lunes, 6 de diciembre de 2010

Internet: We Have A Problem





Internet: We Have A Problem

El ‘cablegate’ desatado por WikiLeaks tiene a la diplomacia estadounidense sumida en la peor crisis de su historia. En esta era de la información, activistas, hackers y voyeristas digitales están poniendo de cabeza la secrecía y la confidencialidad.

Internet cumple en diciembre 20 años de vida. Sir Timothy John "Tim" Berners-Lee, el ingeniero británico que puso en marcha la Red tal como la conocemos hoy, escribió hace unas semanas: “La World Wide Web tomó vida en mi escritorio en Ginebra, Suiza, en diciembre de 1990”.

En dos décadas, el invento ha revolucionado no sólo la manera en que nos comunicamos, sino que ha pasado a ser depositario de la información más cuantiosa y variada que jamás haya visto la humanidad.

De paso, Internet no nada más ha empoderado a los programadores que dominan el lenguaje y el protocolo de la Red, sino a todos los usuarios que en los últimos años hemos pasado de ser ciudadanos pasivos, a generadores de contenido con voz.

La naturaleza abierta de la Red ha provocado que, ante el poder de los monopolios de software, surja el Open Source o software libre, que pone a disposición de la comunidad de cibernautas su código abierto.

La digitalización y compresión de la información (montones de papel transformados en kilobytes) está cambiando la manera en que conseguimos, usamos y distribuimos la información. El formato .mp3 no sería nada sin las redes de distribución de programas P2P (peer to peer), que han permitido crear la biblioteca musical más grande en la historia, con un sinfín de catálogos musicales disponibles para descargar, lo que representa un nuevo paradigma sobre la propiedad intelectual para la industria de la música, sus autores y los dueños de los derechos de las canciones.

En el transcurso de estos 20 años, Internet ha moldeado con sus principios a toda una generación. Transparencia, apertura, inmediatez y disponibilidad de la información son ideas que ya están programadas en el disco duro de los cibernautas del mundo occidental.

Precisamente estos principios parecen haber motivado a Bradley Manning, de 22 años, oficial de inteligencia de las fuerzas armadas estadounidenses, a descargar cientos de miles de cables diplomáticos y documentos clasificados.

Y si millones de usuarios en Facebook están preocupados por su privacidad, ¿por qué no habrían de estarlo los gobiernos? En la era de la información, activistas, hackers y voyeristas digitales son la nueva amenaza de los secretos mejor guardados de los gobiernos. ¿Quién hubiera pensado que miles de cables de guerra sobre Iraq y Afganistán estarían al alcance de tu computadora al bajar un archivo .torrent?

WikiLeaks era, hasta hace unos meses, una organización desconocida que alojaba en sus servidores documentos y archivos de investigaciones periodísticas de alto riesgo, así como información delicada obtenida a través de leaks o filtraciones. Pero a raíz de las revelaciones sobre los informes de guerra y ahora con "Los Cables de las Embajadas de EU", WikiLeaks y sus miembros están en la mira de todo el mundo.



Un soplón y un montón de hackers

Al igual que otros 3 millones de estadounidenses, Manning tenía acceso a SIPRNet, la red que emplean el Departamento de la Defensa y el Departamento de Estado de Estados Unidos para transmitir información clasificada. Una especie de Internet privado del sistema de defensa para enviar y recibir “datos”, o sea, documentos clasificados y secretos.

La operación fue sencilla. Manning bajó cientos de miles de estos cables, los almacenó en su computadora y después los quemó en varios CD que hacía pasar por copias de música de Lady Gaga. La organización WikiLeaks recibió toda esta información encriptada; los hackers lograron descifrarla, y el resto ya es historia.

A través de las conversaciones de chat de Manning, las cuales han sido filtradas a los medios, y la peculiar amistad que mantuvo con un hacker estadounidense, es posible rastrear sus motivaciones.

