Ni en quien confiar.
El que la señora Beatriz Paredes hable de traiciones por parte del PAN, los que dicho sea de paso, dicen que mentir es pecado (antes se dijeron chamaqueados) es ya el máximo exponente del cinismo; pues resulta que quien ha sido traicionado, y por todos los políticos de todos los Institutos, es precisamente el Pueblo.
Los ingenuos e ilusos ciudadanos que votaron por sus representantes, todos de la clase política, independientemente de que no había nadie decente por quien votar, confiaron en que les hablaban con la verdad y que no los traicionarían.
Primero las alianzas (ya explicamos que son contubernios, no alianzas, pues la asociación que están haciendo es con el objeto de perjudicar a un tercero) que si bien pueden ser legales, es decir, acorde a las Leyes, nadie puede decir que sean éticas; aunque para ello se quiera aplicar el principio de Maquiavelo, de que el fin justifica los medios.
Y ahora salen con los secretos pactos hechos en lo oscurito, es decir, a espaldas de quienes les pagan sus sueldos (para variar) y que fueron lo suficientemente estúpidos de firmar.
Pocos son los que después de esto quieran ir a votar.
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