miércoles, 12 de mayo de 2010

Inseguridad: Un buen negocio



Inseguridad: Un buen negocio

Dos tendencias relacionadas con la inseguridad en México van al alza de manera simultánea. Una es sobre violencia, crimen e impunidad. La otra la riqueza y propiedades del Secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.
Por Anabel Hernández

A la medida que avanza el crimen aumenta la inexplicable fortuna del funcionario federal que hoy encabeza “la guerra” contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006.


En el año 2009, de manera simultánea, el titular de la SSP federal fue propietario de inmuebles por un valor de 42.5 millones de pesos. Propiedades acumuladas en tan solo dos años. Sólo una de las tres estaba en su declaración patrimonial 2008.

Ese monto en propiedades equivale a 17 años de su sueldo actual libre, es decir, después de sus declarados gastos de manutención. Pero apenas va a cumplir tres años como Secretario de Estado.

Desde 2008, su opulenta forma de vida comenzó a llamar la atención dentro y fuera de la Secretaría de Seguridad Pública federal y de sus propios vecinos en el fraccionamiento Jardines en la Montaña, donde vive García Luna desde 2007.

El titular de la SSP posee vehículos, motocicletas, restaurantes, residencias y fincas campestres que difícilmente pudo haber adquirido con los ingresos que percibe como servidor público. Esos bienes tampoco son consistentes con la declaración patrimonial que está obligado a presentar anualmente cada mes de mayo ni con su declaración fiscal.

Hace un año, Reporte Indigo reveló que en Monte Funiar No. 21, en el exclusivo fraccionamiento Jardines en la Montaña, Delegación Tlalpan, el secretario estaba construyendo una residencia valuada en alrededor de 20 millones de pesos. La segunda que tenía en esa zona residencial, porque al mismo tiempo era propietario de una casa en Montaña de Omoa No. 17 con un valor de 7.5 millones de pesos.

La revelación hecha por Reporte Indigo marcó para siempre las finanzas de García Luna.

Para amedrentar a la prensa y evitar secuelas de un tema de rendición de cuentas, mandó detener a dos periodistas de la empresa TVC que daban seguimiento a nuestra información. Los acusó de intento de atentado contra su persona. Todo era falso.

Para desviar la atención del origen de sus recursos el responsable del combate al crimen organizado simuló la venta de una de sus propiedades.

Engañó a la sociedad sobre el origen de los recursos con los que construyó su nueva residencia pero los documentos del Registro Público de la Propiedad que están en poder de Reporte Indigo, lo desmienten.

Seguimos investigando a lo largo de un año y descubrimos que los recursos económicos del responsable de combatir al narcotráfico y la delincuencia parecen ser inagotables.

A tres días de dar a conocer los resultados de ese trabajo, el pasado miércoles 5 de mayo, dos reporteros gráficos y un chofer de Reporte Indigo fueron detenidos e incomunicados durante más de seis horas.

Los videos que revelan su identidad fueron distribuidos ilegalmente a los medios de comunicación haciéndolos pasar como miembros de la delincuencia organizada a pesar de que solo hacían su trabajo: tomar pruebas gráficas de la riqueza del titular de la SSP.

En ningún momento, como se pretende hacer creer, fue filmada la familia del funcionario. En primer lugar, porque ese no era el propósito del trabajo; en segundo, porque el secretario y su familia no viven en la costosa residencia, aunque ya está terminada.

Hoy Reporte Indigo revela la existencia de otra propiedad del secretario de Seguridad que tampoco corresponde a sus ingresos como servidor público.

En junio de 2008, los predios ubicados en Amate No. 11, 12 y 13, en el fraccionamiento Pedregal de las Fuentes, del municipio de Jiutepec, Morelos, eran terrenos donde solo había una modesta construcción y una vieja alberca.

Hoy, en ese lugar se ubica una finca de 2,585 metros cuadrados en donde se construyeron dos residencias nuevas de tipo minimalista con grandes ventanales y domos. Están en medio de un amplio jardín, donde hay una alberca. Un séquito de empleados corta el pasto y mantiene limpia la calle. Genaro García Luna se ostenta como dueño de esa propiedad.

