La iglesia católica estuvo en contra de los insurgentes y no reconoció la Independencia hasta 1836
JUAN CARLOS G. PARTIDA
En el marco del Bicentenario de la Independencia de México, la Iglesia de la Luz del Mundo dijo que “la ignorancia histórica del arzobispo de Guadalajara (Juan Sandoval Iñiguez) no tiene parangón” pues afirmó que es un hecho histórico la excomunión a Hidalgo, quien junto con Allende, Aldama y Jiménez, después de haber experimentado las torturas y vejaciones a que fueron sometidos por el tribunal de la inquisición, fueron fusilados y posteriormente decapitados.
“Sus cabezas permanecieron exhibidas en jaulas colgantes durante diez años, lapso en que la iglesia católica, cual madre amorosa para con sus hijos espirituales, a cuyos cuerpos había dado sepultura, permitió que por más de una década las cabezas de estos héroes estuvieran separadas de sus cuerpos y fueran exhibidas para escarmiento de las hordas insurgentes”, señaló la institución religiosa, segunda por el número de fieles en Guadalajara después de la iglesia católica.
En un desplegado que se publicó en La Jornada en estos días patrios, La Luz del Mundo consideró que ante la efervescencia que reina en la mayoría de los mexicanos, no todos comparten la admiración generalizada por los héroes patrios, e incluso los denigran sin reparo.
“La iglesia católica romana, como institución religiosa, se opuso a la Independencia de México, apoyando al ejército realista con todos los medios a su alcance. Con el propósito de sofocar el movimiento insurgente, a sus caudillos y a las centenas de miles de simpatizantes que comulgaban con las ideas revolucionarias, la jerarquía eclesiástica echó mano del siniestro tribunal de la Inquisición y de la excomunión. El objetivo: contrarrestar al ejército liberador que recién iniciaba esta lucha emancipadora”, señala la iglesia a cargo del ministro Samuel Joaquín.
Y remata: “El ex cura Miguel Hidalgo y Costilla, líder de la lucha armada, murió excomulgado y degradado como sacerdote católico. Semejante suerte corrieron otros clérigos como José María Morelos y Mariano Matamoros”.
Sandoval, un ficcionario
Citando una entrevista televisiva reciente, La Luz del Mundo recuerda que el cardenal Sandoval Iñiguez dijo: “Haya sido como haya sido, cuando estuvo preso en Chihuahua antes de morir (a Hidalgo) lo confesaron, lo auxiliaron, le dieron la comunión, lo sepultaron ahí [...]. ¿Si hubiera estado excomulgado le hubieran dado la confesión? Y si lo excomulgaron no fue porque se levantó en armas, que quede claro, fue porque ya levantado en armas fue (sic) y anduvo violando en conventos, para sacar los bienes o para ultrajar a las religiosas”.
La Luz del Mundo afirma que existe plena demostración de la excomunión de Hidalgo, citando a autores de la época como Toribio Medina en su Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, hasta el conservador Lucas Alamán, historiadores que reprodujeron y comentaron los documentos de su proceso.
“Falta a la verdad el cardenal Sandoval cuando afirma que la excomunión al prócer no se dio ‘por haberse levantado en armas’. Los edictos de excomunión expedidos por los arzobispos, obispos y el tribunal de la Inquisición, entre 1810 y 1811, tenían la consigna de desacreditar al ex cura Hidalgo ante el pueblo como ‘hereje’, ‘cismático’, ‘sacrílego’, en el momento en que éste era líder del movimiento independentista”.
Compara la iglesia de Samuel Joaquín la actitud de Sandoval Iñiguez con la de los inquisidores del siglo XIX al acusar a Hidalgo de perpetrar ultrajes en agravio de las religiosas, y recurre a la ficción al señalar que esa fue una de las razones por las que fue excomulgado
“De las 53 acusaciones que la Inquisición imputó a Hidalgo, en ninguna aparece el abuso sexual en contra de monjas; como tampoco existe registro en alguna fuente documental de la época ¿de dónde sacó Sandoval semejante disparate?”, se pregunta la institución religiosa en el desplegado.
“El cardenal Juan Sandoval, al denostar a Hidalgo, lo convierte tácitamente en un traidor a sus principios revolucionarios; alguien que fue obligado a abjurar del movimiento insurgente y renegar de sus ideales libertarios. Ante tal despropósito, ¿qué festeja la iglesia católica en este Bicentenario? (…) Una Iglesia que excomulgó a los que lucharon por la independencia de México y a quienes simpatizaban con este movimiento? ¿Qué celebra la institución que reconoció la Independencia de la entonces llamada Nueva España hasta 1836, ocho meses después de la fecha en que España reconoció a México como nación libre e independiente?”, concluye La Luz del Mundo.
Fuente: La Jornada de Jalisco
Difusión: soberanía popular
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