miércoles, 21 de octubre de 2009

¿Y Quién Sigue Después del SME-CFE?



Por Gonzalo Lara

Con el decreto de extinción de Luz y Fuerza firmado por Calderón, decenas de miles de trabajadores son lanzados a la calle, con sus respectivas familias y sus respectivas consecuencias: desempleo, delincuencia, crecimiento del ambulantaje, emigración, descontento social y un largo etcétera. Tal vez sea ya la cereza del pastel, o una más que se suma, como el ya muy anunciado recorte presupuestal de 6.2 por ciento a la educación superior pública que se pretende aplicar a partir de 2010 y los recortes que ya se aplican y seguirán aplicando a becas de posgrado del CONACYT. Con este tipo de acciones, el “presidente del empleo” está provocando que los estudiantes, inconformes por la precariedad educativa, se sumen a los trabajadores despojados arbitraria e inconstitucionalmente de su fuente de empleo. Este panorama ya se ha visto antes en este país: obreros, campesinos y estudiantes unidos en la lucha social. Las condiciones son distintas, las demandas, en esencia, las mismas. ¿Y los resultados?

Cuando parece que las cosas ya no pueden ser peores, los gerentes del país nos regalan una nueva puntada. Y los medios alineados, a aplaudir y levantar cejas.

El principal argumento para la desaparición de Luz y Fuerza y su sindicato es que la improductividad de sus empleados ya era incosteable. Pero nada se dice de los grandes negocios llamados SNTE y PEMEX. En la lógica de deshacerse de lo que no rinde dividendos a las arcas del país, ¿qué decir de las millonadas anuales que les pasan a los 300 diputados y 128 senadores (nada más los federales)? ¿Qué producen? Seguro es para llevar agua a su propio molino, pero hasta la misma Confederación Patronal Mexicana (COPARMEX) ha solicitado al gobierno federal que disminuya sus gastos, porque tan sólo en los últimos diez años, el 40 por ciento de las ventas del petróleo ha mantenido el tren de vida de la administración pública, incluyendo, claro, instancias tan onerosas como paleras del gobierno, entre ellas el IFE y la CNDH.

En esta misma línea, poco faltará entonces para que el que habita los Pinos firme la extinción de la Universidad Nacional, una institución, según su chaparra visión, que no deja ganancias, muy cara de sostener y que beneficia nada más a unas 350 mil personas. Y luego la UAM, y luego el Poli y así, hasta que lo “ineficiente” y costoso “se modernice y sea competitivo”. Se rescatan bancos y empresarios con cargo al pueblo por generaciones, pero se desaparecen empresas de la nación de un plumazo en sabadito futbolero.

Si desde hace unos meses el fantasma del inminente estallido social se viene medio dibujando, Calderón, Carstens y toda su pandilla, vienen haciendo todo lo posible porque suceda, dando elementos a obreros despedidos en masa, indígenas hostigados, estudiantes truncados, al pueblo harto de balaceras, secuestros y ajustes de cuentas por todo el país.

El ataque mediático para apoyar al gobierno ultra conservador, en este país, no tiene contrapeso. Mejor lea y elija lo que ve y escucha.


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