JAVIER PUGA MARTÍNEZ
Ante la pasividad de las autoridades ambientales y de salud de la Federación y del estado sobre el caso de la empresa de pesticidas Dragón, las cuales continúan sin aparecer en Izúcar de Matamoros, un grupo de mixtecos poblanos migrantes en EU está creando una red social de ayuda para sintetizar información sobre el riesgo de esta fábrica y las consecuencias que su permanencia puede acarrear sobre la salud humana y el medio ambiente en esta región.
Al mismo tiempo están enviando correos electrónicos para contactar a especialistas ambientales y jurídicos para recibir asesoría que les permita continuar la lucha de los habitantes para expulsar definitivamente a Dragón.
Con dicha red los migrantes pretenden hacer llegar información confiable y con sustento científico de las consecuencias de tener como vecina a una fábrica de pesticidas e insecticidas. Entre los datos que desde Estados Unidos se piensa hacer distribuir a los izucarenses, vía internet en un primer momento, están algunas acciones para que la propia población se proteja.
La iniciativa es similar a la que un grupo de habitantes de este municipio, ubicado a unos 70 kilómetros al sur del estado, tuvo tras el estallido de tres tambos del insecticida diometato la noche del pasado 23 de marzo: comenzaron a organizarse en barrios y colonias con planes propios de Protección Civil para saber cómo actuar ante una emergencia de esa magnitud, pues a la fecha la Dirección de Protección Civil local, a cargo de Osvaldo Martínez, no ha realizado ninguna acción al respecto.
No era la primera vez
La información, en inglés y español, recopilada por el médico veterinario e investigador Armando García Azcué, está circulando en EU, particularmente en áreas de Los Ángeles, Nueva York y Houston en donde están concentrados amplios grupos de migrantes de la mixteca poblana. Contiene los antecedentes de Agricultura Nacional, propietaria de Dragón, la cual tuvo un catastrófico accidente en Córdoba, Veracruz, el 3 de mayo de 1991.
Tras la información que documentó La Jornada, ahora se sabe que a consecuencia del estallido de agroquímicos en aquella ocasión a la fecha han muerto más de mil 500 personas de cáncer; sin embargo, hace 10 años, cuando la empresa ya había trasladado su planta de insecticidas y plaguicidas de Córdoba a Izúcar de Matamoros, también ocurrió la explosión de cuatro tambores de 198 kilos, cada uno de monocrotofos, que es un insecticida organofoforado y potencialmente teratogénico; es decir, que produce malformaciones en embriones o fetos, de acuerdo con lo difundido.
De este accidente la empresa no informó a ninguna autoridad y ninguna autoridad federal, estatal o municipal hizo algo al respecto.
La información agrega que en el caso del diometato, producto que supuestamente explotó el pasado 23 de marzo, es un insecticida organofosforado sistémico que tiene efectos nocivos para la salud humana, y está asociado al desarrollo de tumores cancerosos a consecuencias teratogénicas en animales de laboratorio.
También se menciona que en Dragón se operan químicos con el fosfuro de zinc y el fosfuro de aluminio, los cuales se venden en pastillas y son comúnmente usados en graneros para conservar maíz y otras semillas. Al ser expuesto al medio ambiente se volatiliza y sus vapores son altamente tóxicos y mortales. Si estas sustancias llegaran a ser utilizadas por grupos terroristas, las consecuencias podrían ser incalculables.
En esta planta se elaboran de productos de alto riesgo algunos de ellos prohibidos en EU y Europa; entre éstos está una serie de productos organoclorados que son capaces de producir dioxinas, considerados los agentes más cancerígenos que existen debido a su capacidad bioacumulativa.
La información sostiene que los productos de Dragón están considerados por la Comisión Interdepartamental para el Control y Proceso de Plaguicidas, Fertilizantes y Sustancias Toxicas como cancerígenos, teratogénicos y mutagénicos en personas con alta exposición a estos productos, como es el caso de la gente de Izúcar de Matamoros.
En el documento que circula entre los migrantes izucarenses se informa que el ayuntamiento de Izúcar de Matamoros está permitiendo que cada vez más asentamientos humanos edifiquen en las inmediaciones de la empresa; sin embargo, la empresa no tiene detectores de humo tóxico ni alarmas audibles para alertar tanto a los trabajadores como a la población civil en caso de un accidente.
Además, la población no tiene conocimiento de los productos que son transportados dentro y fuera de la empresa, como tampoco existe un plan en caso de que los camiones que los llevan sufran un accidente.
Los operadores han demostrado que no respetan las normas de tránsito de carga peligrosa al estacionarse en las calles de Izúcar de Matamoros a alimentarse, o ingerir bebidas alcohólicas, sin ningún tipo de prevención.
Fuente: La Jornada de Oriente
Difusión: soberanía popular
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