lunes, 6 de diciembre de 2010

Acosta Chaparro, el narcoemisario del gobierno





Acosta Chaparro, el narcoemisario del gobierno
Jorge Carrasco Araizaga


Hombre clave de los gobiernos priistas para aplastar las insurrecciones armadas en los sesenta y los setenta, el general Arturo Acosta Chaparro se hizo un lugar en el gobierno de Felipe Calderón gracias al secretario de la Defensa, Guillermo Galván: le tocó ser emisario federal para negociar con los líderes de las mayores organizaciones del narcotráfico en el país, incluido el Chapo Guzmán. Nueva información entregada a Proceso permite identificar al “General X”, al que se refiere Anabel Hernández en su libro Los señores del narco, cuyo adelanto fue publicado en el número 1768 de la revista.

MÉXICO, D.F., 4 de diciembre (Proceso).- Rebasado por las disputas entre los cárteles del narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón los buscó para pedirles que disminuyeran la violencia; su emisario fue el general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro, en su condición de asesor del gobierno calderonista en materia de inteligencia.

Entre 2008 y 2009 el general brigadier en retiro, experto en operaciones encubiertas, se reunió con los jefes de La Familia Michoacana, Los Zetas, la organización de los Beltrán Leyva, el cártel de Juárez y el cártel de Sinaloa.

Estos movimientos fueron detectados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en México. Incluso, las autoridades de ese país tienen un video de la reunión del emisario del gobierno de Calderón en Matamoros, Tamaulipas, con el jefe de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.

Acosta Chaparro, de 68 años y quien actualmente convalece de una agresión armada que sufrió cuando comenzaba a investigar el secuestro del panista Diego Fernández de Cevallos, se reunió con los principales líderes de esas organizaciones, incluido Joaquín El Chapo Guzmán.

De esas misiones tuvo conocimiento el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván Galván, su compañero de generación en el Colegio Militar. El retorno de Acosta Chaparro en el sexenio de Calderón ocurrió luego de que fuera exonerado de los cargos de narcotráfico y crímenes de lesa humanidad, que según las acusaciones cometió durante la llamada guerra sucia en los años sesenta y setenta.

Detalles de los encuentros de Acosta Chaparro entregados a Proceso confirmaron lo publicado por esta revista en su edición 1768, en septiembre pasado, sobre la negociación que el general retirado sostuvo con Jesús Méndez Vargas, El Chango o El Chamula, y Nazario Moreno, El Pastor, El Chayo o El Más Loco, dos de los jefes de La Familia Michoacana.

Extracto del reportaje publicado en la edición 1779 de la revista Proceso, ya en circulación.




Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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