jueves, 18 de febrero de 2010

Palabras del compañero Antonio Navarrete, de la Sección 65 de Cananea, Sonora


SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES MINEROS, METALÚRGICOS Y SIMILARES DE LA REPÚBLICA MEXICANA (SNTMMSRM)
Palabras del compañero Antonio Navarrete, de la Sección 65 de Cananea, Sonora

Navarrete es representante del Sindicato Nacional de Mineros ante Foros Temáticos del Grupo Parlamentario del PRD, “Problemática minera en México. Análisis y soluciones”, Salón Legisladores de México, 15 de febrero de 2010. Palacio Legislativo.

Muy apreciables compañeros legisladores
Muy estimados compañeros trabajadores y dirigentes de agrupaciones sindicales y sociales
Un gran saludo solidario a todos los asistentes a este Foro Legislativo

Para nadie es un secreto que el ilegal y agresivo fallo que pretende dar por concluidas las relaciones de trabajo en la mina de Cananea, es un atraco vil y alevoso al estado de derecho, una arbitraria carta blanca a la empresa oligárquica Grupo México para despedir a más de mil cien trabajadores, y un ilegal permiso para que el Ejército intervenga. O sea, se trata de un golpe por el cual se pretende aniquilar el derecho de huelga, y a los trabajadores mineros, metalúrgicos y similares, sea por la violencia física oficial, o por la agresión ilegal.

Con este resolutivo del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito en Materia de Trabajo, que le niega el amparo a los heroicos y dignos trabajadores en lucha de Cananea, Sonora, se violenta de la manera más grave concebible el derecho de huelga, derecho universalmente reconocido para la defensa de los trabajadores, se da un cerrojazo gubernamental al Contrato Colectivo de Trabajo y al Sindicato Nacional de Mineros en ese centro de trabajo, y se pretende echar a la calle a más de mil trabajadores.

Con esto confirmamos que si no tenemos un presidente para los mexicanos, mucho menos lo tenemos para los trabajadores, como se ha puesto en claro en la torpe política gubernamental contra el crimen organizado y en los atracos contra el Sindicato Nacional de Mineros y el Sindicato Mexicano de Electricistas. Felipe Calderón sólo es un gerente de los negocios de los arrogantes empresarios poderosamente ricos, de lo cual este presidente y su antecesor han hecho ostentación, con desprecio de su función de gobernar para todos los mexicanos. De un solo plumazo, tres magistrados amedrentados y coaccionados por Grupo México de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco y por este gobierno de impulsos fascistas, pretenden desaparecer relaciones de trabajo legítimas y legales, y con eso hacen retroceder un siglo a nuestra nación y la ponen deshonrosamente al final de la lista de los países que reprimen y aplastan a sus trabajadores. Esta es una triste y vergonzosa hazaña.

Sucedió lo que los mineros desconfiábamos que llegara a ocurrir. Supusimos que ese órgano del Poder Judicial actuaría con limpieza conforme al derecho y la justicia, actuando con la integridad que se espera de todo órgano de la Judicatura, pero los hechos mostraron que este cuerpo judicial no tuvo la valentía e independencia de criterio que le suponíamos y se dejó arrastrar por la pendiente de la injusticia, la ilegalidad y la arbitrariedad, lo cual los llena de oprobio y de vergüenza, y mancha al Poder Judicial en su conjunto.

Los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México, agrupados en el Sindicato Nacional de Mineros que dirige honesta, valiente e inteligentemente nuestro compañero Napoleón Gómez Urrutia, seguiremos en la lucha, hasta donde tope. Este no es más que un episodio, muy grave ciertamente, de una muy larga puja de cuatro años casi cumplidos, que hemos mantenido por la justicia y por el derecho laboral establecidos en la Constitución General de la República y en la Ley Federal del Trabajo.

Manifestamos que, a pesar de todo, los trabajadores y el Sindicato Minero seguimos en la línea de negociar la solución del conflicto, pero siempre y cuando se respeten los derechos de los trabajadores y su Contrato Colectivo de Trabajo.

No obstante, nos defenderemos con todos los recursos legales a nuestro alcance, y si éstos no funcionan, nos seguiremos resistiendo hasta lograr revertir el fallo absurdo e ilegal con que nos pretenden atropellar. La huelga de Cananea sigue, así, sin resolverse, lo mismo que las de Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero, con la misma duración. Reiteramos que nos defenderemos, ya lo estamos haciendo, contra este atraco y contra otras agresiones de cualquier tipo.

Y también seguiremos acudiendo a solicitar la solidaridad nacional e internacional de los trabajadores y los gobiernos del mundo, hasta conseguir se haga la justicia que por el momento se nos niega.

Los trabajadores de Cananea están haciendo lo que les corresponde en su conducta de resistencia heroica, en defensa de su libertad, de su dignidad y de su legítimo derecho a defender su Contrato Colectivo de Trabajo y a nuestro Sindicato, del cual ellos son una de las expresiones más avanzadas de la combatividad general que impulsa a todas nuestras Secciones y Fracciones Sindicales.

Reiteramos que seguiremos actuando por la vía legal contra esta agresión del Segundo Tribunal y seguiremos manteniendo vigorosamente nuestra absoluta solidaridad y apoyo a los compañeros de las Secciones en huelga, y hoy todavía con mayor fuerza a nuestros hermanos de la Sección 65 del Sindicato Nacional de Mineros, con enclave en Cananea, Sonora.

Confiamos en el dicho público del gobernador de Sonora, Guillermo Padrón Elías, de que no autorizará ninguna movilización policiaca en Cananea y que “no dejará que ninguna corporación policiaca vaya a afectar los intereses de los cananenses”. Pero igualmente esperamos que sepa interponer con valentía sus poderes para evitar que otras fuerzas públicas, concretamente las federales, violen la soberanía del Estado de Sonora y agredan a los trabajadores en huelga de Cananea, con el propósito perverso de desalojarlos de la mina.

De cualquier alteración del orden público, o de cualquier violencia que se ejerza contra nuestros compañeros de Cananea, responsabilizamos al presidente Felipe Calderón, al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, al secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, y a la prepotente empresa Grupo México de Germán Feliciano Larrea Mota Velasco. Ellos son quienes están provocando con sus actos ilegales un estallido social de magnitudes insospechadas, ellos serán los responsables de los hechos de violencia que se produzcan.

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