Del respeto a las Leyes.
Con antecedentes de impunidad por el mundo, tan indecentes como el de Benedictus XVI y su evidenciada protección a pederastas que tiene al Vaticano con el Jesús en la boca.
El caso de la pequeña Paulette, en nuestro México, donde la corrupción brota como la supuración en una herida infectada. O como el caso del ex Presidente del Congreso de BC que fue detenido con armas, drogas y en completo estado de ebriedad, y ya está de regreso en su curul. Casos en los que la Ley brilla por su ausencia y la impunidad ofende.
El que las Autoridades hayan cancelado las líneas telefónicas de casi 30 millones de usuarios, aduciendo que hay que respetar la normatividad, es verdaderamente ridículo.
Nos tienen en la miseria con sus políticas neoliberales, en la zozobra por sus operativos de seguridad y su supuesto combate a la delincuencia organizada; y se vienen a preocupar por el registro de unos teléfonos.
Aduciendo que ya no se podrán utilizar para fines delincuenciales; y que la idea del registro fue una demanda ciudadana (¿?)
Cuando una real demanda ciudadana es que se legalicen las drogas y se termine de una vez con la violencia. Por no comentar el que no siga subiendo la gasolina, que también es una demanda ciudadana. Pero a esas no les hacen caso.
Solo que, por lo visto, en el pecado llevarán la penitencia, pues hay muchos que dejarán de utilizar su celular al darse cuenta que no es tan indispensable. Aunque es de esperarse que si bajan las ventas le suban a las tarifas. De por sí de las más caras del mundo.
Lo bueno del caso, todo tiene siempre algo de bueno, es que por Skype en la computadora se puede perfectamente suplir el teléfono. Cuestión de probarlo y ahorrar mucho dinero.
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