¿Qué Harán los Gobernadores Electos?

Fausto Fernández Ponte

22 julio 2010

ffponte@gmail.com

Asimetrías

¿Qué Harán los Gobernadores Electos?

Por Fausto Fernández Ponte

“Es obvio que los gobernadores electos van tras el botín que representan las gubernaturas y no para promover un cambio real”.

Marcelino Morales Reyes.

I

Los 12 gobernadores electos que esperan, no con paciencia ciertamente, asumir funciones en el plazo constitucional, tienen un denominador común pese a sus diferencias partidistas: ninguno es proclive a modificar verdaderamente el statu quo.

De hecho, ninguno de esos gobernadores electos reconoció en discursos ni declaraciones ni en documentos de principios ideológicos y políticos la omnipresencia de la severa crisis económica, política, social y cultural que nos agobia ni sus causales.

Tampoco, por lo tanto, ninguno de ellos preconizó durante las campañas modificar esa situación de crisis severísima y de enorme peligro para México. A lo más que llegaron (Gabino Cué, en Oaxaca) fue prometer “gobernar mejor” que sus predecesores.

Ninguno de esos 12 investidos se comprometió a atender las causas de la crisis general que estruja a México y a los mexicanos y lo más aproximado a ello fue el de paliar –mitigar— ciertos efectos indirectos o colaterrales y conexos de ésta.

No sorprende esa depauperación de propuestas concretas para realizar un cambio de fondo del statu quo de opresión. Algunos de esos mandatarios electos ni siquiera están enterados de que en Méxicvo se vive bajo una opresión general terrible.

II

Échesele, caro leyente, un vistazo a los gobernadores cuyas candidaturas fueron postuladas en alianza por los partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática y otros que se ostentan bajo las premisas del vanguardismo ideológico.

De éstos (Oaxaca, Puebla y Sinaloa), ninguno se ha descrito a sí mismo como militante o como alguien con sensibilidad progresista, no obstante que uno de ellos, Gabino Cué, ha utilizado en ocasiones lenguaje que pudo ser descrito vanguardista.

El poblano Rafael Moreno Valle está a años luz de cualesquier nociones de lo que es progresismo, pues su conservadurismo le ha impedido comprender el imperativo real, estructural, de los gobernados de desasirse del statu quo de opresión.

Del sinaloense Mario López Vaqldés, Malova, se puede decir que, como el señor Cué, su priísmo aflora en su lenguaje corporal y hablado, reflejando una cosmovisión dominada por proclividades inconscientes hacia la simulación. Así fue enseñado.

De hecho, las motivaciones de esos tres gobernadores electos no van más allá de la de disfrutar los privilegios, gajes y sinecuras del ejercicio del poder político en sus respectivas entidades federativas, lo que equivale a echarle mano a un botín.

III

De los demás gobernadores –nueve—se puede decir que su motivación mayor y, diríase que principal, no es la de realizar cambios de fondo –cualitativos-- a la forma de organización económica e incluso política prevalecientes en beneficio del pueblo. No.

Sus programas de gobierno, si acaso han elaborado uno, tienen por propósito consolidar precisamente ese statu quo federal o, como en los casos de Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz, dar continuidad al régimen de intereses creados del predecesor.

Esos intereses creados son, por lo general, personales; es decir, no responden a ningún propoósito estratégico de satisfacer a plenitud las necesidades reales de los gobernados, sino las de administrar la dispensa política de satisfactores y el statu quo.

Esto último –administrar, preservar y fortalecer y consolidar el statu quo— es exigencia indispensable para disfrutar las mieses y mieles del botín que representa y ofrece el poder político. Nada de reformismos cualitativos ni modificaciones de fondo.

Los gobernadores electos tienen la potestad constitucional de proponer y promover modificaciones sustanciales a la forma de organización económica prevaleciente e incluso crear una nueva. Pero ello requeriría vocación vera de servicio al pueblo.

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