La mejor prueba del dominio que tiene sobre esas propiedades es que en 2009 las entregó en garantía a un banco para saldar un adeudo. Documentos oficiales revelan que esa propiedad tiene un valor de por lo menos 15 millones de pesos.

Hoy también presentamos por primera vez la documentación oficial que confirma el engaño a la opinión pública cometido por el titular de la SSP el año pasado, cuando intentó justificar el origen de los recursos que utilizó para construir la casa de Monte Funiar.

Documentamos la información falsa proporcionada a la Delegación Tlalpan al solicitar una licencia de construcción en la que se reportaron menos niveles y menos metros cuadrados de edificación de los que realmente se hicieron, lo cual viola las normas de uso de suelo.

También mostramos información del arquitecto Héctor Salinas, quien edificó la residencia de García Luna, sobre el costo de la residencia de Monte Funiar No. 21, cuya revelación incomodó tanto al Secretario.

En diciembre de 2008, Reporte Indigo inició una investigación sobre la situación económica de García Luna para determinar si corresponde a su nivel de ingresos como servidor público. No coincide.

Su fortuna genera más dudas porque existen denuncias formales con nombre, apellido y firma, hechas desde finales de 2008, en las que se acusa directamente al secretario García Luna, a Facundo Rosas Rosas, actual titular de la Policía Federal Preventiva, y a Luis Cárdenas Palomino, coordinador general de Seguridad Regional, de que presuntamente “encubren”, “protegen” y “participan” en actividades de delincuencia organizada. Reporte Indigo tiene copia de estos documentos.

Históricamente, las dependencias mexicanas de seguridad pública han sido nidos de corrupción y de corruptos. Ahí están los casos del general Jesús Gutiérrez Rebollo y Guillermo González Calderoni. Ambos fueron, en su momento, responsables del combate a la delincuencia organizada.

En lugar de encarcelar periodistas, el secretario de Seguridad Pública federal debe transparentar el origen de su inexplicable patrimonio.

Esta es la continuación de la investigación realizada por Reporte Indigo sobre la fortuna de Genaro García Luna.





La finca campestre de García Luna

La calle Amate del fraccionamiento Pedregal de las Fuentes, en Jiutepec, Morelos, no es como las del resto de la zona residencial. Esta tiene una altísima reja blanca que se abre de manera automática y una caseta de vigilancia con cámaras de circuito cerrado.

En los números 13 y 14 se levanta una altísima barda de piedra con dos portones que impiden ver hacia el interior. Un riachuelo de agua transparente atraviesa el jardín que forma parte de la fachada.

La propiedad es vigilada por un séquito de empleados que entran y salen del lugar. Celosos jardineros que diariamente cortan el césped, barren y riegan la calle.

Hace unos meses, los vecinos se reunieron para decidir si juntaban dinero para poner una pequeña caseta de seguridad. Uno de ellos intervino y dijo que no se preocuparan, que él se encargaría de poner una reja, la caseta y personal de seguridad.

Los vecinos aceptaron gustosos. Cómo decirle que no al secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna, quien casi religiosamente acude a su finca de descanso cada fin de semana.

Su presencia es notable, incluso para el general Jorge Carrillo Olea, ex jefe de García Luna en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y vecino de Cuernavaca.

Hace cinco meses, el 13 de diciembre de 2009, Carrillo Olea escribió en su espacio de la revista Siempre un artículo titulado “El Misterioso Poder del Señor García Luna”.

En ella narra cómo los domingos por la noche, el titular de la SSP federal transita por la autopista Cuernavaca-México en medio de una caravana de camionetas blindadas “haciendo bloqueos, haciendo imposible el rebasar a tal convoy que viaja con sus torretas encendidas, que atropella a empujones a pacíficas familias que regresan a su ciudad.

“La camioneta central, una Grand Cherokee, placas 260 WAK, la conduce el propio García Luna, y cierra el convoy ocupando el centro de la autopista un vehículo pick up amedrentador por su actitud con placas 12441 de la Policía Federal, el otro vehículo, otra Suburban, exhibía las placas 406 WCK”, dice el artículo.

De acuerdo a los planos que obran en el Registro Público de la Propiedad, el lote de Jiutepec mide 2,585 metros cuadrados.

