En los últimos 16 años, más del 90 por ciento de las patentes otorgadas en México han sido para extranjeros, lo que le ha acarreado al país tener un alto nivel de dependencia y un escaso coeficiente de inventiva, de acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Mientras el gobierno destina menos del 0.4 por ciento del PIB a ciencia y tecnología, empresas extranjeras consiguen, además de patentes, millonarios estímulos fiscales en el país Mayela Sánchez De enero a septiembre del año pasado, el 97.7 por ciento de las patentes concedidas en México fue para extranjeros, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). De las 7 mil 63 patentes otorgadas en ese periodo, únicamente 161 fueron patentes nacionales. La situación no ha sido más alentadora en años anteriores. De acuerdo con el documento IMPI en cifras, en el periodo 1993 a 2008, la dependencia entregó 96 mil 918 patentes en total, de las cuales 54 mil 736 fueron para Estados Unidos (equivalentes al 56.4 por ciento), 8 mil 609 para Alemania (8.8 por ciento), 5 mil 698 para Francia (5.8 por ciento), 4 mil 206 para Suiza (4.3 por ciento) y 3 mil 588 para Japón (3.7 por ciento). En contraste, inventores, empresas, instituciones educativas y centros de investigación mexicanos tramitaron, en conjunto, 2 mil 585 patentes durante esos 16 años, equivalentes al 2.3 por ciento del total. [Tabla 1] El doctor Ernesto Trens Flores, director del Programa de Desarrollo Tecnológico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la penetración de patentes extranjeras en el país obedece a una cuestión comercial orientada a establecer “monopolios de mercado”, ya que cuando se patenta un producto en un país distinto al país de origen, se bloquea el mercado, de modo que el propietario de la patente es el único que puede comerciar con dicho producto durante la vigencia de ésta. Lo anterior se traduce en que la comercialización del 97.4 de las invenciones que se han patentado en México desde 1993 genera beneficios para otros países, principalmente para Estados Unidos. En 2008, empresas como la alemana Bayer, la suiza Nestlé, la finlandesa Nokia y la francesa L’Oreal, obtuvieron patentes en nuestro país, de acuerdo con elInforme 2008 del IMPI. Compañías farmacéuticas como AstraZeneca AB, de Suecia; Glaxo Smithkline, de Gran Bretaña; y Janssen, de Bélgica, también figuran en el listado de patentes otorgadas. En el caso de Estados Unidos, 82 empresas consiguieron, en conjunto, 2 mil 592 patentes. Entre ellas se encuentran Kimberly-Clark, The Procter & Gamble Company, Johnson & Johnson, 3M, Wyeth, Microsoft Corporation, E.I Du Pont de Nemours and Company, Halliburton Energy Services, Inc, Pfizer, Brystol-Myers Squibb, General Electric Company, Dow Agrosciences LLC, Monsanto Technology, LLC, y Exxon Mobil Research and Engineering Company. Datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) muestran que México se encuentra en el quinto lugar de los países donde Estados Unidos tiene patentes para sus inventos, ubicándose por debajo de la Unión Europea, Japón, China y Canadá. Las cifras de la OMPI no sólo reflejan la importante penetración de Estados Unidos en el mercado mexicano, sino también evidencian la escasa participación de México en el contexto mundial en materia de patentes. En 2008, México registró 325 patentes ante el organismo internacional, mientras que Japón consiguió 239 mil 306 patentes y a Estados Unidos le fueron concedidas 147 mil 154 patentes el mismo año. Si bien la autorización de una patente por la OMPI no equivale a una patente internacional, cuando ésta es concedida el inventor tiene la seguridad de que en el país donde solicite la patente, le será otorgada, de acuerdo con el doctor Trens Flores. El documento Indicadores de actividades científicas y tecnológicas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) muestra que la relación de dependencia para México en 2006 fue de 26 puntos. Este indicador, que calcula las solicitudes de patentes extranjeras entre las solicitudes nacionales, señaló también