El Mejor Homenaje Bicentenario
La Verdadera Liberación del Pueblo
Según el discurso del presidente espurio, Felipe Calderón, pide unidad para los festejos “patrios”. Ha metido a todos los actores en el mismo saco y se pretende que todos hagan coro al unísono para demostrar que México está unido para festejar su “Independencia” nacional iniciada en 1810 y su “Revolución Social” que estalló en 1910, precisamente durante los festejos del primer centenario. Lo más notable son dos cosas: 1) que son muchos millones de pesos los que se están derrochando, a pesar del gigantesco desempleo y la miseria de la población, y 2) que las “fiestas” servirán para tratar de desviar el descontento y las luchas del pueblo que se han estando manifestando en los últimos meses.
En ese sentido ha habido juicios ingenuos de personas progresistas en el sentido de hacer “festejos populares” del centenario y bicentenario “para arrebatárselos a la burguesía”. El gobierno con razón podría burlarse porque otro festejo sería sólo el otro lado de la misma moneda; sería como rezarle al mismo dios pero en otro idioma. No puede negarse que hubo movimientos grandes de insurrección de los explotados y oprimidos, del pueblo, durante la Independencia y la Revolución, pero tampoco puede negarse que la Independencia fue consumada por quienes se opusieron a ella (Iturbide y el Imperio) y que la Revolución sólo sirvió para consolidar una nueva dominación contra el pueblo en la que los burgueses Díaz, Carranza y Obregón asesinaron a Flores Magón, Zapata y Villa. ¿Esto es lo que los trabajadores del campo y la ciudad deben aplaudir? Otra cosa sería festejar el bicentenario con otro levantamiento de toda la clase trabajadora y excluida.
Calderón ha destinado muchísimo dinero para los festejos; sabe que por más grande que sean las cantidades millonarias que se dilapide serán pocas si logra desviar el descontento, que ya es muy grande contra su gobierno. Los de abajo no tienen la mínima idea acerca de la cantidad de instituciones, empresas y personas que saldrán beneficiados pagándoles viajes en México y el extranjero para conferencias, discursos, reuniones. ¿Cuántas imprentas se han movido y se siguen moviendo para hacer programas, folletos, libros, publicidad, invitaciones, etcétera? Se anuncia una verdadera romería, tan grande para ser capaz de integrar a todos y convocarlos a olvidar durante 2010 los rencores y las diferencias con tal de construir la unidad alrededor del “señor presidente” en medio de tanto muerto. Se convierte en la gran oportunidad de lucimiento para muchos que han permanecido apagados; por eso ellos aplauden.
La oligarquía mexicana, sobre todo la política, ha sido inteligente para desviar, mediatizar y controlar los movimientos populares y, al mismo tiempo reprimir cualquier movimiento social. Porque ella se adueñó de la Independencia y de la Revolución, las administró a su antojo y supo construir una legislación para asegurar su continuidad en el poder. Después de la proclamación de Independencia de 1821 y casi un siglo más tarde, de la Constitución en 1917, el nuevo grupo gobernante se encargó de organizar a la burguesía privada por un lado, y a los trabajadores por otro. Las organizaciones empresariales así como los sindicatos y federaciones obreras y campesinas nacieron auspiciados, educados, protegidos y legislados por la nueva clase gobernante. ¿Debemos festejar acaso que las organizaciones hayan nacido corporativizadas por la clase en el poder?
Por eso los últimos gobiernos panistas -a pesar de su evidente ignorancia política- al heredar el sistema priísta de dominación institucional y de control, a pesar de lo mucho que lo criticaron, simplemente negociaron para usarlo en su beneficio. Los ejemplos más evidentes fueron el uso de los líderes charros o corruptos, antes destacados priístas, como Esther Gordillo del SNTE, los dirigentes de los ferrocarrileros, petroleros, del IMSS, de la FSTSE, CTM, Congreso del Trabajo, etcétera. Lo único que tuvieron que hacer desde la Presidencia Fox y luego Calderón es negociar con los caciques y dirigentes de los aparatos.
En tanto esa burguesía privada (financiera) -que se consolidó siempre después de las gestas populares- en 1982 con el neoliberalismo pudo desplazar del gobierno a la burguesía pública o política (burocrática), la clase trabajadora durante los noventa años (1920-2010) sigue tan oprimida y mediatizada como en aquellos años en que nació. Aunque siempre las luchas defensivas o independientes de trabajadores tenían la razón, fueron siempre minoritarias porque el corporativismo del gobierno y su ideología, ampliamente difundida en la familia, escuela, iglesia y medios de información, dominaron.
No hay nada que conmemorar o festejar junto a la clase política y empresarial. Más que bicentenario o centenario, hay que pensar cómo el pueblo mexicano puede liberarse de la miseria y la opresión. Las fiestas del PAN, del PRI, PRD y demás partidos no son celebraciones del pueblo. Más que celebraciones, hay que realizar tareas de organización y unidad, pero de la izquierda, para luego pasar a las acciones unitarias. Preparar las condiciones para la gran huelga general nacional que paralice a gran parte del país mediante la ocupación de instituciones para transformarlas y ponerlas al servicio de la verdadera liberación de los pobres y oprimidos de México sería lo único digno de llamarse celebración bicentenaria.
Fuente: Machetearte
Difusión: AMLOTV
No hay comentarios:
Publicar un comentario