Del concepto del honor.
El honor es un concepto ideológico que deviene de los tiempos de la Antigua Grecia y que justificó en mucho las relaciones sociales entre los hombres de muchas civilizaciones.
El caso es que por faltar a su palabra, los implicados en el escándalo político que puso en duda la legalidad de las elecciones, y por tanto el sentido de ir a votar.
Escándalo que tratan de apaciguar pretendiendo que todo se olvide con un borrón y cuenta nueva. Peña Nieto dijo que ya no volvería hablar del asunto.
En Japón por algo así los implicados posiblemente se hubieran hecho el harakiri; y en China les hubieran metido un tiro en la nuca. Aquí ni siquiera renuncian a sus respectivos cargos.
Pero ciertamente el PRI, el PAN, el Edo. de Mex. y Gobernación, están dirigidos por personas a quienes no les funciona normalmente el cerebro. No se puede pensar otra cosa cuando se pueden sentar a firmar un documento a todas luces ilegal. Ni los capos lo hubieran hecho ¡Vaya!
Independientemente de que los capos, a diferencia de nuestros políticos, tienen y cumplen su palabra. Saben, y bien que saben, lo significa el honor.
A diferencia de don Fernando Gómez Mont, el hoy devaluado secretario de Gobernación que, también habiendo firmado el documento de marras, fue nombrado ¡¡testigo de honor!!
Que el Gobierno intervenga directamente influyendo en las elecciones, aunque sea como testigo de dudoso honor, es un delito electoral (además confeso) y debiera ejercerse acción penal contra quienes lo cometieron, entendiendo que lo mismo peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata.
Pero ciertamente que no les va a pasar nada y no van ni siquiera a renunciar…
No lo hizo Molinar Horcasitas aún siendo señalado por la SCJN como responsable de la tragedia de la guardería en Hermosillo; menos lo van a hacer estos impunes sujetos que debiendo ser lo primeros en aplicar la Ley, la violan.
Cambiar de titular de Gobernación, ya en plenas elecciones, no sería buena idea ni para el PAN, ni para las elecciones (aunque no muy se sabe para qué servirá)
Cambiar a Nava, tampoco sería conveniente para su Partido. Sería tanto como admitir el grave error. Y eso no lo van a hacer…
Si cambian Beatriz, no sería lo mismo, la señora ya no tiene nada que hacer en la política. La propia estructura solucionaría el problema y hasta podría salir ganando. La imagen de la Señora los devalúa.
En cuanto a Peña Nieto, aunque diga que ya no va a hablar del tema que pretende minimizar, bien pudiera ser un peso tan grande que no le permita llegar hasta el 2012.
Pero dejarlos a todos ellos en sus mismos cargos después del estercolero que acaban de escenificar con lo de las alianzas infumables, es paradójicamente inconveniente e inaceptable.
Que no se dude que el abstencionismo vaya a ser de nueva cuenta el vencedor absoluto en estas elecciones, que tienen tanto de democráticas como las de Irak. Donde los sufragios trajeron muertos y los resultados tuvieron que ser transportados con fuerte custodia.
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