“Hillary Clinton y miles de diplomáticos alrededor del mundo van a tener un ataque cardiaco cuando se despierten una mañana y se enteren que existe un repositorio de información clasificada de política exterior, con motor de búsqueda, abierto al público… En donde quiera que haya una oficina estadounidense, un escándalo diplomático será revelado. Anarquía mundial en formato CSV (el cual permite representar datos en forma de tabla)… Es hermoso, y espeluznante. La información debería ser libre. Pertenece al dominio público”.

La idea de que Internet sea un “repositorio de información” organizado y con motor de búsqueda fue el punto de partida de Sergey Brin y Larry Page para inventar Google. Quienes defienden la neutralidad de Internet, la transparencia de la información y el libre acceso a la información pública buscan que en el futuro exista una especie de Google gubernamental donde todo esté visible y localizable.

Proyectos como data.gov.uk en el Reino Unido, impulsado en parte por Tim Berners-Lee, o www.usa.gov, en Estados Unidos, están impulsando una nueva era de transparencia en la información pública.



Espionaje y Diplomacia



Sin embargo, Bradley Manning, Julian Assange y WikiLeaks consideran que esta apertura no es suficiente. Para ellos tiene sentido corromper el sistema de información confidencial y clasificada de la superpotencia EU para dar a conocer públicamente los cables de guerra en Iraq y Afganistán con el fin de exponer los abusos de los derechos humanos, la magnitud de los “daños colaterales”. Buscan que el público conozca la manera en que actúa EU en estos conflictos.

Pero ahora, con la publicación de 251 mil 287 cables diplomáticos, WikiLeaks evidencia uno de los secretos que sólo veíamos en películas de ficción estilo James Bond: el uso de las embajadas de Estados Unidos para obtener información de prácticamente cualquier país con el que Washington mantenga relaciones diplomáticas. Y todo lo recopilado va a los servicios de inteligencia.



Aunque WikiLeaks y los medios internacionales que publicaron la información (The Guardian, The New York Times, Der Spiegel y El País) han ocultado nombres y/o el contenido de muchos de los cables, ha quedado al descubierto la manera en que los diplomáticos informan a Washington sobre los movimientos de políticos y líderes de todo el mundo.

Hasta el cierre de esta edición, no se había publicado el contenido de los 2 mil 285 cables que emitió la Embajada de EU en México desde el 17 de noviembre de 1997 hasta el 26 de febrero de 2010. Además, existen 159 cables enviados desde el Consulado de Monterrey; 10 desde Ciudad Juárez y 5 desde Nuevo Laredo.



Seguridad vs. Derecho a la Información



Las filtraciones de WikiLeaks han sumido a la diplomacia estadounidense en la crisis más grave de su historia. Los cables desnudaron la forma en que EU trata con aliados y enemigos. Y, como explica The Guardian, se pone al descubierto la manera en que se “negocia, presiona y a veces se denigra bruscamente a líderes extranjeros, todo detrás de firewalls de sistemas de cifrado y clasificaciones de secrecía que los diplomáticos asumían como seguros”.

Aún no se ha podido corromper el sistema de más alta confidencialidad de EU, el nivel “Top Secret” sigue sellado, y este tipo de información no se puede accesar ni siquiera a través de SIPRNet.



Pero los datos del nivel medio, el que usan unas 270 embajadas y consulados para enviar información “confidencial” a Washington, fueron puestos al descubierto. Y la información es tan sensible para los intereses de EU, que antes de su publicación el domingo 28 de noviembre, Hillary Clinton, secretaria de Estado, habló con varios líderes del mundo para advertirles sobre las revelaciones y apaciguar un poco la crisis que se desataría.

Entre las revelaciones más impactantes está la urgencia que tienen algunos líderes árabes de que se geste un ataque aéreo contra Irán; la instrucción a agentes estadounidenses para espiar la dirección de la Organización de las Naciones Unidas; el temor que comparten EU y el Reino Unido por la amenaza que representa el programa nuclear de Pakistán; los supuestos vínculos que existen entre el gobierno ruso y el crimen organizado; la crítica velada y devastadora de EU sobre las operaciones militares británicas en Afganistán.

Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV

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