En 2007, el recién nombrado secretario de Seguridad Pública federal organizó algunas comidas personales y de trabajo en esa propiedad. Entonces, según la descripción que hacen los visitantes, era un lugar más bien modesto, con una pequeña casa antigua y una vieja alberca.

Las imágenes satelitales de la propiedad tomadas por Google Earth en 2008 así lo confirman. El predio número 11 era un terreno baldío, ni barda tenía. En los predios 12 y 13, que fueron fusionados, se distingue una pequeña construcción y una alberca en medio de un jardín ralo. La calle ni siquiera tiene caseta.

Las imágenes de 2009 que tiene Reporte Indigo documentan los trabajos de remodelación que convirtieron la vieja propiedad en lo que hoy es la hermosa finca de fin de semana de García Luna.

Al mismo tiempo que el titular de la SSP construía su residencia en Monte Funiar No. 21, en Jardines en la Montaña, Delegación Tlalpan, en la Ciudad de México, remodeló la propiedad de Jiutepec.

Las dos construcciones, hechas en tiempo récord, hablan de la liquidez económica de García Luna. Y de acuerdo a sus declaraciones patrimoniales y fiscales, es un hecho que ese dinero no proviene de su sueldo como servidor público.

En un sobrevuelo realizado hace unas semanas por Reporte Indigo sobre la propiedad de Jiutepec, es evidente la diferencia entre el estado que tenía la propiedad y su apariencia actual.

Desde el aire pudimos captar con cámara de video lo que se oculta detrás de la gran muralla que circunda la propiedad.

Los números 11,12 y 13 de la calle Amate están fusionados en un polígono irregular. Hay un amplio jardín, que desde el cielo parece terciopelo verde. También dos grandes residencias blancas de estilo minimalista. Una de ellas se ubica atrás de la alberca que aparecía descuidada en las imágenes satelitales de 2008.

La residencia cercana a la alberca, que tiene domos y amplios ventanales, abarca casi la tercera parte del predio, cuya extensión es de 2,585 metros cuadrados.

La otra casa se ubica en el extremo izquierdo de la propiedad. Es blanca, rectangular y ocupa una tercera parte del predio.

En el jardín se aprecia una pequeña portería blanca, quizá para jugar futbol, deporte que a García Luna le gusta practicar con el presidente Felipe Calderón.

Las tomas aéreas no dejan lugar a dudas. En tan solo un año, la propiedad fue totalmente trasformada. Y el titular de la SSP federal la presume cada vez que puede.

En el Registro Público de la Propiedad de Cuernavaca, donde se concentran los registros de los municipios conurbados, el único antecedente que se encontró de la propiedad de García Luna es una escritura que data de 1977, cuando se conformó un fideicomiso a nombre de “Fraccionadora Continental, S.A. de C.V.”.

En el documento se asienta que esa fraccionadora es propietaria de los predios ubicados en el fraccionamiento Pedregal de las Fuentes, incluyendo los lotes 11, 12 y 13, de la manzana XII, que corresponde a la calle Amate.

Sin embargo, hay constancia fehaciente de que la propiedad es de García Luna y que su valor es por lo menos de 15 millones de pesos.

Una joya más en la colección de propiedades del titular de la SSP, que en mayo de 2008 reveló en su declaración patrimonial que tenía adeudos de 10.4 millones de pesos y ahorros de 137 mil pesos, un ingreso anual de 3.8 millones de pesos, de los cuales gastaba 1.3 millones de pesos en la manutención de su familia.



Las simulaciones financieras

El 27 de marzo de 2009, Reporte Indigo reveló que Genaro García Luna era el propietario de dos casas en la zona residencial Jardines en la Montaña.

Una ubicada en Montaña de Omoa No. 17, valuada 7.5 millones de pesos, y otra en Monte Funiar No. 21, cuyo valor ronda los 20 millones de pesos.

Al verse descubierto, porque sus finanzas personales reflejaban que los recursos eran de procedencia inexplicable, García Luna fingió una compra-venta. Intentaba demostrar que había comprado el terreno y construido la casa de Monte Funiar con recursos supuestamente obtenidos de la venta de su casa de Montaña de Omoa.

