Reforma laboral-patronal
Empobrecido el campo mexicano, la reforma laboral ataca ahora al obrero
MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Los dos pilares fundamentales de la obra reivindicadora de la Revolución mexicana: los derecho de los campesinos y de los obreros, están siendo dinamitados por la economía sin moral ni sentido de justicia social; es decir, el neoliberalismo que se ha hecho del poder total en México y después de que el “gobierno de empresarios” desmantela al país de sus bases fundamentales y ha hundido en la miseria a los campesinos, ahora, con una reforma laboral de corte patronal, pretende institucionalizar la explotación empresarial en perjuicio del mundo obrero.
Esta es la triste realidad que se sufre, como consecuencia de los enjuagues de los tres partidos políticos “grandes” -en artimañas contra el pueblo-, PAN, PRI y PRD que han formado un sólido bloque que hace temer en que la reforma laboral que salió de Los Pinos, sea aprobada por el Congreso de la Unión pese a que entró “por la puerta de atrás”; es decir, en forma irregular.
Esto significaría el retorno a los días de explotación y miseria del porfirismo, cuando obreros y campesinos eran punto menos que esclavos, como ahora ocurre también, dentro de un proceso de destrucción de los derechos obreros que incluye acciones como la ocurrida en perjuicio de los 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, quienes de un plumazo fueron lanzados a la calle para que se sumen al mundo de los aproximadamente 2.7 millones de desempleados.
Causa desencanto que la mayoría de los diputados priístas -con la honrosa excepción de legisladores priistas fieles a los principios de su partido-, se presten, nuevamente, a la aprobación de propuestas que están desmantelando desde sus bases, la obra reivindicadora que la Revolución Mexicana ha realizado con tanto esfuerzo, a costa de vidas y sacrificios de muchos compatriotas.
Todo en aras de obedecer los lineamientos de la economía neoliberal que pretende dejar sin derechos al trabajador mexicano, para explotarlo mejor, enriquecerse en suelo mexicano y llevarse las trasnacionales al extranjero las grandes ganancias que obtienen en suelo mexicano.
Mayores condiciones de explotación
En dicha reforma laboral, presentada por la bancada panista en la Cámara de Diputados y defendida por el “porro mayor del gabinete”, el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, salta a la vista que en los 419 cambios de los mil diez artículos que integran la Ley Federal del Trabajo, lo que se pretende es satisfacer la avaricia del “supercapitalismo salvaje” -ese que según definió el dictador inglés Oliverio Cromwell, en el Siglo XVII-, no tiene ninguna relación con la moral, ni sentido de justicia social, “porque estas cosas son ajenas al mundo de los negocios”.
Dicha propuesta que se pretende sacar adelante con el aval de PAN,PRI y PRD, pretende, entre el cúmulo de perjuicios a la clase de trabajadora, al mundo obrero, al sindicalismo mexicano, lo siguiente: la inclusión institucionalizada de los outsourcing; es decir, la contratación de personal a través de terceras empresas, lo que elimina totalmente todo tipo de garantías para el personal, como es asegurar la obtención de una plaza que permita sumar antigüedad para que llegado el momento, el personal pueda disfrutar de una jubilación, una pensión, como hasta ahora todavía es posible obtenerla.
También se incorpora el trabajo por horas, por “trabajo a prueba y por capacitación”, o sea, son instancias que impiden el disfrute pleno de las garantías del trabajador para su permanencia en la fuente de trabajo.
Se advierte, además, la conformación de un plan para efectuar una cruzada contra el sindicalismo independiente, tal como ha acontecido en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas.
En la práctica, el derecho de huelga, uno de los puntos de defensa de los derechos de los trabajadores, se neutraliza porque se le ponen “candados” imposibles de abrir y sin mayores trámites se da a las autoridades del Trabajo, la facultad para ejercer el arbitraje y evitar “los paros prolongados”.
A los jóvenes se les oponen muchas dificultades para que puedan obtener una planta de trabajo, con el argumento de que “carecen de la capacidad” para desempeñar las funciones que se requieren. Y cabe preguntar ¿Cómo van a tener la experiencia si se les niega la oportunidad para que la tengan mediante la práctica de las labores que deben desempeñar?
Los especialistas en la materia señalan que “la productividad y la competitividad no se debe obtener a costa de los derechos fundamentales de los trabajadores, es decir, un trabajador sometido por un sistema injusto resulta doble víctima y por tanto, la eficiencia que se pretende no se puede lograr por ese camino, sino por el de la armonía entre los factores de la producción que resulta de un clima de justicia y comprensión de los derechos y obligaciones de cada factor productivo.
Los empresarios políticos
Oliverio Cromwell, el dictador inglés del Siglo XVII -quien ejecutó al rey Carlos I, para efectos de que pudiera gobernar-, considerado el padre del neoliberalismo, la globalización económica y la macro economía que aflige al mundo en el Siglo XXI, orquestado desde los EU, fue también el creador de los empresarios que convirtieron su éxito económico en poder político, para la mejor obtención de sus pretensiones hegemónicas.
Con este antecedente, podemos entender el porqué de los comentarios a la llamada “ley Lozano” de la reforma laboral en México que aspira a una más implacable explotación de la clase obrera. “Los empresarios de hoy sólo pretenden obtener las máximas tasas de ganancias sin dar nada a cambio, como a la dictadura no le interesa gobernar con estabilidad, sin con garrote, bala y cárcel”, comenta Jaime Avilés. (La Jornada, marzo 20, página 4.)
Estela Damián, presidenta de la Comisión de Vigilancia, de la bancada perredista, en contraposición al entreguismo de los “chuchos”, señala: “la existencia de las empresas outsoucing dedicadas a la contratación de empleados para terceros, dan ocupaciones temporales, pero eluden sus responsabilidades con sus trabajadores, dejándolos en la orfandad ante la ley”.
Empresarios sin responsabilidad social
La economía sin moral, ni sentido de justicia social, creada por Cromwell, ha enervado, con la implantación del neoliberalismo en México -al que Carlos Salinas unció con el Tratado de Libre Comercio (TLC)- los apetitos hegemónicos y de dominio económico de los Estados Unidos, una generación de empresarios que han perdido el sentido de justicia social, tan recomendado por León XIII, el llamado “Papa Obrero”, en su encíclica Rerum Novarum.
El senador del Partido de los Trabajadores, Ricardo Monreal, ha expresado, a propósito de la reforma laboral o “ley Lozano”, lo siguiente: “Con esa reforma, que propone modificar 419 artículos, se le cae la máscara de defensor de los trabajadores, al gobierno de Calderón y asoma el rostro antisindicalista, antiobrero y antilaborista del actual gobierno”.
El legislador petista considera también que dicha reforma laboral “es una iniciativa elaborada por abogados empresariales, con una visión patronal, al servicio de éstos y no de los trabajadores, ya que no promueve el empleo, la mejora del ingreso del obrero, la productividad o la seguridad social, que son los objetivos centrales en toda ley laboral”.
Desde el punto de vista de beneficio para el país, la reforma laboral, la “ley Lozano”, no debe pasar en el Congreso porque rompe el equilibrio de los factores de la producción como ocurriera en tiempos del porfirismo. Caer en esto es destruir las conquistas, la labor de rescate de las conquistas obreras, que tanto sacrificio han significado. Deteriorar el pago justo, las prestaciones laborales, la previsión social, con dicha propuesta antiobrera, sería causarle daño grave a la nación y su clase obrera, además de sabotear la obra histórica de la Revolución mexicana.
Fuente: Voces del Periodista
Difusión AMLOTV
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