DEMOCRACIA, AL DIVÁN

DEMOCRACIA, AL DIVÁN

21/10/09

Por: Francisco Rodríguez

COBIJADO POR SUS opositores en el Poder Legislativo, el señor Felipe Calderón hace exactamente todo lo contrario a lo que en otras naciones –las más desarrolladas, las más democráticas-- han aplicado para salir de la crisis: sube impuestos, crea otros más. Algo no está funcionando como es debido.

Representantes del Banco Mundial consideran que el fin de la crisis está lejano y que aún hay muchas nubes que presagian más tormentas, pues no hay todavía una regulación que sujete a los voraces mercados financieros internacionales ahora apoyados por recursos públicos. La visión del Banco de México, empero, es distinta: ya empezó la recuperación, aunque acota, “sincronizada”. Si usted entiende, yo tampoco.

En la más reciente entrega de La Carpeta Púrpura, que tiene a la cabeza al colega Yuri Serbolov, se lee en el artículo principal que “México está deprimido”. No sólo económica, también anímicamente.

Infiero entonces que los retos actuales del país no son meramente los relativos a la ausencia de dinero y ya ni siquiera de nuestra principal carencia que es la del respeto al voto y, en general, a la voluntad popular. Son problemas que se podrían resolver si recostamos a nuestra peculiar democracia en el diván del psicoanalista.

Acciones y declaraciones esquizofrénicas. Pobre mundo, está loco. Fuera de nuestras fronteras es donde todo lo hacen al revés. Los pobres tontos de allá y acullá bajan impuestos, en México van al alza. Los observatorios internacionales del clima económico aún ven nubes negras, y en México el principal meteorólogo monetarista ya hasta vio salir al sol.

“La democracia mexicana está enferma”, concluye el psicoanalista social José Antonio Lara Peinado, quien me pide le comente a usted su diagnóstico al observar a través de la transmisión del Canal del Congreso la discusión de los integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, previa a la elaboración del dictamen con el que, otra vez, los usufructuarios del poder público cargan sus ineficiencias y errores al bolsillo de los contribuyentes cautivos y no de las grandes empresas, siempre privilegiadas, por ejemplo.

“… En un lapsus un diputado dice: ‘compañeros no nos vendamos tan barato...’ Una diputada, al hablar tiene el sonsonete del osea y el síndrome Barbie: su discurso termina en nada. Un diputado del PRI que preside la mesa, cada que puede posa ante las cámaras, y habla del respeto y por respeto y que en base al respeto: cual buen neurótico se alude a lo que se falta. Otros diputados, cada que pueden hablan con la frase neurótica: ‘con todo respeto señor diputado.

“Todos los ahí sentados hablan de la legalidad o no legalidad, de la honestidad, de la patria, de los reglamentos, del orden. Lo que vemos en lo real es una reunión de sujetos neuróticos que no pueden discutir en tanto se cruza una infame ilegalidad en muchos ellos. Voltean a los artículos y a sustentar su participación en reglamentos que de manera neurótica otros como ellos hicieron.

“Toda normatividad reprime la razón y eso es algo que los diputados neuróticos no perciben. Y después de horas y horas y horas, no impera la razón. Lo que impera es un ritual neurótico enfermo de levantar la mano. Ahí en ese ritual del mayoriteo se acaba la supuesta discusión por el bienestar económico del país. De nada valen los argumentos. Lo que impera es un circo que termina cuando un sujeto solicita levanten la mano.

“Esa es la enferma democracia de este país.”

En efecto. Esa es.

Índice Flamígero: En Brasil de plano enloquecieron. Desde ayer aplican un impuesto del 2% a las inversiones extranjeras especulativas. Aquí, la Bolsa continuará cual paraíso fiscal.

Fuente: Indice Politico

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