De acuerdo a documentos oficiales del Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México, el 1 de abril de 2009, cuatro días después de la publicación de Reporte Indigo, García Luna liquidó el crédito hipotecario de la casa de Montaña de Omoa, no con una venta a un tercero, sino dejando como garantía dos de los tres predios de Jiutepec, Morelos, donde se encuentra su finca de fin de semana.

La residencia de Montaña de Omoa No. 17 fue vendida a García Luna el 8 de marzo de 2007 en 7. 5 millones de pesos, según el Registro Público de la Propiedad, a través de un crédito hipotecario con Inbursa.

Si dejó como garantía los dos predios de Jiutepec para liberar la hipoteca, su valor debe duplicar el de la propiedad que se libera, según rige la práctica de las instituciones financieras en México, señalaron notarios consultados por Reporte Indigo. Eso significa que los dos predios de Jiutepec valen alrededor de 15 millones de pesos.

En ninguna de las declaraciones patrimoniales públicas hechas por García Luna entre 2002 y 2008 admite tener una propiedad de esas características.

En su declaración patrimonial de 2003, asentó que había comprado un terreno de 1,586 metros cuadrados por un valor de 450 mil pesos. Pero no especifica su ubicación.

En las declaraciones patrimoniales subsecuentes, la existencia de ese terreno se desvanece. Nunca lo volvió a mencionar.

En marzo de 2009, el titular de la SSP llegó a tener simultáneamente propiedades valuadas en 42.5 millones de pesos.

La finca de Jiutepec, de 15 millones de pesos; la casa de Montaña de Omoa, de 7.5 millones de pesos, y la residencia de Monte Funiar No. 21, de 20 millones de pesos. Eso no se refleja en su declaración patrimonial.

Y no podía hacerlo. ¿Cómo justificar que después de la casa de 7.5 millones declarada en 2008, pasó a poseer tres propiedades con un valor conjunto de 42.5 millones de pesos en 2010, además de los dos restaurantes que Reporte Indigo reveló hace dos semanas?



Monte Funiar No. 21

La residencia de Monte Funiar No. 21, la calle más lujosa de Jardines en la Montaña, tiene un terreno de 408.73 metros cuadrados.

En diciembre de 2008, García Luna solicitó a la Delegación Tlalpan una licencia de construcción para edificar una casa de tres niveles y 509.76 metros cuadrados de construcción.

La licencia pegada afuera de la construcción salió a nombre de C. Pereyra, es decir, Cristina Pereyra, la esposa del secretario, aunque en todos los papeles del Registro Público de la Propiedad y en los documentos entregados a la delegación, aparece como único propietario el Ing. Genaro García Luna.

El diseño y los trabajos de construcción fueron realizados por el arquitecto Héctor M. Salinas Q., de la empresa Grupo Hegeo. En mayo de 2009, la residencia fue terminada. Pero su propietario no respetó el uso de suelo de la zona, cuyo tope de niveles es de tres.

La residencia de García Luna tiene cuatro niveles. En el sótano hay un salón de juegos, bodega y estudio.

En el primer nivel están el recibidor, el baño de visitas, cocina, comedor y sala. El tercer nivel fue destinado a tres recámaras, cada una con baño y vestidor, y la sala de televisión. Y en el cuarto nivel están el cuarto de servicio, un cuarto de huéspedes y un gimnasio.

Esta residencia de García Luna tiene por lo menos 711 metros cuadrados de construcción.

En la misma calle de Monte Funiar, en el lote marcado con el número 51, el arquitecto Héctor M. Salinas vende, a través de la empresa Grupo Hegeo, una casa casi idéntica a la del titular de la SSP, aunque la de García Luna tiene casi 100 metros cuadrados más de construcción.

A principios de este año, una vendedora de Grupo Hegeo nos mostró la residencia ubicada en el número 51, también construida por Salinas. La propiedad ocupa un terreno de 370 metros cuadrados y tiene 610 metros cuadrados de construcción.

Se trata de una bella casa con un domo gigantesco que atraviesa los cuatro niveles de la residencia. En el último nivel, el domo fue decorado con un vitral. En el hueco que forma el domo hay una escalera de espiral con piso de mármol que va del sótano a la planta alta.

