conviene, sería más claro) sería tanto como aceptar que del Vaticano vengan cardenales y obispos a enseñarnos cómo detectar a los pederastas y cómo castigarlos para que no sigan delinquiendo. Y eso es absurdo.
El problema es bilateral es cierto (mundial podría decirse, aunque hay naciones que no tienen ese problema, han legalizado las drogas) y tiene que afrontarse por ambos lados.
“Pero ellos allá y nosotros acá” (que son las palabras más sensatas que le he escuchado a Calderón) cada cual de su lado tiene que hacer lo que le corresponde o lo que le conviene.
Y a nosotros nos conviene legalizar las drogas y endosarles el problema a ellos. Que lo que quieren, no es acabar con las drogas, sino controlarlas, que es distinto. El problema es que ya se metieron y para sacarlos va a estar difícil.
Cabiendo aclarar que la historia indica que ni ellos, ni nosotros, ni nadie, va a poder acabar con el tráfico de drogas.
Por lo que solo nos queda a quienes todavía amamos a nuestra Patria, unirnos, como siempre nos hemos unido ante un enemigo en común, y antes de pensar en otra cosa, recordemos que el boicot ha sido, y es, el más efectivo de los movimientos ciudadanos.
Dejemos de comprar Coca-Cola y de visitar almacenes departamentales y tiendas como Sam’s o Wolmart hasta que no logremos de nueva cuenta recuperar nuestra soberanía.
Quizá ha llegado el momento de llevarlo a cabo, y entender que con la desventaja que tenemos ante los EEUU, lo mejor que podemos hacer es luchar sin violencia.
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