miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿Y la crisis de 2009?



Está de moda reflexionar sobre los aspectos y consecuencias de las crisis económicas (casi siempre olvidando los medios jurídicos y pasando por alto que los que pagan el desastre son los pueblos a quienes los gobiernos les cargan el salvamento de banqueros e inversionistas). Uno de esos comentaristas de la crisis económica mexicana –integrada por la moda pasajera de sus crisis que una de éstas irrumpe gestándose durante todo el año, a finales de 1994– es Manuel Guzmán, quien ha publicado México frente la crisis. Es un librito escolar donde se exponen a modo las decisiones que se fueron ejecutando para resolver los “desequilibrios macroeconómicos a partir de la década de 1980 y hasta la crisis hipotecaria que empezó a presentarse en 2007”.


Para sacarle el bulto a la metida de pata de Calderón-Córdova y Ebrard en la paralización de la economía pública y privada a partir de abril de 2009, el señor Guzmán, con su visión de la crisis mexicana en el primer bimestre de ese año, le hace al pitoniso fracasado al contarnos una de sus visiones: “… que hacia finales de 2009, y de manera más contundente en los primeros trimestres de 2010, México empiece a registrar tasas de crecimiento más elevadas”. Y no obstante que en octubre de 2009 se publicó el texto, no le pareció a este analista que ya para entonces los hechos del desastre eran suficientes para agregarle al menos un apéndice a su librito.

Le fascina al autor del librito encontrar como “culpable” de las crisis mexicanas a la matriz del capitalismo mundial, nuestro vecino del Norte, que hoy es presa del sangriento combate entre militares y policías contra sicarios del narcotráfico. Ese “entorno externo adverso” ha generado nuestras crisis, y se ocupa de las malas decisiones, no ya de López Portillo y De la Madrid, ni siquiera de Salinas y de 1994, donde centra sus sesudas reflexiones; por el contrario, asegura que de 1980 a 2008, las respuestas gubernamentales han ido viento en popa.

Lo macro le fascina al señor Guzmán, quien se acredita como funcionario bancario, y, en su carrera, apadrinado por el señor Luis Téllez. Nada le importan las consecuencias micro. Él anda por las nubes buscando, no explicaciones, sino justificaciones que armonicen con sus apreciaciones. Y cuando toca la crisis (“la peor”, dice) de 1994, no se acuerda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro que la completó, cuyos efectos siguen enlazados a las crisis foxista y calderonista, que tiene al país en el estancamiento social y, con la amenaza griega-italiana-española, al borde del precipicio microeconómico. Es un texto de más de 200 páginas donde el autor se salva con: “Desafortunadamente, en los últimos 40 años, México ha pasado por múltiples crisis que han rezagado más y más el objetivo de lograr un crecimiento sostenido, capaz de generar más empleos mejor remunerados”.


Fuente: Contralínea
Difusión: AMLOTV

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