Por la idea de que la crisis surgió de esa fuente, la producción queda fuera de los rescates
El sector financiero traspasó sus pérdidas al resto de la economía
Es el ganador del proceso que llevó al mundo a la recesión, hecho que muestra quién siguen mandando, apuntan economistas reunidos en Cuba
Será prolongada la retracción económica
Roberto González Amador
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de marzo de 2010, p. 24
La Habana, 2 de marzo. El grupo de intereses que controla el sector financiero internacional causó la actual crisis global y ya logró trasladar el costo de su quebranto al resto de la economía. Es el ganador del proceso que llevó al mundo a la mayor recesión desde la posguerra. Se trata de un hecho que, como se apuntó en un congreso de especialistas en esta ciudad, muestra quién sigue mandando.
Los financistas han impuesto la socialización de sus pérdidas, luego de haber dispersado el costo de sus operaciones de alto riesgo al resto del sector productivo, expuso Claudio Katz, especialista de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, en el segundo día del encuentro internacional sobre globalización y desarrollo. Aunque la situación de muchos bancos sigue comprometida, lograron traspasar parte de su quebranto al resto de la economía, apuntó.
Otra cara de la misma moneda fue planteada por Arturo Huerta, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México. Predomina entre los gobiernos y autoridades monetarias la concepción de que la crisis deviene del sector financiero, planteó. Pero el colapso de instituciones de crédito se trasladó desde el año pasado a la actividad productiva y al empleo. Sólo que, como la idea dominante es que el problema está en el sector financiero, la economía productiva es excluida en gran medida de los paquetes de rescate, abundó.
En esta ciudad se realiza la duodécima edición del Encuentro internacional de economistas sobre globalización y problemas del desarrollo, que organiza la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC), y que reúne por cinco días a 600 delegados, principalmente académicos, de una treintena de países, la mayoría latinoamericanos.
Huerta planteó que las dificultades que ha enfrentado la administración estadunidense para imponer una mayor regulación al sistema financiero, y el hecho de que sobre ese tema no se alcancen acuerdos en el Grupo de los 20 –que reúne a países avanzados y en desarrollo– muestra quién sigue mandando.
El encuentro está en fase de discusión, en mesas simultáneas por la mañana y discusiones puntuales por las tardes, que desembocarán jueves y viernes en sesiones plenarias donde se presentarán conclusiones.
La crisis del sistema financiero, en el otoño de 2008, y las acciones emprendidas por los gobiernos de los países desarrolla- dos para hacer frente a ese colapso, centraron parte de los trabajos de este martes. Un punto tratado fue el relacionado con los recursos públicos comprometidos para apuntalar a las principales instituciones financieras privadas del mundo.
Lo expresó Claudio Katz: “Los auxilios estatales atenúan, pero no revierten la mayor recesión de las últimas décadas. Estos rescates han provocado un incremento explosivo de la deuda pública –en Estados Unidos, casi 12 por ciento de su producto interno bruto—que impondrá gravosos pagos de intereses y debilitará las futuras recuperaciones. En la coyuntura, el freno a la producción es retroalimentado por el desempleo y la caída de los salarios”.
Si la recesión empezó en Estados Unidos a finales de 2008, no hay indicios claros de que la recuperación será pronta, puntualizó. Existen fuertes indicios del carácter prolongado de la crisis. Nuevos estallidos en las economías más frágiles coexistirán con la repetición, en países avanzados, del estancamiento japonés de la década de los 90, en que el PIB prácticamente no creció.
Para Katia Covarrubias Hernández, especialista de la ANEC, las dificultades que se observan en la economía estadunidense, con un desempleo de 10 por ciento y la mayor deuda pública en décadas, son expresión de problemas que el estallido del otoño de 2008 no hizo sino poner a flor de tierra.
La crisis que experimenta la economía estadunidense es expresión de la acumulación de desajustes internos significativos en las áreas comercial, financiera, fiscal y distributiva, destacó. Sin embargo, añadió, con la rápida extensión a la economía global, la crisis de ese país expresa también la insostenibilidad de los desequilibrios del funcionamiento del sistema capitalista mundial. Un punto mencionado por la especialista, a manera de hipótesis, fue de qué manera las medidas puestas en práctica por Washington para la recuperación de su economía refuerzan las debilidades y tensiones de Estados Unidos como potencia hegemónica del sistema financiero mundial.
Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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