La cocina es moderna y totalmente equipada. Los vestidores son de maderas finas, al igual que los muebles de baño.

Hay lujo en cada detalle. En el cuarto nivel solo hay un cuarto de servicio y un roof garden desde donde se puede ver el hermoso bosque de Tlalpan.

El precio de la casa de Monte Funiar No. 51, de acuerdo a la información proporcionada por la vendedora, es de 15.5 millones de pesos.

En una calle aledaña se vende otra propiedad construida por el mismo arquitecto. Por tener menos metros de terreno y construcción, vale 13 millones de pesos.

De acuerdo al precio del metro cuadrado, tanto de terreno como de construcción, la residencia de Monte Funiar No. 21, que pertenece a Genaro García Luna, debe valer por lo menos 20 millones de pesos.

Cuando Reporte Indigo reveló el año pasado que existía esta residencia, tocó uno de los puntos más endebles de la actuación de García Luna como servidor público: su inexplicable riqueza.

La reacción del secretario de Seguridad Pública fue irracional. El mismo día que salió la publicación, mandó detener a dos periodistas de TVC que daban seguimiento a la información publicada por Reporte Indigo.

Tras la detención ilegal e injustificada, el titular de la SSP difundió que las dos personas detenidas –públicamente todavía no se sabía que eran periodistas– eran supuestos sicarios que pretendían atentar contra la vida de su familia.

La investigación de Reporte Indigo fue objeto de una campaña de desprestigio por parte de periodistas, conductores y columnistas que, por miedo o compromiso, se montaron en las torpes y falsas explicaciones que dio García Luna para justificar el origen del dinero con el que estaba construyendo su nueva residencia.

Hubo quienes incluso afirmaron que la casa no existía, o que el secretario les mostró escrituras públicas que daban fe de la venta de su primera casa en Jardines en la Montaña. También hubo personeros de Genaro García Luna que dijeron que la propiedad no valía más de 3 millones de pesos.

De acuerdo a los datos del Registro Público de la Propiedad, el titular de la SSP compró en efectivo el terreno de Monte Funiar No. 21 el 19 de septiembre de 2008. Pagó 4 millones 87 mil pesos a José Manuel Gallegos Herroz. Supuestamente, el metro cuadrado le costó 10 mil 17 pesos.

Es curioso, porque esa misma persona puso a la venta en un portal de Internet otro terreno ubicado en la calle Monte Funiar. Pero, en este caso, el precio era de 16 mil pesos por metro cuadrado.

No es improbable que comprador y vendedor hayan acordado que en la escritura pública se asentara un precio menor. El vendedor paga menos impuestos, y el comprador disfraza recursos que no puede justificar.

De cualquier manera, según la última declaración patrimonial pública hecha por García Luna, en 2008 no le alcanzaba ni para pagar los 4 millones 87 mil pesos.

A partir de 2009, el secretario hizo sus declaraciones no públicas, para que las matemáticas no le fallaran.

Hasta principios de 2007, García Luna vivió en la calle Paseo de los Cedros No. 120, en la colonia de clase media Paseos del Sur, en Xochimilco. Es una colonia cercana a la glorieta de Vaqueritos, donde se mezclan casas de interés social con otras de mayor valor.

En mayo de 2007, el funcionario presentó su declaración patrimonial, tal como lo exige la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos. No era un hombre de fortuna.

En marzo de ese año, mediante un crédito hipotecario, compró una residencia en Montaña de Omoa No. 17 valuada en 7.5 millones de pesos.

Como ya se señaló, esa hipoteca fue liberada el 1 de abril de 2009 dejando como garantía la propiedad en Jiutepec.

Para justificar los millonarios e inexplicables recursos, el secretario de Seguridad dijo que había vendido la casa de Montaña de Omoa, donde todavía vivía, y que con el dinero que recibió había podido comprar el terreno y construir la casa.

García Luna afirmó que vendió esa casa en 9 millones de pesos.

De acuerdo a los documentos del Registro Público de la Propiedad, la venta se hizo en septiembre de 2009, seis meses después de que fue publicado el reportaje sobre sus propiedades.