que Brasil tuvo una relación de dependencia de 5.43, Estados Unidos de 0.92, Japón de 0.18 y Suecia de 0.17. El coeficiente de inventiva, que relaciona el número de solicitudes de patentes nacionales por cada 10 mil habitantes, indicó que México alcanzaba 0.05, mientras que Japón y Corea del Sur reportaron coeficientes de 27.07 y 26.14, respectivamente. Invención sin inversión El Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2008-2012, elaborado por el Conacyt, señala que la generación de patentes refleja la dinámica de innovación de un país, pero que México ha tenido un “pobre desempeño de la actividad innovativa” tras años de estancamiento. El coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, Jaime Mas Oliva, así como los doctores Ernesto Trens Flores y Guillermo Robles Díaz rechazan que los bajos indicadores de las patentes sean reflejo de una precaria situación en el campo de la investigación. Para Robles Díaz, director de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM, el problema está en que no se ha avanzado en vincular el conocimiento con la vida cotidiana. “No se trata de que se haga negocio con el conocimiento, sino que se haga transferencia del conocimiento y de la tecnología y de que se contribuya al desarrollo del país”, señala. El doctor Robles Díaz reconoce que el presupuesto para investigación es muy reducido, pues aunque la Ley de Ciencia y Tecnología señala en su artículo 9 bis que anualmente se destinaría al rubro de ciencia y tecnología un presupuesto superior al 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en los hechos éste no ha superado siquiera el 0.5 por ciento del PIB. Información del Conacyt muestra que, incluso, los montos presupuestales como proporción del PIB se han reducido, ya que en 2000 el gasto federal en ciencia y tecnología equivalía al 0.42 por ciento del PIB, pero para 2004 (el año en que se añadió el artículo 9 bis a la ley) disminuyó a 0.36 por ciento, porcentaje que se mantuvo hasta 2007. Este retroceso provocó que el gasto destinado a investigación y desarrollo, que absorbe más de la mitad del presupuesto de ciencia y tecnología, pasara de 0.23 por ciento en 2000 a 0.22 por ciento para 2007. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, ese mismo año Israel destinó 4.74 por ciento de su PIB a investigación y desarrollo, mientras que Suiza invirtió 3.63 por ciento; Finlandia, 3.47 por ciento, y Austria, Dinamarca y Alemania, 2 por ciento, cada uno. Aunque actualmente el gasto en ciencia y tecnología en México no alcanza siquiera el 0.5 por ciento del PIB, el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2008-2012 señala que el gobierno federal destinará para 2030 el 3 por ciento del PIB tan sólo a invención y desarrollo experimental. El programa también señala que para 2012 se espera que el porcentaje de empresas que reciben presupuesto público para innovación aumente a 7 por ciento, ya que para 2006 éste era de 5.8 por ciento. Desde el año pasado, Conacyt puso en marcha Programas de Estímulo para la Innovación, que sustituyen al Programa de Estímulos Fiscales para las empresas que invierten en ciencia y tecnología, en torno al cual hubo señalamientos por favorecer a empresas trasnacionales. En 2008, el último año que funcionó dicho programa, entre los beneficiarios se encontraban empresas de otros países a las que se les habían concedido patentes el mismo año, como Kimberly-Clark, que recibió 91 millones 643 mil 79 pesos como estímulos fiscales; Nestlé, a la que le otorgaron más de 38 millones de pesos; Pfizer, con casi 35 millones de pesos, y Glaxo Smithkline, con 21 millones 614 mil 978 pesos. También figuran las compañías Wyeth, SC Johnson & Son, AstraZeneca, Kraft Foods, Unilever, Bayer, Dow Agrosciences LLC y Novartis. De 2002 a 2008, el monto para estímulos fiscales a empresas ascendió a 17 mil 996 millones de pesos. En 2007, por ejemplo, mientras Conacyt otorgó al rubro de investigación y desarrollo un presupuesto de 2 mil 643 millones 890 mil pesos, se destinaron 4 mil 500 millones