jueves, 1 de julio de 2010

Cuenta regresiva.


EDITORIAL


Cuenta regresiva.

Sin dejar de acotar que las elecciones no son la democracia; y que en México el Pueblo no ejerce el Poder luego entonces no vivimos en una democracia, sino más bien en una plutocracia a la que el Pueblo le vale un comino (una democracia de pobres, es casi un contrasentido, a menos que se trate de un pueblo masoquista)

Lejos de que el sufragio sea un día de fiesta y que las campañas sean una oportunidad de los políticos para estar en comunicación con el Pueblo para saber qué es lo que opina, qué es lo que quiere, qué es lo que necesita.

Las campañas se convirtieron en un oprobioso show de dispendio y competencia de quién da más, quién da más. Si uno propone bajar los impuestos, el otro propone bajarlos y regalar el agua. Y finalmente, ninguno de los dos cumple.

Aunque aquí no cabe que el prometer no empobrece… Pues vaya que en la medida en que han costado las campañas el Pueblo se ha empobrecido. Lo que hace de este circo un espectáculo muy caro, al que afortunadamente y sin no pocos sobresaltos, ya llegamos a la cuenta regresiva.

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