En marzo de 2009 ni siquiera había un primer aviso preventivo de compra-venta, que es un requisito obligatorio para que un notario pueda concretar una operación de compra-venta.

El primer aviso de compra-venta con contrato de apertura de crédito se dio hasta el 29 de junio de 2009, cuando ya estaba totalmente terminada la residencia de Monte Funiar No. 21.

Muchas veces estos avisos janás se concretan en una venta.

El segundo aviso fue el 25 de agosto de 2009. Finalmente, el 10 de febrero de 2010 –casi un año después de la publicación de la construcción de la residencia de Monte Funiar–, el secretario concretó la venta de la propiedad y quedó formalizada ante en el Registro Público de la Propiedad del D.F. Hasta ese día, el secretario de Seguridad Pública federal fue el propietario legal de la residencia.

La casa fue vendida a Enrique Garduño González en 8.8 millones de pesos a través de un crédito hipotecario.



Acusan a García Luna de vínculos con el crimen organizado

Los números no mienten. El sueldo de García Luna, que es de 205 mil pesos mensuales menos impuestos, no ha aumentado ni un solo peso, pero el volumen de sus propiedades sí.

La riqueza exhibida por el servidor público a través de sus bienes no proviene de su sueldo como servidor público, y en ninguna de sus declaraciones públicas ha señalado alguna otra fuente de ingresos.

Durante décadas, las dependencias de seguridad pública de nuestro país han sido propicias para la corrupción de sus titulares.

Ante una sociedad muda, personajes como el general Jesús Gutiérrez Rebollo y Guillermo González Calderoni amasaron fortunas de la noche a la mañana al recibir sobornos de la delincuencia organizada.

La súbita riqueza del principal responsable de combatir hoy el crimen organizado debe ser motivo de revisión, no solo por parte de los medios, sino también de las instancias del gobierno creadas para combatir la corrupción.

El 18 de noviembre de 2008, un grupo de elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) hizo un escrito dirigido al entonces presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados de la LX Legislatura y a 49 legisladores más. Reporte Indigo tiene copia de la carta firmada con nombre, apellido, cargo y rúbrica de más de 50 elementos de la agencia.

Entre esos legisladores estaban la entonces presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta, y los coordinadores de cada fracción parlamentaria: Héctor Larios Córdova (PAN), Javier González Garza (PRD), Emilio Gamboa Patrón (PRI), Gloria Lavara Mejía (PVEM), Alejandro Chanona Burguete (Convergencia), Ricardo Cantú Garza (PT), Silvia Luna Rodríguez (PNA) y Aída Marina Arvizu Rivas (Alternativa).

También recibieron el documento los integrantes de la Comisión de Seguridad Pública.

En la carta, los agentes hacen puntuales denuncias sobre las irregularidades cometidas por Genaro García Luna y su personal dentro de la AFI, institución que pretendía desaparecer. Al final solo logró cambiarle el nombre a Policía Federal Ministerial.

Los agentes denunciaron que la SSP los había despojado de vehículos, armas, inmuebles y el archivo sensible de la AFI.

De todas las acusaciones, hay una que llama la atención:

“Así mismo en la SIEDO hubo declaraciones y denuncias por parte de presuntos delincuentes pertenecientes a organizaciones delictivas de alto peso en la República Mexicana donde refieren el encubrimiento y la participación de altos mandos en la SSP que les brindaban protección y tenían conocimiento y participación en las actividades delictivas de estos grupos; estos denunciantes se han apegado al programa de testigo protegido en PGR y a quienes denuncian es a Genaro García Luna, Facundo Rosas Rosas y Luis Cárdenas Palomino entre otros como los que les brindaban protección por arreglo monetario.

“No solo se implica a Víctor Gerardo Garay Cadena y Edgar Enrique Bayardo del Villar arraigados por las declaraciones de los presuntos delincuentes apegados al programa de testigos protegidos, hay mucho más personas que están implicadas por estas personas pero sólo a los de abajo han detenido y a todos los demás simplemente no los tocan”.

Es de interés público que el secretario de Seguridad Pública federal, quien encabeza hoy la lucha contra el narcotráfico, explique con transparencia el origen de sus propiedades, que se han multiplicado en los últimos dos años.

Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AM

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