de pesos a estímulos fiscales, es decir 1.7 veces más. México, sin cultura de patentes En opinión del doctor Trens Flores, en México no existe una cultura de patentar las invenciones, como ocurre en otros países. “Al no haber muchas experiencias, los sistemas de evaluación que tenemos favorecen que el académico no piense en patentar”, señala, refiriéndose al Sistema Nacional de Investigadores, en el cual “importa más publicar” que patentar una creación ante el IMPI. Trens Flores refiere que del total de patentes mexicanas, la mitad han sido gestionadas por inventores independientes, es decir que no tienen vínculo alguno con empresas o centros académicos o de investigación. Menciona que las universidades y los centros de investigación ocupan el tercer lugar como gestores de patentes, ubicándose por debajo de las empresas. Para Trens Flores, la participación del gobierno no ha sido suficiente “y eso es algo clave. Se requiere que haya apoyo porque la innovación va a surgir en las instituciones de investigación”, señala. El doctor Mas Oliva añade que los legisladores tienen que entender la importancia de invertir en ciencia y tecnología, al que se refiere como uno de los rubros “castigados” del presupuesto federal. En vísperas de que la Facultad de Medicina de la UNAM y la Red de Programas Universitarios de Investigación en Salud en América Latina lleven a cabo la Primera Feria Latinoamericana de Innovación e Invención en Salud, el doctor Robles Díaz afirma que hay un atraso mayor al tecnológico, que es el rezago en transferencia del conocimiento. “Creo que hemos estado muy cómodos siendo maquiladores o usuarios de conocimiento, pero sobre todo de tecnología de otros países, y es el momento en que nosotros seamos parte de la generación del desarrollo tecnológico y de su transferencia”, concluye. Tabla 1 Número de patentes otorgadas en México 1993-2009 Año México Alemania Estados Unidos Francia Japón Reino Unido Suiza Otros países Total de patentes por año % de patentes de extranjeros 1993 343 458 3,714 251 220 206 256 735 6,183 94.5 1994 288 395 2,367 210 175 175 228 529 4,367 93.4 1995 148 205 2,198 162 123 136 109 457 3,538 95.8 1996 116 214 2,084 108 101 70 101 392 3,186 96.4 1997 112 227 2,873 120 98 90 112 312 3,944 97.2 1998 141 215 2,060 117 102 114 101 369 3,219 95.6 1999 120 351 2,324 209 134 124 152 485 3,899 96.9 2000 118 525 3,158 333 243 167 228 747 5,519 97.9 2001 118 480 3,237 298 218 167 181 780 5,479 97.8 2002 139 736 3,706 335 256 197 246 996 6,611 97.9 2003 121 610 3,368 337 197 156 241 978 6,008 98.0 2004 162 726 3,552 522 234 181 315 1,146 6,838 97.6 2005 131 806 4,338 558 284 234 386 1,361 8,098 98.4 2006 132 877 5,180 711 378 265 506 1,583 9,632 98.6 2007 199 885 5,094 745 418 272 506 1,838 9,957 98.0 2008 197 899 5,483 682 407 252 538 1,982 10,440 98.1 2009 161 590 3,467 449 310 189 410 1,487 7,063 97.7 Total de patentes por país 2,746 9,199 58,203 6,147 3,898 2,995 4,616 16,177 103,981 97.4 Fuente: IMPI Tabla 2 Empresas con más patentes en México en 2008 Empresa País Patentes otorgadas en México en 2008 Kimberly-Clark Worldwide, Inc EU 233 Thomson Licensing, SA Francia 222 Qualcomm, Inc EU 220 The Procter & Gamble Company EU 213 F. Hoffman-La Roche AG Suiza 123 Johnson & Johnson EU 108 Basf Aktiengesellschaft Alemania 100 Schlumberger Technology, BV Países Bajos 88 Bayer Alemania 87 Microsoft Corporation EU 87 Unilever, NV Países Bajos 75 Novartis AG Suiza 52 AstraZeneca AB Suecia 50 Fuente: Informe 2008 del IMPI Tabla 3. Empresas extranjeras con patentes en México que han recibido estímulos fiscales Empresa Monto en estímulos fiscales Kimberly-Clark 91,643,080 Nestlé 38,269,658 Pfizer 34,903,743 Glaxo Smithkline 21,614,979 Wyeth 12,660,559 Johnson & Son 11,340,861 AstraZeneca 8,921,244 Kraft Foods 8,416,609 Unilever 8,229,100 Bayer 7,742,795 Dow Agrosciences 5,195,713 Novartis 1,440,017 Fuente: Conacyt
Fuente: Revista Fortuna
Difusión: AMLOTV
viernes, 9 de abril de 2010
Patentes nacionales a la baja
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