miércoles, 5 de mayo de 2010

Ley Arizona

Fausto Fernández Ponte

05 mayo 2010
ffponte@gmail.com

Infiernillo



Ley Arizona


Por Faustófeles



No viajemos a Arizona

es pa´ Fe Cal solución

a lo de la migración

¿Crear empleos? Ni en intentona.


Asimetrías


El Apocalipsis Insuperado


Por Fausto Fernández Ponte


“México venció no a cuatro, sino a cinco jinetes del Apocalipsis”.

Felipe Calderón


I



Las palabras –consignadas en el epígrafe— del señor Calderón tienen un telón de fondo muy contrastante y, por ello, ominoso en extremo: desempleo creciente y, ergo, pobreza mayor y más lacerante, caos y anarquía rampantes en un país en guerra.



Esas, desde luego, no eran las metas fijadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-12. Esos objetivos no sólo no se han alcanzado sino que las posibilidades de lograrlo son cada día más remotas, en el cuarto año del sexenio.



El mandatario mexicano uso ese tropo en su visita a Alemania, en donde invitó a los magnates del dinero de ese país invertir capitales en México, al que describió como un Shangri-La sin crisis de ninguna clase ni violencia.



Los jinetes del Apocalipsis que, según don Felipe, fueron vencidos por él son: el de la influenza, el de la crisis económica, la violencia, una sequía sin precedentes en la historia reciente y la caída del ingreso petrolero, también sin precedente.



“Cinco” jinetes apocalípticos, pues, los vencidos por nuestro gran guerrero, cuyo registro de la realidad se empequeñece tanto con esa descripción dorada de sus hazañas que virtulamente desaparece.



Y, así, de tal guisa, ignora a otros jinetes apocalípticos que han estado aquí desde hace 40 meses y cinco días, si no es que antes, desde el día en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo declaró espuriamente Presidente Electo.



II



Ese jinete –el de la espuriedad—ha estado con él y con todos los mexicanos y no ha sido vencido, sino lo opuesto: se ha fortalercido de tal manera que antójasenos vencedor en esa liza electoral. Fiel sombra de don Felipe, le sigue doquiera.



Ese jinete no quiere irse y, podríase decir metafóricamente que ha convocado a unos de sus gemelos gorgónicos: la falta de representatividad de la investidura presidencial y la ausencia de autoridad moral de la misma y de su recipiendario.



Así, esos tres jinetes cabalgan con don Felipe, habiendo estado incluso en Alemania, en donde todos los vieron aunque el mexicano lisa y llanamente los ignoraba. Más allí estuvieron, junto a él, como parte de su “entourage” de acompañantes.



Otros jinetes apocalípticos no vencidos –que también le acompañaron a su viaje por Alemania— fueron los del desempleo incontrolado y la pobreza creciente, la guerra fraticida que se libra en nuestro país, la inseguridad, la irritación social, entre otros.



Un jinete que se quedó en casa –al parecer no le gusta viajar con don Felipe— es el que monta el brioso equino del retroceso de la economía de México, secuela de la conjunción de vectores tales como la parálisis del desarrollo y el decrecimiento.



En la subcultura no muy renacentista por cierto de la macroeconomía y del binomio Hacienda-Banco Central, cuando una economía no crece no se estanca o se detiene, sino que marcha hacia atrás; retrocede, pues. No crecer, como decrecer, es retroceder.



III



Y como para que una economía crezca debe tener por marco general indispensable un desarrollo equilibrado y en óptimas condiciones, es obvia la conclusión: transcurrirán muchos meses –el resto del sexenio— y años para que haya crecimiento.



Por supuesto, cabría la salvedad, que éstos axiomas se refieren a una economía de capital, mercado y consumo bajo la filosofía sofistera del neoliberalismo y la globalización, sin la cual --se nos dice-- no hay democracia. Mercado es “democracia”.



Aquí la democracia sólo existe en el papel, pues en la vida real es aun una utopía; lo que sí existe –y muy arraigadamente— es una simulación democrática. Los políticos simulan que los elegimos y, a la vez, simulan que trabajan para nosotros.



Como el señor Calderón. Simula ante el mundo que bien gobierna un país que él ha hecho prosperar venciendo a los “cinco” jinetes del Apocalipsis y erigiéndose “salvador del mundo” –así lo dijo en junio de 2009-- de una influenza que se antoja mítica.



Por lo dicho en Alermania y en anteriores ocasiones, el mundo de don Felipe es uno mítico. México es un país que sus neuronas imaginan con arreglo a una método sui generis para organizar verismos e informaciones que no están allí objetivamente.



Éste personaje ve la realidad que quiere ver, no la que es. Ver a México como querríamos –queremos-- verlo es loable, pero ello es muy peligroso en un gobernante. Es peligroso para él mismo y para todos. Quizá ello explica muchas cosas del sexenio.



ffponte@gmail,com

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