La lucha desigual
El padre Boutros, silenciado
por Barack Obama
JOSÉ VALENCIA
La cancelación y salida del aire el pasado mes de mayo del programa del padre copto egipcio Zacaría Boutros transmitido por vía satélite e internet por el canal TV Al Hayat ( TV La Vida), pasó inadvertida para la mayoría de nosotros en América Latina, sin embargo a nivel mundial ha sido un asunto delicado y que no puede pasarse por alto por lo que significa en el enfrentamiento religioso entre el cristianismo y el islam, una lucha sorda, cerrada que, más allá del orden dogmático y confesional, está afectando terrenos políticos de muy alto poder entre el bloque musulmán y el occidente.
Lo más grave de esto, al decir de analistas políticos y religiosos occidentales, es que detrás de este asunto está la intervención directa y definitiva del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, quien se afirma fue presionado de manera directa e indirecta por gobernantes poderosos del mundo árabe, como son los casos del presidente Hosni Mubarak de Egipto y el rey de Arabia Saudita, Abdalá ben Abdelaziz, a fin de que retirará del aire ese programa “nocivo para el mundo islámico”, por sus comentarios, análisis y críticas al Corán y la religión mahometana”.
Joyce Meyer.
Y así fue, el actual mandatario norteamericano cedió a las peticiones y las presiones de los representantes más poderosos del mundo islámico para eliminar del espacio televisivo y de internet a un sacerdote que se ha mantenido debatiendo, cuestionando y refutando la religión islámica, en su doctrina y en su contexto socio-político. El pasado mes de mayo, por petición, solicitud u orden de Obama, la propietaria de Al-Hayat, la señora Joyce Meyer (Pauline Joyce Hutchinson Meyer), dueña del canal, famosa conferencista y escritora cristiana norteamericana con programas de radio y televisión en 25 idiomas para 200 países, quien tuvo que suspender las transmisiones semanales de una hora del padre Boutros, de quien ahora se especula sobre su ubicación física (tal vez en Estados Unidos, en donde reside o en Vancouver, Canadá), pues el islam lo ha nombrado el “Enemigo # 1” y ha puesto precio a su cabeza: ¡25 millones de dólares! (aunque algunos observadores internacionales aducen que son ya 80 mdd, frente a los 20 mdd que E.U., apenas ofrece por la cabeza de Osama Bin Laden).
Obama, quien de por si ya tiene bastante presión con el asunto de la mezquita Córdoba, a construirse, si pueden, en Nueva York, ahora tiene en su factura este asunto que, además, aumenta las afirmaciones de su tendencia islámica heredada por vía paterna. Sus asesores islámicos en la Casa Blanca, lograron que él cediera a las peticiones egipcio-saudíes y lograra la cancelación del programa del padre Boutros, el cual, en verdad, estaba haciendo gran mella entre los islámicos al lograr numerosas conversiones al cristianismo de infinidad de musulmanes, como es el destacado caso internacional del periodista islámico italiano Magdi Allam, quien recientemente fue bautizado en El Vaticano por el propio Papa Benedicto. Es Más, el clérigo islámico Ahmad al-Qatani, recientemente informó en la cadena televisiva árabe Al-Jazeera que el padre Boutros ha convertido a n promedio de seis millones de musulmanes anualmente.
Pero más criticable aún para los observadores internacionales es el hecho de que se trata de una maniobra tendenciosa y que opera con enorme desigualdad, pues en el terreno de los programas religiosos a nivel de transmisión mundial, el programa del padre Boutros era sólo uno, semanario y de apenas una hora de duración, frente a los más de trescientos canales de televisión islámicos de penetración religiosa que se transmiten dentro y fuera del bloque musulmán. La lectura de esto es que los musulmanes pueden difundir su religión islámica por infinidad de canales y redes, pero un cristiano no puede contrarrestarlos o hacer proselitismo en su contra con tan sólo un programa en un solo canal. Sin duda alguna y de manera muy evidente, la conversión masiva de musulmanes al cristianismo sacó de quicio a los radicales islámicos.
Por otra parte se afirma entre los expertos geopolíticos internacionales que, uno de los absurdos argumentos de la dupla Mubarak- Abduláh, fue el prometer al presidente Obama “reducir las presiones, la discriminación y los maltratos a las comunidades cristianas en las naciones musulmanas”. Sin duda alguna, afirmó un experto, se trató de un chantaje político que oculta una amenaza sobre los derechos humanos, las integridades físicas y las vidas de esas minorías cristianas que viven en tierras gobernadas por el islam.
Las claves del fenómeno Boutros
Primero.- Haber utilizado los medios electrónicos más importantes como la televisión, el satélite y la internet, desde donde puso en evidencia al islam con sus argumentos profundos, estudiados e irrefutables, los que no tuvieron contestación del lado musulmán.
Segundo.- Boutros utilizó la propia lengua árabe para difundir sus palabras y argumentos, una lengua que incluye a unos 200 millones de seres humanos en el orbe.
Tercero.- Que la técnica de polemizar del padre Zacaría Boutros probó ser irrefutable y los doctores islámicos jamás pudieron enfrentarlo en este terreno, lo que ha provocado una fuerte reacción del bloque musulmán de naciones.
La cara obscura de Obama
No han sido gratuitos los señalamientos contra Barack Obama por parte de los republicanos y los grupos conservadores de la ultraderecha norteamericanos en el sentido de que el actual mandatario se deja influenciar fuertemente por la cuestión religiosa, de la que tiene raíces inevitablemente islámicas por parte de su abuelo paterno y su padre; de ello deducen su inclinación a apoyar y dar entrada a intereses, peticiones y exigencias musulmanas. Como prueba de lo anterior aducen la reciente actuación de Barak ante el rey Adbuláh de Arabia Saudita, durante la reunión del Grupo de los 20 en Londres, en donde las fotografías muestran su inadmisible inclinación reverencial del occidental frente a un jerarca político-religioso islámico, enviando un nada favorable mensaje de reconocimiento y sumisión de Obama hacia una figura representativa del mundo árabe musulmán.
A este panorama se suman el asunto del Proyecto de la Mezquita Córdoba, el cierre de la cárcel de Guantánamo, Cuba con prisioneros árabes, sus asesores islámicos en Washington y su intento, honesto o de doble moral, por acercarse al mundo musulmán en aras de establecer las bases y condiciones para una mejor relación Occidente-Islam, además, como cereza en el pastel, este asunto a comento de su intervención para el retiro del aire del programa del padre egipcio Zacaría Boutros, un espacio que estaba enfrentando, con gran éxito, los fuertes embates mediáticos de las naciones musulmanas contra Occidente. En fin, un presidente norteamericano entre dos mundos.
Fuente: Voces del Periodista
Difusión AMLOTV
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