viernes, 9 de abril de 2010

EU y Rusia reducirían 30 por ciento sus arsenales



Acuerdo atómico que puede explotar
EU y Rusia reducirían 30 por ciento sus arsenales
Cuestiona Moscú escudo antimisiles de Washington

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Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dimitri Medvediev, aparecen cariacontecidos luego de la firma de un nuevo tratado de reducción de armas estratégicas nucleares. El acto se realizó en el Salón Español del Castillo de Praga, en la República Checa
Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent

Periódico La Jornada
Viernes 9 de abril de 2010, p. 2
Praga, 8 de abril. Estados Unidos y Rusia, poseedores de 90 por ciento del armamento atómico mundial, firmaron hoy un nuevo tratado de reducción de armas estratégicas nucleares que disminuye 30 por ciento la cifra de piezas de guerra repartidas por los dos países en el mundo, con base en un pacto de 2002, pero deja a Washington en libertad de realizar ensayos, desplegar sistemas antimisiles y lanzar ataques de largo alcance, sin restricción alguna.

Con este pacto, firmado por los presidentes Barack Obama y Dimitri Medvediev en la sede de la presidencia de la República Checa, las dos partes se comprometieron a reducir la cantidad de cabezas nucleares en un plazo de siete años, de 2 mil 200 a mil 500 cada potencia militar.

Esta nueva cifra significa una disminución de 74 por ciento respecto del conjunto de ojivas que cada país tenía en 1991, cuando negociaron el primer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), en el ocaso de la guerra fría, que alentó el crecimiento de sus arsenales disuasivos durante medio siglo.

Durante la ceremonia en que los dos gobernantes signaron el documento, Obama calificó de histórico el acuerdo alcanzado y dijo que es resultado de un liderazgo responsable y global. El estadunidense celebró además que el nuevo tratado bilateral hará más seguros al mundo y a Estados Unidos.

En el Salón Español del Castillo de Praga, Medvediev también saludó la firma del pacto en el territorio que marcó la frontera entre los dos grandes bloques de la guerra fría, la hoy extinta Checoslovaquia, pero en un comunicado emitido desde Moscú, el gobierno ruso destacó que el nuevo tratado de desarme sólo será viable si Washington limita el despliegue de un escudo antimisiles en Europa, cuya instalación se prevé en la República Checa y Polonia.

No hay ganadores ni perdedores tras estas negociaciones, que no han sido nada fáciles, dijo Medvediev en alusión a las pláticas que durante meses sostuvieron los representantes de las dos naciones para sustituir el acuerdo vigente hasta diciembre pasado. El éxito es de ambos países y con ellos de todo el mundo, agregó.

Al momento de rubricar los textos, los codos de los dos presidentes chocaron. Los encargados del protocolo no previeron que Obama es zurdo y hubo necesidad de un reacomodo de último minuto.

Las negociaciones podrían ajustarse si las decisiones de Estados Unidos respecto del escudo antimisiles no satisfacen a Rusia; de hecho, ambos mandatarios definieron el pacto como un primer paso.

Hemos acordado continuar con nuestras conversaciones, incluyendo nuestra percepción de posibles peligros, puntualizó Obama al referirse a las quejas de Moscú en torno a las intenciones de Washington de instalar una batería de misiles defensivos en territorio polaco y un radar en zona checa.

El jefe de la Casa Blanca insistió aquí en que los proyectiles no estarán dirigidos a Rusia y que su objetivo es proteger a esta región –integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte– de eventuales ataques provenientes de otros países. Aunque el estadunidense no mencionó a Irán por su nombre, este proyecto militar –que data de los tiempos del presidente George W. Bush– tiene en la mira a Teherán.

El acuerdo también recortó a la mitad el número de sistemas portadores de misiles, de mil 600 a 800 por cada potencia atómica. La vigencia del texto será de diez años y podrá ser renovado cinco años más, pero en caso de insatisfacción de Moscú o Washington, podrán renunciar al tratado.

Obama firmó el documento 48 horas después de haber anunciado una nueva doctrina nuclear, según la cual Estados Unidos sólo podrá recurrir al arma atómica en circunstancias extremas para defender sus intereses vitales.

Fuentes estadunidenses señalaron que el nuevo tratado no restringe los ensayos de armas nucleares de Washington ni lanzar ataques a cualquier parte del mundo en el momento que lo considere necesario.

Al respecto, el diario británico The Independent destacó que mientras Obama habla de un mundo sin armas nucleares, sus comandantes militares aceleran un programa para desarrollar y desplegar una nueva clase de misiles balísticos intercontinentales, que tendrán la capacidad de golpear blancos en cualquier parte del mundo en un plazo de una hora. Este proyecto lleva el nombre de Golpe Inmediato Global (Prompt Global Strike).


Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV

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