martes, 21 de septiembre de 2010

Asesinar a Inocentes Otro “Lamentable Error” de la Sedena




Asesinar a Inocentes Otro “Lamentable Error” de la Sedena


Por Gonzalo Lara
A la larga lista de estas muertes, que para Calderón “son necesarias”, se suma el reciente ataque perpetrado el pasado domingo 5 en contra de un coche en cuyo interior viajaba una familia que regresaba de una fiesta. Hacia las 10 de la noche, en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, municipio de Escobedo, soldados de la Séptima Zona Militar dispararon a un vehículo que, según la versión oficial, no quiso detenerse a una revisión, lo que propició una persecución. Gabriel León Castellanos, de 15 años, perdió la vida en el ataque; su padre, Vicente León Castellanos, de 52 años, falleció horas más tarde en el hospital. Las descargas dejaron heridas a seis personas más, cuatro mujeres y dos menores.
La esposa e hijas sobrevivientes afirman que simplemente rebasaron al vehículo oficial, que no vieron que los militares les hicieran señales de detenerse, y éstos afirman que la familia no acató la orden. No deja de llamar la atención cómo harán esas señales de alto los encascados, y en la noche, pues si una patrulla pone la torreta, es evidente, de día y de noche, que están haciendo una señal para que el coche al que dirigen las señas se detenga. Pero pensar en esto ya es conceder demasiado al Ejército, que en los últimos tres años han asesinado a decenas de inocentes solamente en esa región del país.
Ahora la Sedena admite que fue un “lamentable error” y que, si hay responsables, éstos podrían alcanzar penas de 30 a 60 años de prisión. Se afirma también que la Procuraduría General de Justicia Militar ya comenzó las averiguaciones necesarias a petición de Calderón. Nuevamente, el juez será parte, el militar juzgará al militar por un ataque contra civiles en una inexistente escena de combate, defensa, persecución o comisión de delito alguno. En un plan casi de burla, declara la misma Secretaría que ratifica su compromiso con la ciudadanía de actuar con estricto apego al estado de Derecho y respeto a los Derechos Humanos, cuando es la institución más demandada por violación a los derechos más elementales de miles de ciudadanos por lo menos en los últimos dos sexenios: levantones, asesinatos, tortura, violaciones sexuales, maltrato, allanamientos, intimidación, entre otros ‘servicios’ que ofrece a la ciudadanía.
Entre el 2007 y el 2009, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) (que defiende a unos mexicanos de otros mexicanos) gastó más de 8 millones de pesos en “reparación de daños” a civiles en el marco de la llamada guerra contra el narco. A la Cremería Cotija la indemnizó con más de un millón y medio de pesos en unas pocas horas tras haberle decomisado más de una tonelada de quesos que presuntamente contenían droga. Pero pagó 600 mil pesos por cuatro jóvenes asesinados por el ejército el 2 de mayo de 2008 en Santiago de los Caballeros en Badiraguato, Sinaloa; y así sigue una larga lista de “daños reparados”. El precio a cambio de esos pagos es que víctimas o deudos no digan, no muevan, ni denuncien nada ante ninguna autoridad o medio.
Para la Sedena, pagar por la vida de una persona, menor o adulta, es un trámite similar a pagar por unos quesos “detenidos” o un zaguán abollado: son obstáculos que se cruzan en el camino de las balas expulsadas sin ton, tino ni son. Al monero Hernández le censuraron un cartón con una leyenda que dice: “para que la droga no llegue a tus hijos, te los estamos matando”. Y es lo que las instituciones responsables de la justicia y la seguridad en el país se empeñan en hacer, mantener a como dé lugar una costosa pantalla de combate “contra las drogas”, sin importar que el número de civiles inocentes asesinados, muchos de ellos menores de edad, ascienda todos los días sin un límite a la vista.
El jefe del Ejecutivo, responsable de las fuerzas armadas del país, ha declarado que si hubiera otra manera para enfrentar al crimen organizado, lo haría. Al día de hoy y desde que desató esta carnicería, son miles las voces que se han levantado con una lista de alternativas a corto, mediano y largo plazo, unas más, otras menos contundentes y efectivas, para poner un alto a las decenas de miles de muertes ocurridas tan sólo en esta administración. Pero el que está en los Pinos dice que no, que “el enfrentamiento cara a cara es la [manera] principal para atacar a los criminales”.
Detener el tráfico de influencias, la entrada de armas, depurar a la policía y al ejército, congelar cuentas bancarias, detener a las cabezas de cárteles y desmantelarlos, legalizar algunas drogas, usar el presupuesto en crear y mantener escuelas, hospitales, fuentes de empleo, atender el campo… todo eso no le parece que sirva. Mejor “el enfrentamiento cara a cara”, claro, mientras esa cara no sea la suya.



Fuente: Machetearte
Difusión: AMLOTV

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