jueves, 22 de julio de 2010

Cambios en Gobernación y Economía: la Debacle Calderonista




Cambios en Gobernación y Economía: la Debacle Calderonista


Por Alfredo Velarde
No sólo la amplia ola expansiva y deflagradora de la violencia trocada en crisis de la seguridad en el país, merced al crecimiento exponencial de la delincuencia y de la que el gobierno también es -para muchos ingenuos- inadvertida expresión, concurre para documentar en nuestros días la elocuente quiebra final del impuesto régimen de Felipe Calderón y sus secuaces. Lo más dramático del caso consiste, a no dudarlo, en que casi un tercio de su presunta y lamentabilísima “gestión” en la presidencia de la república expropiada y vilipendiada por el grupo en el poder, falta todavía por desarrollarse, y nadie sabe –ni por asomo- cómo demonios concluirá la debacle terminal de un “mandato” que nadie le confirió y con el cual ha terminado por hundir al país.
Los cambios y contraproducentes adecuaciones que ha emprendido al interior de su gabinete, así como de su propio (nuevo y viejo) partido de Estado, en su peculiar juego a la gallina ciega que practica con supina irresponsabilidad, nos muestran el rostro del poder ejecutivo en manos de tan anodino, peligroso e irresponsable personaje. Así, la sustitución de Fernando Gómez Mont al frente de la Secretaría de Gobernación, con el bisoño y mundialmente desconocido político bajacaliforniano, José Francisco Blake, ha tenido el agrio sabor político fincado en la certeza contumaz, de advertir qué, en materia de la política interior del país, salimos de Guatemala para entrar a guatepeor. Las primeras declaraciones del nuevo e intrascendente Secretario, lo exhiben de cuerpo entero y muchos ya apuestan en que su paso por el Palacio de Covián, le quedará muy grande y será efímero, no obstante que Blake es miembro de número entre los nada dilectos “cuates del presidente”. ¡Vaya criterio gubernamental!
Pero si la política interior del país está en capilla por la ilógica designación por ocurrencias entre los cuates del minúsculo dizque presidente, ¿qué decir sobre lo que nos espera en lo que a la política-económica se refiere, con el nuevo y supuesto Secretario de Economía? La designación de Bruno Ferrari, en sustitución de ese cero a la izquierda que como un claro peso muerto de la administración ha sido ese lastre que responde al nombre de Gerardo Ruiz Mateos, demuestra que no se necesita saber economía, para ocupar una de las carteras secretariales que parecerían exigirlo bajo un presupuesto de obligatoriedad. En lugar de un economista -así fuera neoclásico y/o neoliberal-, Felipín amiguero optó, nada más pero nada menos que por ¡un abogado y licenciado en derecho canónico! ¡Hágame usted el favor! ¿Cómo verán el hecho nuestros amables y atribulados lectores? Por si esto fuera poco, el nuevo funcionario con apellido de fino bólido italiano, ha hecho filas en los desprestigiadísimos y ultraderechistas Legionarios de Cristo, a la vez que se sabe de su incombustible y ahora silenciada adhesión macielista. Con esos funcionarios, ¿quién necesita opositores para hacer naufragar la gestión administrativa de lo público, bajo los encuadres privatistas y neoliberales, además de católicos, en un Estado laico a la deriva? Pero si la incongruencia le disputa a la estupidez el lugar de privilegio para calificar las turbias e insensatas designaciones presidenciales, nos preguntamos: ¿qué decir del nada mítico retorno del mismo y ubicuo Ruiz Mateos a la Jefatura de la Oficina de la Presidencia en sustitución de la futura diplomática Express Patricia Flores? ¿Tal vez en Portugal?
Así, mientras la quiebra final del régimen calderonista se escenifica de manera trágica para los habitantes y ciudadanos mexicanos, en medio de las fastuosas –y demagógicamente fatuas- conmemoraciones bicentenarias de oropel, en un estado nación menguante y nunca independiente, ni justo, algunos timoratos se consuelan atrincherados en la ramplona filosofía del “mal menor”, agregando: “¡menos mal que el reacomodo no condujo al perro Doberman que despacha en la Secretaría de Trabajo, Javier Lozano Alarcón, en Gobernación, que tanto propalaron algunas lenguas viperinas!”. Flaco consuelo, sin duda.
Sin Justicia en ABC y Sin Solución al SME
No puede menos que resultar ominoso, si bien se ve la cosa y por lo demás, que mientras los torpes reacomodos ocurren en el gabinete, el país se desgrana como guijarros de arena por entre los dedos, ante acontecimientos como la reaparición de coches bomba con dedicatoria del narco, matanzas en serie como en Coahuila, mientras los padres de los niños calcinados en la Guardería ABC, en Hermosillo, increpan al “presidente” por la falsa salida gubernamental consistente en ofrecer dinero, más dinero y sólo dinero para callar las voces dolidas y disidentes ante el hecho criminal de que, hasta hoy, no hay responsables oficiales por la delincuencial subrogación que condujo al impune infanticidio. Y si esto fuera poco para colmar el límite de la tolerancia social y civil, ciudadana y popular, ante el malhadado gobierno federal, debiera indignarnos, en grado superlativo, la negra campaña instrumentada por el propio calderonismo contra el persistente SME en lucha y sus trabajadores de base, para lavarse las manos ante el eventual y nada descartable escenario fatal a que podría conducir la ya larguísima huelga de hambre que tanto Cayetano Cabrera, como Miguel Ibarra, han mantenido heroicamente casi por 90 días, en medio de la insensibilidad gubernamental. La indeseada aunque probable muerte de estos electricistas congruentes en su lucha contra los criminales del gobierno federal, será responsabilidad exclusiva del gobierno, de Calderón y Lozano en particular, mal que les pese a quienes los deslindan. El Secretario del Trabajo, quien se cura en salud contra los electricistas, empero silencia la corrupta aviaduría descubierta que su esposa, Silvana Ponzanelli de Lozano, ha gozado en la Conafe con salario de excepción y sin chambear. ¿No que muy honesto, Señor Secretario? ¡Qué gente la de Calderón!


Fuente: Machetearte
Difusión: AMLOTV

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