México SA
Se pierden 470 empleos por día
Más trabajadores desalentados
Carlos Fernández-Vega
Una vez más la estadística gubernamental desmiente al inquilino de Los Pinos, quien recientemente presumía el crecimiento sostenido del empleo en el país. Pues bien, las cifras del IMSS, avaladas por la Secretaría del Trabajo, documentan que en 2009, el año del catarrito, se cancelaron 171 mil 713 plazas laborales formales y que el número de trabajadores registrados en dicho instituto se redujo al nivel observado a principios de abril de 2007. El balance empeora si se considera la cancelación de plazas desde el reconocimiento oficial de la crisis (octubre de 2008), pues tal cancelación se eleva a cerca de 560 mil puestos (sólo en el sector formal de la economía), permanentes 90 por ciento de ellos.
El porfiado discurso calderonista del aquí no pasa nada cotidianamente se topa con una terca realidad que no por desagradable debe evitar, por mucho que suponga que a golpe de arengas se resolverá la delicada situación que se registra en el plano laboral. A su exitoso balance, el presidente del empleo deberá agregar que a lo largo de 2009 poco más de 171 mil mexicanos perdieron su empleo en el sector formal de la economía (sólo en él), a razón de 470 cada 24 horas, sin considerar que entre un millón y un millón 200 mil personas, que por primera vez se incorporaron al mercado laboral mexicano en busca de empleo, quedaron totalmente fuera de la jugada.
Las propias cifras oficiales documentan que la población económicamente activa en el país (tercer trimestre de 2009) se aproxima a 47 millones de mexicanos, y a 44 millones la población ocupada, en números cerrados, y el panorama es desolador: sólo uno de cada tres está inscrito en el Instituto Mexicano del Seguro Social. En los últimos tres lustros millones de discursos fueron pronunciados por los tres inquilinos de Los Pinos involucrados en el periodo, pero el número de trabajadores inscritos en el IMSS (sector formal de la economía) sólo creció cerca de 50 por ciento, cuando tendría que haberlo hecho en alrededor de 200 por ciento. Y para resolver el problema el gobierno ofrece más discursos.
En este contexto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgó ayer su Panorama laboral 2009: América Latina y el Caribe, en el que México no sale bien parado: “México, el país más afectado de la región, se recuperará con mayor lentitud porque la caída fue más aguda por su amplia integración comercial y dependencia de Estados Unidos, así como de la exportación manufacturera… Experimenta dificultades para emprender con firmeza su recuperación. Al parecer, las medidas aplicadas para contrarrestar la crisis habrían sido insuficientes, principalmente porque el país no ha contado con ingresos tributarios al nivel que esperaba. Además, la severa recesión que experimenta Estados Unidos, su mayor socio comercial, ha contribuido a una reducción de la demanda externa y a una disminución de los ingresos derivados de las exportaciones, turismo y remesas”. Si bien en algunos países de América Latina –como Brasil y Chile– se observan signos de recuperación de la demanda desde mediados de 2009 en indicadores como la tasa de ocupación trimestral, “en otros, como México (…) las tendencias son todavía tímidas para interrumpir el aumento del desempleo y están lejos de retomar los niveles previos a la crisis”.
La OIT subraya que si se considera que las proyecciones apuntan hacia un crecimiento del PIB regional de 4.1 por ciento en 2010, se estima que la tasa de ocupación en un escenario moderadamente optimista se eleve alrededor de 0.3 puntos porcentuales como promedio anual. Este incremento no permitiría recuperar el nivel registrado en 2008. La proyección considera un entorno regional donde se espera que algunos países, como Brasil, tengan una rápida recuperación de la demanda laboral, mientras que en otros, como México, se observarán caídas en el empleo durante un cierto periodo después de que sus economías empiecen a repuntar.
En la evolución del mercado de trabajo en la región incidieron con fuerza los resultados de las dos economías latinoamericanas de mayor tamaño, Brasil y México. En ambos países aumentó el desempleo promedio en el periodo enero-septiembre de 2009 respecto de los mismos nueve meses de 2008, debido a una caída de la demanda laboral, cuyo impacto fue atenuado por la baja en la oferta laboral. El desempeño de Brasil sorprendió positivamente con la trayectoria más acentuada de recuperación de la actividad económica de la región, mientras que, por el contrario, los indicadores laborales de México siguieron deteriorándose durante 2009 como resultado de la persistente caída de la actividad económica.
En México, el menor ritmo de generación de empleos se observó tanto a escala nacional como en el área urbana durante los nueve primeros meses de 2009 respecto de igual periodo de 2008. Así, la tasa de desempleo nacional aumentó de 3.9 a 5.5 por ciento y la urbana de 4.8 a 6.8. Este incremento se observó en especial a partir del cuarto trimestre de 2008, en una tendencia que persistió hasta el último trimestre analizado (tercero de 2009). La generación de empleo fue fundamentalmente entre los trabajadores por cuenta propia, y en términos sectoriales, la industria manufacturera y la construcción registraron una intensa contracción.
El empleo formal por sectores siguió registrando variaciones anuales negativas en México, en particular en la industria de transformación (-8.5 por ciento) y en la construcción (-10.5). También se ha observado un aumento en el número de trabajadores desalentados. Se trata, explica la OIT, del grupo de la población en edad de trabajar que no tiene empleo y está disponible para trabajar, pero no busca activamente por considerar que tiene razones válidas de desaliento ante un mercado laboral que brinda oportunidades más restrictivas de encontrar empleo. En los tres primeros trimestres de 2009 comparados con igual periodo de 2008, el número de trabajadores desalentados se elevó 13.6 por ciento (cerca de 675 mil personas más), a diferencia de lo ocurrido entre 2008 y 2007, en que hubo una reducción de 0.5 por ciento, cuando había más expectativas de encontrar empleo.
Para rematar, comenta que en el caso de México, mientras el desempleo total de la fuerza de trabajo aumentó en cerca de 50 por ciento, en la población analfabeta el incremento fue de 71 por ciento, entre los que tienen de uno a tres años de escolaridad se multiplicó por 2.26 veces y en aquellos con de cuatro a seis años de escolaridad el aumento fue de 62 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Ni la chela perdonaron los regiomontanos empresarios que ya no emprenden: Heineken se queda con el negocio cervecero de Femsa, mientras los ex dueños de ésta se embolsan 7 mil 347 millones de dólares.
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Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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