viernes, 16 de abril de 2010

• Por fin…

Julio Ricardo Blanchet Cruz
• Por fin…





16 abril 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx

“El arrepentimiento de un hipócrita es en sí una hipocresía”, solía decir William Hazlitt, el célebre literato y humanista inglés…

Por fin reconociendo desde el Vaticano los repugnantes actos de pederastia que por el mundo entero se están destapando en contra de sus empleados (reconocimiento que de ninguna manera es suficiente si no se entregan a los culpables y se indemniza a las víctimas)…

En nuestro México, donde desde hace décadas se iniciaron las denuncias con el escandaloso caso de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cri$to, los cura$ han tenido que hacer lo mismo, es decir, reconocer que ha habido protección a sus compañeros pederastas…

Lo que de paso pone al cardenal Norberto Rivera Carrera de nueva cuenta en el ojo del huracán, al sabérsele involucrado en la protección de pervertidos curas y la “decisión” vaticana de castigar a los responsables…

Pero, eso sí, con ciertos atenuantes. Pues según la muy honorable Conferencia del Episcopado Mexicano, las causas de la pederastia son varias. Pero en pocas palabras, quienes se dicen ser los guías morales de la sociedad, ahora se llaman sus víctimas…

Y sin pudor cual ninguno señalan que la sociedad moderna ha tendido a ser muy liberal en ética sexual. Quizás suponiendo que todos ignoramos que sus repugnantes conductas no son nada nuevo…

Y para corroborar lo dicho, a continuación transcribo algunos párrafos de las famosas cartas que escribiese santa Catalina de Siena (quien fue la segunda mujer virgen proclamada Doctora por la Iglesia) a soberanos, pontífices y cardenales de la época con quienes tuvo comunicación...

“Los pastores duermen en la concupiscencia y en la inmundicia. Frailes y canónigos debe de ser honrados y espejo de santidad; y en cambio ahora están como estafadores, arrojando peste e inmundicia y ejemplo de miseria moral.

Con pena y dolor y grande amargura y llanto escribo esto. Ay de mí, que aquello que Cristo conquistó sobre el madero, se gasta con prostitutas”…

Por lo que ahora salir con que los pederastas son las víctimas por el mundo moderno, se antoja cínico…

Y sin mucho cambiar de tema…

A pesar de los fraternos recordatorios que a diario recibo de quienes en desacuerdo con mi forma de pensar me lo hacen saber mediante explícitos correos. Tal vez más de los que recibió el cardenal Tarcisio Bertone de parte de los grupos gays y lesbianas que lo pusieron del asco, pues yo llevo más tiempo diciéndolo…

Y no obstante que son muchos los que defienden la homosexualidad como si fuese algo natural, cuando ciertamente no lo es, dado que en La Naturaleza esas conductas evidentemente aberrantes no se dan…

Estoy de acuerdo en algo de lo declarado por el secretario de Estado vaticano, quien ligó la homosexualidad con la pederastia…

Pues la homosexualidad es, sin duda, un trastorno del instinto reproductor (aunque la OMS diga lo contrario, pues nadie puede negar que la humanidad esté enferma) y la pederastia es o puede ser una variante del mismo trastorno…

Entendiendo que a ninguna persona en pleno estado de salud (física y mental. Ya decía Juvenal “Mens sana in corpore sano”) se le puede siquiera ocurrir pensar en cometer semejantes atrocidades…

Pues los enfermos piensan como enfermos, por la simple y sencilla razón de que no pueden pensar como sanos…

Y aunque no necesariamente un homosexual tiene que ser pederasta; si que camina sobre un terreno que con tantito más (alcohol, o cualesquier otro estimulante que inhiba la consciencia) puede propiciar cualquier otro tipo de degeneraciones…

En otras palabras, si semejantes actos de pederastia puede ciertamente cometerlos cualquiera, siendo homosexual, es más fácil…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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