jueves, 4 de marzo de 2010

Protegen autoridades a paramilitares del Ejército de Dios, denuncian en Mitzitón



Narran ataque en el que los priístas secuestraron, ataron y torturaron a varios ejidatarios
Protegen autoridades a paramilitares del Ejército de Dios, denuncian en Mitzitón
Reunidos en asamblea, los tzotziles rechazan versión oficial de que empezaron la agresión
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 4 de marzo de 2010, p. 16
San Cristóbal de Las Casas, Chis., 3 de marzo. Reunida en asamblea, la comunidad tzotzil de Mitzitón desmintió las versiones oficiales sobre lo ocurrido durante la agresión que sufrió el pasado domingo a manos de cerca de un centenar de miembros del llamado Ejército de Dios (grupo de corte paramilitar perteneciente a la iglesia evangélica Alas de Águila), donde dicen que hacemos justicia por propia mano, que somos delincuentes, que el conflicto es por tráfico de migrantes o madera, que es conflicto religioso, que somos indios bárbaros.

La asamblea y las autoridades ejidales, adherentes de la otra campaña, sostuvieron hoy que defienden su derecho a ser pueblo y a tomar y respetar acuerdos sobre nuestro territorio.

El nuevo conflicto provocado por el Ejército de Dios –de filiación priísta– pareciera menor: el sábado 27, Andrés Jiménez Hernández –de este grupo– derribó cinco árboles sin permiso de la comunidad. Las autoridades ejidales lo visitaron para recordarle los acuerdos, y encontraron al infractor acompañado por seis personas más. Se les invitó a la casa ejidal para arreglar la situación, a lo que replicaron: Si quieren problemas, nosotros estamos también organizados y tenemos apoyo del gobierno.

Por acuerdo de la asamblea, la madera fue decomisada y llevada a la casa ejidal la mañana del domingo, mientras los taladores se organizaron para secuestrar a las autoridades comunitarias. A las 16 horas, 20 personas llegaron a la casa del agente rural Siliano Pérez Díaz y de manera violenta la allanaron. Junto con Isidro Heredia Jiménez, policía comunitario, fue llevado al domicilio de Francisco Gómez Díaz. A Julio Heredia Hernández, quien transitaba en su camión, lo bajaron a golpes y se lo llevaron. Al querer auxiliarlo, dos ejidatarios más fueron golpeados por Raúl Jiménez Jiménez, policía sectorial, entre otros de los principales provocadores de la violencia del Ejército de Dios.

Cerca de 90 personas del grupo oficialista llegaron al domicilio del comisariado ejidal, intentando también secuestrarlo, pero logró escapar. Los agresores, que llevaban piedras, palos y armas, golpearon a los familiares y a los ejidatarios que llegaron al lugar. Se ve claro que la provocación viene del Ejército de Dios para hacer más violencia y quitar fuerza a nuestra asamblea comunitaria, a nuestro pueblo. Además, tienen la complicidad del gobierno, que siempre sale pagando multas y daños, y los protege. Nos quieren débiles para poder hacer su megaproyecto de la carretera San Cristóbal-Palenque.

Ellos hicieron los disparos

Los agresores, en particular Miguel Jiménez, dispararon e hirieron a Agustín Jiménez Hernández. Desde la carretera interna- cional, Tomás Jiménez Vicente disparaba hacia donde nos estaban golpeando, y ahí salieron dos heridos de bala de su propio grupo, relata la asamblea.

Agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP) ya estaban en el lugar, escucharon los disparos y no hicieron nada. Se aproximaron cuando la agresión terminó.

Los secuestrados estuvieron atados a postes y con los ojos vendados cerca de 12 horas. “Fueron brutalmente golpeados y torturados; les rociaron gasolina mientras les decían: ‘te vamos a quemar vivo’”.

La tarde del domingo, los ejidatarios bloquearon la carretera internacional que cruza Mitzitón para evitar que los paramilitares siguieran secuestrando y exigir que entregaran vivos a sus compañeros. Así pasaron la noche y la mañana del lunes. Las autoridades gubernamentales no hacían nada, sólo daban declaraciones en la prensa para confundir a la gente.

Fue hasta las 13 horas del lunes que intervinieron. A las 15:30 liberaron a los secuestrados: El gobierno pagó la multa y los daños provocados por los paramilitares. Ahí vimos claro que los protege.

Los ejidatarios concluyen: Hemos denunciado al Ejército de Dios. Trafican con migrantes y madera de la comunidad, se dedican a actividades ilícitas, los hemos entregado a las autoridades y nunca se les investiga ni se les castiga.


Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV

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